miércoles, 17 de enero de 2018

DOS MIL DIEZ Y OCHO









Aprendo historia viendo cine.

Había visto varias películas sobre el desembarco de Normandía, pero hasta este año en que he visto Dunquerque y El instante más oscuro, no había unido todo el asunto.

En El instante más oscuro, la vi ayer, se entiende lo que pasó en Inglaterra y la importancia que tuvo Churchill por negarse a hacer contratos con Hitler.

Cuando estudiaba historia en el colegio, me resultaba muy difícil empezar por la Prehistoria y luego el Medioevo y la Reconquista y era incapaz de ver el conjunto.
Me parece más fácil empezar por el tiempo presente y poco a poco ir dando pasos hacia atrás.

Al estudiar historia del arte en BBAA tenía más sentido, porque la evolución de la pintura tiene su lógica.
La verdad es que a mi la época que más me interesa del arte, es desde el constructivismo ruso hasta ahora.

En cambio, desconozco la historia del arte en Asia, por eso cuando iba a los museos nacionales de India, Japón o Taiwan, disfruto porque son piezas muy delicadas, pero notaba que me faltaba base teórica, que es tan importante para poder disfrutar de lo que sea.

Cuando viajaba, lo primero que hacía al llegar al lugar, es comprar la revista del ocio de la semana, en la que estudiaba a conciencia las exposiciones y las películas y en Delhi los restaurantes, ya que incluso los mejores, no son demasiado caros y la comida india, a mi entender, es la mejor del mundo.
También es muy buena la japonesa y la china, no así la taiwanesa.

Una amiga, Cristina Bertrand, doctora en Filosofía y Letras, que eligió como tema para su tesis doctoral el I Ching, mantiene la teoría de que en todas las islas se come mal, pero yo no estoy de acuerdo con ella, ya que la comida de Japón es un lujo.

Cristina Bertrand tiene una inteligencia superlativa y es muy creativa y trabajadora.
La conocí en Los Ángeles y nos hicimos amigas.
Las dos teníamos el mismo marchante porque ella, entre otras cosas, pinta.
Lo que hace ahora es más difícil todavía.
Vive en China. 

Su proceso fue así:

Estudió chino mandarín.
Inventó un método para aprender chino.
Montó una academia en Shanghai y allí vive dando clases de chino a españoles e ingleses.

A mi no me entra en la cabeza, porque no estoy acostumbrada a estar con personas tan inteligentes, pero Cristina Bertrand es capaz de hacer imposibles.

Nos comunicamos poco porque en China no les permiten entrar en FB, que es donde yo contacto con mis amigos, tanto con los que ya conocía, como con los que van apareciendo en mi vida, entre los que encuentro algunos con quienes tengo tanto en común, que me resulta un verdadero placer comunicarme con ellos.










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