jueves, 31 de diciembre de 2015

Capítulo 24_El dilema











Carlota habló con Gari, que la llamó para contarle que había estado en Arminza y explicarle lo de la fiesta del domingo.
Le pidió que por favor se encargara de hablar con Mónica.
A los Artiach se lo diría él mismo, ya que habían quedado en Sopelana el día siguiente.
Carlota le preguntó si habían contado con Alonso, pues aunque en general los domingos jugaba al golf, por lo menos tendría que decirle a Mónica que los dos estaban invitados.
Gari no se acordaba de que existía un marido al que tener en cuenta.
Tampoco los Abrisqueta habían mencionado a Alonso por lo que Gari decidió preguntarles antes de seguir dando pasos, no vaya a ser que lo iba a ser un plan entre amigos íntimos, se convirtiera en algo diferente.
Llamó a Beñat y éste le dijo que Alonso era más que bienvenido.
Así se lo comunicó a Carlota.
Mónica estaba encantada con la idea de volver a ver a Gari, pero todavía tenía que comentárselo a Alonso.
No sabía cuando ni cómo decírselo.
El asunto cambiaba si Alonso decidía ir a la fiesta, aunque por otro lado, si como ella imaginaba Gari tenía una relación con Beatriz, ella se sentiría más segura si Alonso estaba a su lado.
Estaba segura de que aunque Alonso prefiriera jugar al golf con sus amigos, si ella insistía, no le costaría convencerle para que cambiara de opinión.
Se encontraba en un dilema.
Decidió dejarlo para el día siguiente al mismo tiempo que reconocía que tenía que empezar a combatir la procastrinación a la que tanto se había acostumbrado.
Mientras desayunaban, Alonso le comentó que le habían llamado para comunicarle que la Pool del domingo iba a ser extraordinaria, porque venían algunos golfistas de Madrid y tenían intención de subir las apuestas y hacer una comida al terminar.
Estaba encantado porque iba a demostrar sus progresos.
Mónica le comentó como de pasada el plan de Arminza y él se quedó tranquilo al saber que su mujer tenía un buen plan.
Mónica no estaba tan tranquila.
No le quedó más remedio que llamar a Carlota para poner orden en su alborotada cabeza.

Carlota, estoy un poco alterada respecto al domingo.

Le dijo sin aclarar el motivo.

No tienes por qué. 
Explícame lo que te pasa.

Si algo tiene Carlota es claridad, no le gustan las cosas a medias.
Mónica no sabía por donde empezar pero era tal la necesidad de saber, que le dijo a bocajarro:

Alonso no va a ir y me pregunto:
¿Qué pinto yo en una fiesta donde todos están emparejados?

Habló sin pensar y resultó fuera de lugar.

¿A qué te refieres cuando dices que todos estamos emparejados?

contestó Carlota extrañada.

Si tu estás saliendo con Jaime y Gari con Beatriz, tu me contarás.

Ni ella misma sabía lo que decía.
Carlota empezó a reírse con verdaderas ganas y cuando se calmó le dijo con cierta ironía:

¿De donde has sacado eso?
¿Te das cuenta de que tienes una imaginación salvaje?
Jaime y yo somos buenos amigos, estamos a gusto juntos y eso es todo.
Beatriz y Gari cogen olas y son grandes deportistas.
Nada le puede interesar menos a Beatriz, que un chaval incapaz de adquirir un compromiso.
A su hermano le acepta porque le quiere muchísimo y la relación que tienen entre ellos está muy consolidada, pero ni por asomo Gari es el tipo de hombre que le puede interesar.
No te atormentes.
La única pareja es la formada por Marlène y Beñat y sabes que son encantadores y que en ningún momento te vas a sentir sola, así que tranquilízate, piensa en qué te vas a poner y no olvides que tu y yo iremos juntas, así que pasaré a buscarte a la una.

