sábado, 30 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS TREINTA

 




He estado buscando recomendaciones de películas y no he encontrado una sola que me apeteciera, es lo malo de saber exactamente lo que me apetece en este momento, que es una comedia francesa a poder ser actual, lo cual no es fácil porque las apetecibles ya las he visto y las demás son antiguas, me cuesta ver cine en blanco y negro y no soy capaz de ver dos veces un film aunque me haya encantado, a pesar de no tener una memoria privilegiada, tengo la sensación de saber lo que viene a continuación, tampoco me gusta leer dos veces el mismo libro, soy una maniática lo cual es peor para mi porque me pierdo muchos placeres.

Hay personas que son capaces de ver ocho veces la misma película, mi ex marido era un cinéfilo empedernido hasta tal punto que, no solo no le importaba ver una película varias veces sino que era capaz de ir a los cines más apartados para que yo también pudiera verla y así comentarla.

Creo que para ver Las diabólicas fuimos al cine Ikea de Leioa, ya nadie se acordará de ese cine, en la época en que yo empecé a salir con él había muchos cines en Bilbao y en los pueblos, solo ponían una película en cada cine, poco a poco empezó a cambiar el asunto, quitaron los cines tradicionales y empezaron los multicines, cada vez menos cines pero cada uno con varias películas, hasta llegar a lo de hoy en día que ni siquiera hay que salir de casa para ver los estrenos, a no ser que se tenga un interés determinado.

Hoy he intentado seguir viendo la serie Asistenta que ayer me gustó pero hoy me ha resultado triste, oscura y no me apetece seguir, no me apetecen las historias de la vida dura, me pregunto por qué me fío tanto de las críticas, a veces me sirven pero la mayoría de las veces no tienen la misma visión que yo del cine, además hay temas que detesto, como por ejemplo la violencia, las armas, las guerras, tengo muy claro que me interesan los temas femeninos y a poder ser que la protagonista sea mujer.

Me gustan las biografías de personas interesantes y los documentales buenos, a veces tengo una especie de intuición que me lleva directamente a lo que me interesa pero hay días en los que parece que estoy atontada, hoy era unos de esos días, así que me retiro tan contenta.

Por primera vez desde hace mucho tiempo he mirado la cartelera y he visto que en Bilbao dan Madres paralelas, de Almodóvar pero a unas horas que están fuera de mis costumbres aunque me apetece mucho, tampoco me gusta la idea de meterme en un cine con mascarilla y todo lo que conlleva, además me he acostumbrado a ver las películas en versión original con subtítulos y la idea de los doblajes no me  apetece nada, aunque justo Madres paralelas es en español, aún así, a las diez de la noche yo ya estoy en la cama.









viernes, 29 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTINUEVE

 





Había leído la crítica de la serie Asistenta que la ponía muy bien aunque me parecía que el tema era duro , no obstante necesitaba distraerme y ya he visto dos capítulos, aunque al principio he estado a punto de dejarla, me está interesando mucho, me hace pensar en mí y en lo poco que he luchado en mi vida, me di cuenta tarde de lo importante que es saber exactamente lo que se desea e ir a por ello.

Ahora estoy contenta con mi vida porque tengo lo que deseo por encima de todo: libertad.

Hay muchas cosas que no debo contar con detalles pero las tengo guardadas en mi corazón y me sirven para seguir adelante y tener en cuenta lo duro que ha sido llegar a estar a gusto en mi casa, tranquila con mis hijos mayores y el pequeño cuando viene, no puedo ir a pasear pero tengo paz, no tengo miedo.

Ahora tengo la boca cerrada, ya os lo he contado y echo en falta hablar pero eso no es nada, las veinticuatro horas del día las utilizo en lo que más deseo que es practicar el conocimiento y eso me hace feliz.

Me ha costado mucho llegar a esta situación, no ha sido fácil, he tenido que pasar por experiencias difíciles, he luchado, y más tendría que haberlo hecho pero me conformo con lo que tengo, no me quejo, la serie Asistenta me está ayudando a rebobinar mi vida y voy borrando lo que no ha sido positivo se puede hacer más y mejor, yo hice lo que pude, lo que supe, me habían inutilizado y no sabía que tenía derecho a vivir a mi manera, la educación que recibí fue nefasta, me sentía culpable, según el derecho es una imputación de la persona, también tenía miedo, que es una emoción cuya máxima expresión es el terror.

Yo solo era libre con el pensamiento, me alegro de haber expresado lo que he sentido durante muchos años, vivía en la ignorancia.