Esta conversación tranquilizó a Mónica por un lado y le puso nerviosa por otro, ya que la posibilidad de estar con Gari se materializaba.
Se concentró en su árbol genealógico y se sorprendió al ver que el apellido Menchacatorre es oriundo de Vizcaya y se conocen sus orígenes desde el siglo XV.
Menchaca significa “moledor de avena”.
Es un apellido ilustre del que podía sentirse orgullosa.
Sin embargo no era eso lo que Mercé necesitaba, sino las fechas de todos sus antepasados.
A pesar de todo lo que su madre le había ayudado, no le quedó más remedio que ir al cementerio de Derio.
No le gustaba ir a los entierros ni visitar cementerios, pero si quería hacer la bío tenía que superar sus manías y visitar los panteones familiares.
Al final resultó agradable.
Los de la oficina fueron amables con ella y le facilitaron los datos que necesitaba.
Se sintió ligera y contenta.
Cada paso que daba hacia la bio activaba su inteligencia.
En poco tiempo había cambiado su vida hasta tal punto que ya no sentía la necesidad de salir todos los días, sino que entre los deberes que le mandaba la Mercé y la lectura de Anna Karénina que la fascinaba, casi no tenía tiempo ni para llamar a sus amigas.
También es verdad que tenía abandonadas las webs, pero sabía que en cuanto se pusiera a ello, sacaría adelante el trabajo, ya que contaba con la información necesaria.
Mónica tenía una facilidad asombrosa para la investigación y desconocía la pereza.
Hizo caso a los consejos de Carlota y pensó en que no tenía nada para ponerse el domingo, así que salió de su estudio y se dirigió a la tienda que Massimo Dutti que habían abierto en la Gran Vía, cerca de la plaza de Moyua.
Le impresionó que toda la ropa de la nueva colección era muy grande.
Borja, uno de los empleados a quien conocía de la tienda de Artea, que sabía de moda y siempre le había asesorado con acierto, le dijo:

¿Quieres algo en particular, Mónica?

A lo que ella respondió:

Necesitaría cambiar mi cabeza para adaptarme a esta moda.

Borja contestó:

No me extraña, a mi me pasa lo mismo.

Si te pasa a ti que estás metido en la moda , imagínate cómo me encuentro yo.

Ambos se rieron y Borja le aconsejó darse una vuelta y probarse algo aunque no le convenciera a primera vista.
Efectivamente, encontró un pantalón estrecho y una camisa blanca grandísima que correspondía a su talla y un chaleco gris por fuera y beis por dentro que le encantó.
Solo tenía que acostumbrarse a que la camisa era más grande de lo habitual, pero por lo demás todo le pareció bien.

Vio que todas las dependientas llevaban calzado deportivo, así que ella, para no ser menos, se compró los mismos zapatos, negros con una raya blanca, comodísimos.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Capítulo 23_Beñat y Marlène vuelven a aparecer











Hacía tiempo que los de Arminza no daban señales de vida.
Gari había ido a visitarles y quería hacer pesca submarina con Beñat.
Pescaron tantos verdeles, que después de asar algunos en la barbacoa, Gari se llevó los que quedaron para congelarlos y tener pescado para varias semanas.
En realidad Gari quería contarle a Beñat las últimas novedades de su vida, ya que había estado tan ocupado con la nueva casa y los Artiach, que casi se había olvidado de él a pesar de que además de ser su primo, era su mejor amigo.
Cuando se sentaron en la mesa, Marlène se unió a ellos y quiso saber las últimas novedades de Gari a quien tenía gran simpatía.
Precisamente, Gari fue quien le presentó al que ahora era su marido cuando fue a pasar unos días a Bidarte.
Ya conocían su casa puesto que habían estado en la fiesta de la inauguración y también habían conocido a los Artiach, pero no sabían que la amistad entre ellos se estaba fortaleciendo y mucho menos, que su hermana Carlota estuviera saliendo con Jaime, por lo menos es lo que parecía.
Beñat y Marlène se pusieron muy contentos con las noticias y se animaron a organizar un plan de domingo, en el que invitarían a los Artiach para introducirles en la pesca submarina y después harían una comida al aire libre.
Avisarían también a Carlota y a Mónica.
Les dirían que fueran al mediodía cuando todo estuviera ya preparado.
Marléne estaba encantada.
Le gustaba tener invitados y disfrutar con ellos del jardín, que era su orgullo.
Lo cuidaba con mucho esmero y estudiaba los jardines japoneses en los que basaba su estilo.
Estando tan cerca del mar necesitaba plantas especiales, que resistieran el salitre que traía el viento.
Le había costado dar con las especies adecuadas, pero una vez conseguidas, había logrado una preciosidad de arreglos florales, en cuya contemplación se deleitaba.
Para separar la huerta del jardín plantó árboles frutales que, aunque jóvenes, ya empezaban a dar los frutos de temporada.
Al ver como vivía esta pareja en la tranquilidad de la naturaleza, Gari sentía paz y pensaba en que tal vez un día, cuando su alma estuviera serena, le gustaría olvidarse de la vida social, comprarse un caserío cerca de una playa y dedicarse a la vida contemplativa, sin dejar de coger olas, pues estaba convencido de que meterse en el agua le suministraba endorfinas.
Intuía que había otras maneras de vivir, pero no era su momento.
Tenía demasiadas ganas de probar todo lo que la vida le ofreciera, siempre que no fueran asuntos peligrosos, de los que ya había experimentado las consecuencias.
No se sentía dispuesto a comprometerse con una mujer, eso estaba fuera de todas duda.
En este capitulo, tanto Jaime como él lo tenían muy claro.
No solo no estaban dispuestos a sacrificar su libertad, sino que también tenían en cuenta la cantidad de mujeres jóvenes y maravillosas, que están dispuestas a hacerles compañía un rato, sin pedir nada a cambio.
No olvidemos que eran dos surfistas impresionantes, con cuerpos modelados por las olas, morenos tanto en verano como en invierno, sin preocupaciones, siempre contentos, bien vestidos, emanando salud y simpatía.
Las chicas se acercaban a ellos como las abejas a la miel y ellos no las desdeñaban.
Beñat era tan guapo o más que ellos y estaba encantado con Marlène y con la vida que habían organizado, no obstante cuando Gari le contaba sus andanzas, sentía cierta nostalgia de sus años de libertad, siendo estudiante de arquitectura en Barcelona, cuando las compañeras de curso e incluso alguna profesora, le habían acompañado en las calurosas noches del verano mediterráneo.
Beñat estaba muy centrado en su trabajo.
Estudiaba mucho y se había convertido en un experto en la arquitectura sostenible (1).
Estaba muy enfrascado en su trabajo, tenía verdadera vocación.
Él mismo había diseñado el arreglo de la casa de Arminza, que compró cuando estaba en ruinas y consiguió transformarla con sus propias ideas experimentales de tal manera, que había sido publicado en las revistas de arquitectura como modelo de arquitectura ecológica.
Siempre había soñado con ser arquitecto y con vivir en contacto con la naturaleza.
Se sentía querido por Marlène y ambos formaban una pareja encantadora.
Preferían que sus amigos fueran a visitarles, en vez de salir.
Marlène iba a París a menudo para asuntos de trabajo y allí tenía amigos con los que salía a cenar.
Beñat no le preguntaba qué hacía en París por las noches.
En el mundo de la moda el movimiento es continuo, el trabajo dura muchas horas y nadie pregunta en qué cuarto del hotel se termina la noche.
Marlène era guapa, joven y francesa.
Juntos formaban un equipo estupendo.
Mejor no hacer demasiadas indagaciones.

Gari volvió a Bilbao con la cabeza despejada y con ganas de ayudar a Beñat a preparar la fiesta del domingo.
No tenía que hacer gran cosa excepto las llamadas de teléfono.




(1) La arquitectura sustentable, también denominada arquitectura sostenible, arquitectura verde, eco-arquitectura y arquitectura ambientalmente consciente, es un modo de concebir el diseño arquitectónico de manera sustentable, buscando optimizar recursos naturales y sistemas de la edificación de tal modo que minimicen el impacto ambiental de los edificios sobre el medio ambiente y sus habitantes.