Miro a mi alrededor y veo que no es fácil vivir en una situación en la que se siente libertad, por lo que doy gracias a Dios las veinticuatro horas del día, ya no siento miedo y no me siento culpable, respiro profundamente.




jueves, 28 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTIOCHO

 





Han pasado dos días desde que entré en un quirófano y todavía siento las consecuencias de la agresividad que supone estar desnuda en una camilla, con un círculo de luces enfocando mis ojos y rodeada de uniformes azules hablando en tres sí y poniéndome un aparato en la pierna que me hacía daño cuando se apretaba, me dijeron que era para medir la tensión.

Tengo la sensación de que me he vuelto vaga desde ese día, ni siquiera me apetece ver una película que exija concentración, espero que se me pase pronto esta fase y volver a mis rutinas que me tienen más entretenida, además tampoco puedo comer a gusto, creo que todavía estoy un poco anestesiada.

Veo la televisión y hablan del matrimonio de Olga y Antonio David y me doy cuenta de que en los matrimonios se esconden muchas cosas, hay secretos difíciles de reconocer, no tengo intención de contar a nadie algunas cosas por las que transigí y me falté al respeto, considero que no recibí una educación adecuada para la vida que me esperaba, gracias a Dios eso ya pasó y ahora estoy en paz conmigo misma.







miércoles, 27 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTISIETE

 





Lo que publiqué antes de ayer respecto a la muerte de mi hermano Carlos ha tenido mucha repercusión.

Sucedió hace muchos años y además en aquella época nosotros vivíamos en Bilbao y pasábamos los veranos en Santurce, por lo que a pesar de que nos relacionábamos con gente de Getxo, es fácil que la siguiente generación a la mía no haya oido hablar de lo que pasó, no obstante he recibido muchos mails de personas impresionadas que me han llegado al alma y me han hecho seguir pensando en el tema y recordar algo que me contó mi madre que me pareció de una grandeza extraordinaria.

Un día que estábamos hablando de ese tema me contó que cuando estaban en el hospital y confirmaron la muerte de mi hermano, lo primero que hizo mi madre fue darle un abrazo a la tía Mercedes, madre de Isín y hermana de mi padre y le dijo:

Mercedes, no des más vueltas a este tema, podía haber sucedido lo mismo al revés.

Me pareció precioso, no solo por verdadero sino porque demuestra que mi madre lo aceptó tal y como había sido.

Supongo que a Isín le costaría superarlo, yo no le veía mucho en aquella época, solo de vez en cuando en casa de mi abuelo, pero en esas edades cinco años de diferencia son muchos años y a mí pronto me mandaron interna a Madrid y luego a Burdeos y cuando volví con diecisiete años, conocí a Carlos Artiach que era amigo de Isín y en seguida me casé. 

También recuerdo que cuando murió mi hijo Carlos yo estaba destrozada y con ganas de tranquilidad, le dije a mi marido que no podía soportar tener la casa llena de gente, no tenía fuerza, agradecía todo el cariño que me demostraban mis familiares y amigos pero necesitaba soledad, solo me apetecía estar con los dos hijos que me quedaban, entonces Isín nos dejó su furgoneta y nos fuimos a Marruecos, resultó muy beneficioso, era un mundo tan ajeno al que habíamos vivido en Las Arenas la última semana, que me tranquilizó y me ayudó a meterme en mi interior, creo que era exactamente lo que necesitaba.






martes, 26 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTISEIS

 





Ya me han operado y ya estoy en casa y debo reconocer que ha sido peor de lo que esperaba, me había hecho a la idea de que era un bobada y no ha sido así.

Por lo menos he conseguido que no me anestesiaran excepto localmente y sin sedación, he ido al hospital yo sola en mi coche y quería volver lo antes posible, si me hubieran dicho como lo han hecho en otras ocasiones, me habría acompañando alguno de mis hijos pero no me avisaron y he ido tan tranquila, creo que era la única paciente que estaba sola, pero han sido muy amables conmigo, todas las enfermeras y cirujanas estaban muy elegantes, vestidas de azul marino como cuando me pusieron el reservorio.

He llegado a casa a las doce, he comido, me he metido en la cama, he dormido y ahora me encuentro bien, contenta de que lo peor ya ha pasado aunque tengo que hacer algunas cosas que me han recomendado.

Me sienta muy bien escribir, me expreso y me comunico, soy sociable y extrovertida, lo contrario de algunas personas que no cuentan nada, me gusta compartir, preferiría que todo lo que cuento fuera maravilloso y recomendar películas estupendas, no obstante la vida es variada y no se pueden pedir peras al olmo.







lunes, 25 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTICINCO

 





Desde hace unos días cada vez que pongo la televisión hablan de ese actor que por accidente ha matado a la directora de fotografía de la película que estaban rodando y no me gusta, más bien me molesta, me recuerda que hace muchos años mi hermano Carlos murió de la misma manera y me duele.