martes, 29 de diciembre de 2015

Capítulo 22_Jaime y Carlota










Jaime es un hombre independiente.
Desde su más tierna infancia supo que quería ser autónomo.
En todos los terrenos.
A los nueve años pidió a su madre que le enseñara a lavar sus chalecos a mano, hasta en eso quería tener independencia.
Aprendió a cocinar sin que nadie le enseñara.
Manejaba dinero, nunca necesitó pedir nada a sus padres.
Le gustaban las mujeres a rabiar, quizás esa fuera su única debilidad, pero tenía muy claro que la entrada en su territorio estaba prohibida.
Le gustaba estar consigo mismo.
Le interesaban muchos temas y leía constantemente.
La muerte de su hermano pequeño que era su mejor amigo, le afectó tanto que tuvo que hacer mucho esfuerzo para superarla, quizás todavía hoy en día esté marcado por ella.
Fue una tragedia para la que ninguno estaba preparado.
Los dos hermanos estaban jugando en el agua y una ola fuerte se llevó al pequeño.
Jaime no pudo hacer nada, se salvó porque Dios lo quiso.
Sintió tanto dolor y vio a su madre pasarlo tan mal, que decidió que nunca tendría hijos.
Él y su hermana se unieron más que nunca y se quieren tanto que cuando están juntos, todo en ellos es armonía.
Son muy diferentes, mas el amor que les une supera todas las desigualdades.
Jaime ha salido con muchas chicas, sobretodo extranjeras, es un hombre muy cosmopolita y a medida que madura, lo hace con gran encanto.
A pesar de ser una figura en el mundo del golf, es humilde, jamás presume de nada.
No lo necesita, porque se nota que es feliz.
En Carlota ha encontrado una mujer que sabe lo que quiere y lo que tiene y es consciente de lo que le ha costado conseguirlo.
Ambos respetan su libertad.
Les gusta estar juntos, disfrutan de sus cenitas y excursiones pero saben que no hay compromisos ni ataduras.
Muy pronto Jaime irá a Bali, en donde pasará los meses del invierno cogiendo olas y escribiendo.
Carlota seguirá con su galería, sabiendo que la vida le va trayendo exactamente lo que va necesitando.
A Mónica le da cierta envidia ver a estas personas tan libres, que son capaces de disfrutar sin apegarse, le cuesta entenderlo.
Además, desde que Carlota salía tanto con Jaime, no se atrevía a llamarle, porque se imaginaba que Gari y Beatriz estarían con ellos y eso justo era lo que menos le apetecía.
Estaba muy equivocada.
Por un lado, Jaime no siempre estaba con Carlota.
No era fácil que cambiara su disciplinada vida.
Seguía cogiendo olas, jugando al golf, escribiendo, leyendo y excepcionalmente salía a tomar una cerveza con Beatriz y a veces con Carlota.
Bien es verdad que se juntaban con Beatriz y Gari si habían cogido olas, pero no era el plan de cada día.
De hecho, estaba muy claro que para Beatriz, Gari era un buen surfista con el que resultaba agradable hacer deporte y charlar después. 
No tenía el más mínimo interés en entablar ningún tipo de relación con él.
Tal vez a Gari, cuando la conoció, no le hubiera importado acercarse a ella, pero se dio cuenta de que era un terreno prohibido.
Mientras tanto, Mónica sufría haciéndose cábalas de lo que podría estar pasando entre esos cuatro, pensando que había perdido a su mejor amiga y que el hombre en el que tenía puestas todas sus expectativas, estaba saliendo con otra mujer.
Su orgullo le impedía hablar con Carlota y poner las cosas en claro.
Seguía con su vida, nerviosa y esperando que la biodescodificación arreglara todos sus problemas.
Lo que no sabía, es que para dominar sus emociones hace falta mucha disciplina, que solo se adquiere dando pequeños pasos.
Dejó de salir tanto y reanudó la vieja costumbre de leer, que tenía abandonada hace ya mucho tiempo.
Encontró en la biblioteca del salón, una edición bastante moderna de Anna Karénina traducida por Victor Gallego Ballestero y le pareció que podría consolarse y tal vez incluso aprender algo leyendo a Tolstoi, a quien conocía bastante, porque había tenido que estudiar “Guerra y Paz” cuando estaba interna en el colegio de Santa Isabel, en Madrid y lo habían desmenuzado a fondo.
En aquella época, Mónica era una chica muy aplicada.
A pesar de ser hija única, sus padres quisieron que ampliara sus horizontes, lo cual hubiera sido difícil quedándose en Getxo, ya que en definitiva no deja de ser un pueblo, en el que la cultura no es lo que más se cultiva.
Al encontrarse sola en Madrid, recurrió a la lectura y aunque al principio se entretenía con Bestsellers, pronto tuvo acceso a la biblioteca a través de la profesora de literatura, que vio en ella las ganas de aprender y poco a poco se fue sumergiendo en los grandes escritores europeos, empezando por los alemanes.
Hesse la cautivó.
Se leyó todos sus libros y los releyó.
Al terminar el colegio, estudió Humanidades en París antes de estudiar la carrera en California.
Al volver a Bilbao, casi se olvidó de la lectura, ya que las ganas de fiesta eran más poderosas que la literatura.
Al tener el libro de Anna Karénina entre sus manos, recordó que hace unos años había visto una versión teatral de la película (1) y al ver el libro, se acordó de que le había gustado y también sintió lo feliz que había sido cuando leía.
No lo dudó.
Voluntariosa cuando algo le interesaba, se puso a la tarea, a pesar de que el libraco pesaba por lo menos dos kilos.
Se tumbó en el sofá, encendió una luz directa y se dispuso a leer Anna Karénina, con la esperanza de encontrar alguna luz que iluminara su actual confusión.
Volvió a sentir esa sensación de refugio protector que otorga un buen libro y por primera vez desde hacía mucho tiempo tuvo la sensación de haber encontrada un poco de paz.





(1) "Joe Wright realiza una generalmente inspirada decisión de estilizar su visión oscura y expresionista en 'Anna Karenina'

domingo, 27 de diciembre de 2015

Capítulo 21_ La biodescodificación









La suerte estaba del lado de Mónica, ya que Mercé Freixas que vive en Barcelona y viene a Bilbao unos días cada mes, para ver a sus dormidos (ella considera que las personas no están enfermas, sino dormidas) acababa de llegar y le dio cita para el día siguiente.
Cuando llegó Alonso a casa esa noche, Mónica estaba relajada tomando un té de tres años y le recibió más cariñosa que de costumbre.
La conversación con Carlota le había animado y estaba decidida a adquirir dominio sobre si misma.
No quería dejarse llevar por las emociones, como un animalito.
Estaba dispuesta a hacer un esfuerzo.
Ha sido testigo directo de la evolución de Carlota y reconoce que es asombroso el cambio que se ha operado en ella.
Carlota es una mujer fuerte sin lugar a dudas, también lo era antes de la biodescodificación, pero lo que más le llama la atención a Mónica, es la ligereza que ha adquirido.
Parece que siempre está en el presente, con la certeza de que tiene todo lo que precisa.
Alegre y contenta, da la sensación de que no necesita a la gente.
Sin embargo, Mónica es incapaz de estar sola.
Siente un vacío que solo aparenta llenarse haciendo planes, o charlando con alguien.
Se siente dependiente de todo, de su marido, de sus amigas, del vino blanco, de tener la casa perfecta, en definitiva, no es feliz.
Hace como que todo le va bien, pero en el fondo de su corazón, siente un inmenso vacío, que no sabe como llenar.
La religión católica y todo lo que le enseñaron de pequeña, no le proporciona ninguna experiencia positiva.
Hace ya mucho tiempo que dejó de creer en esas cosas.
Le gustaría sentirse en paz consigo misma, pero no lo consigue.
Está decidida a seguir el consejo de su amiga y hacer la bio con la Mercé.
Carlota le ha puesto al corriente de que es posible que al principio no se entienda con ella, ya que es catalana de pura cepa y mezcla el castellano con el catalán, pero si confía y hace todo lo que le aconseja, notará que se libra de un gran peso, que poco a poco irá dando paso a una sensación de libertad desconocida.
Antes de la cita con Mercé, siguiendo sus indicaciones, Mónica llamó a su madre para preguntarle las fechas de nacimiento y muerte de sus abuelos y bisabuelos, con la buena fortuna de que había ido guardando en una caja de puros, todos los recordatorios de los muertos, una costumbre que ha desaparecido.
Al presentarle a la Mercé tanta información, ésta se puso contentísima y le dijo que se había ahorrado muchísimo trabajo y que con esos datos podían hacer un trabajo bueno y rápido.
Mónica no entendía nada de lo que le explicaba, pero su determinación era tal, que escribió en un papel lo que tenía que hacer hasta la próxima consulta y se fue a su casa encantada de la vida, sabiendo que, aunque solo fuera por la satisfacción que sentía, le valía la pena el esfuerzo realizado.
Al día siguiente estaba muy cansada, mas eso no le impedía sentir una gran alegría.
Carlota ya le había puesto al corriente de las maravillas de la bio, aún así a Mónica le costaba creerlo.
Tenía ganas de comentar con su amiga la conversación con Mercé y la llamó con la idea de comer juntas como tantas veces.
Grande fue su sorpresa, cuando le dijo que no podía, porque había quedado con los Artiach y Gari. 
La idea era ir a Mundaka para que ellos cogieran olas, mientras ella trabajaría con su iPad y después tenían reservada una mesa en el Portuondo (1) .
Todos habían oído hablar de la ola de Mundana que es famosa en todo el mundo, pero ninguno la conocía y Carlota, aunque no surfeaba, tenía muchas ganas de pasar una mañana tranquila, en un lugar tan emblemático.

Mónica se quedó de piedra.
No podía creer que se había quedado sin amiga y sin el que consideraba el amor de su vida.
Solo se dejaba llevar por los celos.
Era tal su despecho y su orgullo, que no se atrevía a preguntar los detalles a Carlota, simplemente le colgó el teléfono diciéndole que ya hablarían en otro momento y se quedó rumiando su malestar.
Ni por un momento se le ocurrió pensar que eran simplemente unos amigos, que lo pasaban bien estando juntos, porque tenían muchas cosas en común.
Tampoco se interesó por saber que tipo de relación tenía Carlota con Jaime.
Y nunca, desde que conoció a Beatriz, se interesó por ella, por lo que no tenía ni idea de lo que pasaba por su cabeza.
Estaría mucho más tranquila, si en vez de ponerse como un energúmeno cada vez que veía a Beatriz con Gari, tratara de conocerla y viera lo poco peligrosa que es.
Beatriz es un mujer muy segura de si misma, que tiene sus prioridades equilibradas.
Gari no es su tipo, ni falta que hace.
Ambos se dieron cuenta desde el primer día, que aparte del surf y de pasarlo bien juntos, no hay nada que les una.
Por un lado Beatriz es una mujer seria, que sabe perfectamente lo que quiere.
Posee una voluntad de hierro y ha visto tanto a su alrededor y en si misma, que aprecia demasiado su vida metódica, como para arriesgarla por un juego amoroso.
Por su parte, Gari se dio cuenta desde el primer momento de que Beatriz está fuera de su alcance.
Es una mujer difícil y acostumbrada a tratar con gente ordenada, no es de las que se arriesga a perder la estabilidad que ha conseguido con gran disciplina.
Las cosas están muy claras entre ellos.
Mónica ha dado un paso empezando con la bio, pero tiene que dar muchos pasos todavía para dejar de ser una niña mimada y aprender a quererse a si misma.
Total, que por una cosa o por otra, desde que conoció a Gari, su vida, que era una línea recta sin altibajos, se ha convertido en una especie de montaña rusa imposible de controlar.







   

(1) El primitivo caserío Portuondo se situaba cerca de la línea de costa, al lado de la ensenada de    Portuondo, que da nombre a esta zona de Mundaka. De esta casa solar armera es nativo Don Rodrigo de Portuondo, ilustre marino del siglo XVI, que llegó a ser General de la Armada al servicio de Carlos I, y que destacó por luchar contra corsarios turcos.

 A mediados del siglo XIX se edificó el actual caserío con el material de construcción proveniente del antiguo. En los años 60 del siglo XX fue adquirido por sus actuales propietarios y sometido a importantes obras de rehabilitación, transformándose en bar y restaurante.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Capítulo 20_Mónica necesita hablar











Mónica se despertó encontrándose muy rara y recordó la noche anterior y lo que había padecido en la galería.
Sintió un desasosiego al que no estaba acostumbrada.
No pudo contener la curiosidad y a pesar de que sabía que no iba a sacar nada en limpio, le preguntó a su marido:

Alonso ¿qué me pasó ayer?
Me encuentro fatal.

A pesar de estar medio dormido, Alonso le contestó:

Me gustaría saberlo.
Te pusiste a beber como una loca y tuvimos que marcharnos antes de que organizaras un escándalo.

Mónica prefirió no seguir la conversación y decidió invitar a comer a Carlota y tratar de que le hablara de Gari sin que se note su interés.
Consiguió reservar una mesa en el Zárate, un restaurante que se había puesto de moda, porque le acababan de conceder una estrella Michelín.
Llamó a Carlota y quedó en pasarle a buscar a la galería.
Al dirigirles a su mesa, varias personas que ya estaban comiendo les saludaron, pero ellas no se pararon.
Mónica tenía ganas de empezar la conversación lo antes posible.
El Zárate se caracteriza por la excelencia del producto que ofrece, ya que el pescado viene directamente de los arrantzales (1) de Ondárroa.
Dejaron que el maître eligiera el menú y antes de que Carlota pudiera decir nada, Mónica entró a saco dándole una explicación sobre el día anterior, que no tenía ni pies ni cabeza.
Carlota notó que algo no iba bien y con su delicadeza habitual no recalar en detalles.
Se limitó a escuchar en silencio y para cuando terminó de hablar, ya les estaban sirviendo.
El problema para Mónica, es que quería saber lo que había hecho Gari, pero no sabía cómo preguntarlo sin que se le note el interés, así que sin saber lo que hacía, le dijo:

Carlota ¿qué hicisteis después de la inauguración?
¿Fuisteis a cenar?

A lo que su amiga, tranquilamente, contestó sin saber que su respuesta iba a convertirse en una bomba atómica para Mónica:

Si, fuimos a Monterrey con los Artiach y Gari.
Una cenita muy agradable.

Mónica se atragantó.
Empezó a toser y tuvo que ir al cuarto de baño.
Al notar que tardaba mucho, Carlota se inquietó y fue a ver cómo se encontraba.
La vio hecha unos zorros, llorando, con el rímel corrido, intentando recomponerse.
Cuando consiguió tener un aspecto decente, volvieron a la mesa y Mónica decidió contarle lo que le pasaba.
En el fondo era su amiga del alma y siempre había sido muy discreta.
Por nada del mundo quería que su marido supiera lo que sentía por Gari, pero estaba segura de que podía confiar en Carlota.
Sin ser demasiado explícita, trató de decirle que Gari le atraía y que se debatía entre la culpa y el deseo.
Aparentó ser una chica buena, una mujer casada que ama a su marido pero siente algo especial por otro hombre, por lo que se culpabiliza.
Carlota, que la conocía de toda la vida y sabía de sus juegos y artimañas, le cortó el rollo como pudo y le planteó que si quería hablar con ella, tenía que hacerlo con claridad.
No estaba dispuesta a aburrirse escuchando victimismos infantiles.
Carlota era una mujer que había hecho mucho esfuerzo para madurar, terapias para superar los acontecimientos dolorosos de su vida y exigía respeto.
Además, la biodescodificación con Mercé Freixas la empoderaba e iba dejando atrás esas ganas de agradar que tanto daño le hacían.
A Mónica le sorprendió la reacción de su amiga, pero no era idiota y se dio cuenta de que hablaba en serio.
Además, desde que empezó la bioneuroemoción (cada día la llamaban se una manera diferente) vio en ella un cambio notable, que casi le daba envidia, porque se veía a si misma quedándose atrás.
Hasta tal punto le afectó la reacción de Carlota, que antes de contarle nada le preguntó:

¿Crees que a mi me vendría bien hacer la biodescodificación?
La verdad es que ni siquiera sé en qué consiste.

Con una seguridad aplastante, Carlota dijo:

No solo te vendría bien, sino que sería un paso muy importante en tu vida, sobretodo en este momento en que tus fuerzas flaquean y tus sentimientos se tambalean.

No necesitó más explicaciones.
Sin dudarlo, le pidió el teléfono de la Mercé.

Durante la comida, Carlota le explicó que la biodescodificación se trata de borrar los programas de las antepasados y que le esperaba un arduo trabajo.
Al principio resulta difícil tener que ir a los cementerios y a las iglesias para poder hacer el árbol transgeneracional, pero poco a poco la información va viniendo y con la ayuda de la Mercé, que es una canalizadora muy dotada, te vas liberando de programas familiares que no te corresponden y llega un momento en que puedes vivir tu propia vida sin las interferencias y las cargas de tus ancestros.
Es un trabajo de equipo, ya que Mercé es quien descifra las fechas y te va diciendo lo que tienes que hacer.
Al principio no entiendes nada, es preciso confiar, pero los resultados son tan espectaculares que te dan ganas de seguir hacia adelante.
Las repercusiones de tu propia biodecodificación alcanzan a tus familiares cercanos y el resultado final, es que cada día eres más feliz, porque como dicen los sabios, “la vida es un traje hecho a medida” y eso lo que se experimenta cuando se hace la bio.
Es precioso y te proporciona claridad.
Te deshaces de las creencias casi sin darte cuenta y empiezas a vivir tu propia realidad.
Mónica salió encantada.
Fue a su estudio e inmediatamente marcó el número de Mercé.


miércoles, 23 de diciembre de 2015

Capítulo 19_El desconcierto










Gari trataba de hacer las cosas lo mejor posible para que su nueva vida resultara un éxito.
Los años pasados en Francia fueron divertidos, aprendió muchas cosas interesantes pero también cometió errores que prefería olvidar.
Era listo y aprendió de sus equivocaciones.
Su relación con las drogas resultó bastante más intensa que un simple coqueteo.
Fue a Bali siendo muy joven y con la sola intención de coger las mejores olas del mundo en el paraíso del surf.
Pronto se rodeó de amigos impresionados de su destreza, no olvidemos que Gari es un surfer extraordinario.
Al anochecer se juntaban para cenar y pronto accedió a fumar la hierba que le ofrecían.
Al principio simplemente daba unas caladas y notaba que se ponía contento, se reía y disfrutaba de la comida balinesa, que es deliciosa.
Se basa en arroz, verduras y pollo, sin olvidar la extensa y maravillosa variedad de frutas exóticas.
La presentación de los platos es exquisita, los balineses dan mucha importancia a la estética, es un pueblo con una cultura elevada, donde la sonrisa es constante y el extranjero es bienvenido.
Durante muchos años no sintió la necesidad de tener su propia hierba, así que cuando hizo la tontería de comprar un paquete para fumar sin depender de los demás, tuvo la mala fortuna de que la policía hizo una redada y allí estaba nuestro amigo.
Le habían advertido que en Bali el asunto de las drogas es muy serio.
Puede llegar a ser motivo de pena de muerte o con mucha suerte cadena perpetua.
Gari pasó varios días en la comisaría.
Estaba desesperado sin saber a quien recurrir, por nada del mundo quería que sus padres se enterasen.
Metieron a otro preso que hablaba balinés y le dijo que todos los policías son corruptos, que por 5.000 euros le dejaban salir.
Se ofreció a hablar con el policía si le pagaba su parte y Gari accedió.
La gestión funcionó.
Fueron 10.000 euros muy bien aprovechados.
El alivio que sintió fue tan grande, que decidió no volverse a meter en jaleos el resto de su vida.
No consiguió evitar que le pusieran en el pasaporte persona non grata por lo que no pudo volver a Bali.
No poder ir a Bali no era el fin del mundo.
Sentirse libre es lo más grande que existe.
Ese era el motivo por el que no se había encontrado con Jaime los últimos años.
Había tenido suficientes experiencias, como para querer alejarse de un estilo de vida que le recordaba demasiado a sus peores momentos.
En Bilbao estaba contento, se comportaba como una persona normal y excepto su primo Beñat que estaba al tanto de sus asuntos, nadie sabía los puntos oscuros de su pasado.
Gracias al surf se mantenía en muy buena forma física y tenía una salud excelente.

El día de la inauguración de Morquillas en “Concepto” disfrutó charlando con Beatriz.
Ni siquiera tuvo la oportunidad de saludar a Mónica ya que estaba muy ocupada saludando a todo el mundo y presentando a su marido.
De repente les vio salir precipitadamente.
Pensó que irían a cenar con sus amigos.
Cuando la gente se estaba marchando, se acercaron Jaime y Carlota.

¿Os apetece ir a cenar al Monterey?
Se come muy bien, es uno de los mejores sitios de Bilbao.
Es pequeño y las mesas están en la barra pero merece la pena, no suele haber gente por la noche.

Beatriz dudó antes de contestar porque se levanta temprano para ir al gimnasio UP de Las Arenas, pero le apetecía seguir la fiesta y aceptó.
Efectivamente, Monterrey estaba casi vacío y cenaron la mejor merluza frita de todo Bilbao.
Se notaba que Jaime y Carlota estaban a gusto juntos y tenían bastantes cosas en común.
No es que Jaime fuera un experto en arte, pero a su madre le gustaba mucho la pintura y desde pequeño estaba familiarizado con ella.
A Carlota le interesaba la faceta de escritor de Jaime y le encantaba que le hablara de todos los lugares a los que había viajado.
Eran cuatro amigos que se encontraban bien estando juntos, como si se conocieran de toda la vida.
En condiciones normales, Carlota hubiera ido a cenar con el artista y con los asiduos, pero Morquillas dijo que prefería retirarse temprano, así que a las diez en punto la gente se fue y Carlota cerró la galería.
Esas cenas a las que va tanta gente a veces resultan interesantes, pero para los que no pertenecen al núcleo y no se conocen entre sí, son peligrosas.
Para Gari, haber encontrado a los Artiach y que hayan encajado tan bien con su prima era estupendo.
Le gustaba la idea de tener amigos con los que, además de coger olas, podía salir a tomar una copa o a cenar.
Beatriz le había hablado de las maravillas del golf y de lo bien que encaja con el surf.
Quedó en tomar unas clases con ella para conocer los fundamentos y se ofreció a acompañarle en los 9 hoyos del Pitch and Putt (1) de Derio.
Parecía que la vida le sonreía.
Lo de Mónica le resultaba muy complicado.
Una vez tuvo un romance con una francesa que estaba casada y la verdad es que es muy enrevesado tenerse que esconder, no poder llamar por teléfono con naturalidad y lo peor de todo, es que siempre serás el segundo plato, porque el marido tiene la prioridad absoluta por mucho que cuando estés a solas te diga que te quiere más que a nadie en el mundo y sandeces por el estilo.





(1) El pitch & putt se desarrolla en campos de hoyos par 3, es decir, diseñados para jugarlos en 3 golpes.