Debido a que mi hermano Carlos que tenía dieciséis años y era listo, travieso, cariñoso, muy brillante y mal estudiante, mi padre decidió ponerle un profesor particular en un cuarto que estaba libre en su oficina de la calle Bailén de Bilbao, que había sido policía y se encargaba de mantenerle tranquilo durante algún tiempo.

Supongo que el policía para chulear de algo le enseñó una pistola que tenía en un cajón y que estaba descargada o, por lo menos eso contaron.

Mi primo Isín fue a visitarle y Carlos le enseñó la pistola descargada, parece ser que ese tipo de juegos hacen furor entre los hombres, tanto si son jóvenes como si peinan canas.

Resumiendo, a Isín se le disparó el arma que sí estaba cargada y a Carlos le entró la bala en la cabeza y aunque intentaron operarle durante la noche no consiguieron que viviera.

Yo tenía once años y adoraba a ese hermano que siempre estaba contento y hacía cosas muy extravagantes.

La muerte de mi hermano le rompió el corazón a mi madre y de paso a toda la familia.

Esa fue la primera tragedia de mi vida, hasta entonces lo único grave que recuerdo es el día que mi madre me llevó al colegio que estaba muy cerca de mi casa y a donde volvería al mediodía para comer.

La muerte de mi hermano Carlos fue la primera herida que tengo en mi alma y todavía se me llenan los ojos de lágrimas cuando la recuerdo.

Carlos decía que había que hablar con propiedad, yo le admiraba, me enseñó a hacer cabañas y a no llorar cuando me caía patinando y me hacía heridas en las rodillas.

Carlos murió joven , no obstante dejó una estela difícil de borrar.

En navidad, cuando estábamos juntos toda la familia, mi padre le echaba de menos más que los demás días.

Perder un hermano es muy duro pero perder un hijo es peor todavía.





domingo, 24 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTICUATRO

 





Considero que vivimos en plena contradicción, me refiero sobre todo en lo concerniente a las mujeres.

Por un lado luchamos para que el feminismo se imponga, es decir, igualdad de derechos y libertades y es más que evidente que hay muchas mujeres que hacen una labor encomiable para que pueda conseguirse, se van dando pasos a pesar de las dificultades, no obstante y al mismo tiempo cada vez dan más importancia a la imagen de la mujer, lo cual hace que su vida resulte sacrificada.

A pesar de que comprendo que todos los trabajadores de la moda tienen derecho a vivir de su trabajo, considero excesivo el esfuerzo de la mujer en todos los ámbitos de la vida pública y social.

Además de tener hijos que de por sí exige mucho tiempo y dedicación, el hecho de estar perfectamente vestida, calzada, peinada y a menudo operada, requiere una dificultad extra.

Recuerdo cuando yo exponía en la galería U98 situada en la calle Serrano de Madrid, que estaba cerca de  la peluquería Rupher a la que acudía mi galerista de quien era clienta y amiga, solía venir a mis inauguraciones y contó que había estado peinando a la reina Sofía, pero lo había dejado porque tenía que estar a las siete de la mañana en la Zarzuela y no le apetecía madrugar tanto.

Tal vez no sea exacta esta información, no obstante, desde mi punto de vista que es el de una mujer que sabe lo que cuesta la ropa, no me refiero solo al dinero sino a estar a la moda, probarse los vestidos, elegir, andar con tacones, llevar falda tubo, estar maquillada, cuidarse el cutis, tener el pelo perfecto, hacer ejercicio, mantener la línea, hacerse faciales, darse masaje, que funcione la casa, tanto hacerlo con organizar a las personas que lo hagan, no digamos ocuparse de los hijos y no sigo, porque no me entra en la cabeza que haya personas que roben horas al sueño.

Lo que he escrito es solo una pincelada de lo que se exige hoy en día a la mujer moderna que ocupe un espacio en la vida pública y social.

Hace muchos años, incluso antes de mis exposiciones en Madrid, tenía una amiga llamada Cheta que antes de ser mujer había sido hombre.

Le conocí siendo un chico muy alto, psicólogo, encantador y muy sensible, llamado Jesús Ortuondo, sobrino del alcalde de Bilbao y estuve cerca de él en todo el proceso de su cambio.

Siendo mujer era muy presumida, se vestía en Blanco y no se privaba de arreglarse de la mejor manera posible.

Recuerdo que un día que fuimos juntas a la playa, le invité a ducharse y arreglarse en mi casa de Las Arenas porque él vivía en Bilbao y teníamos pensado tomar una copa en el Dust, que era el bar de moda.

Mientras yo me arreglé en media hora, ella tardó más de dos horas, le dije que era una exageración tardar tanto y me contestó:

Para ti es muy fácil porque eres mujer, pero para mi es dificilísimo.

Nunca lo había visto de ese modo y aunque me sorprendió no me quedó más remedio que creérselo, porque cuando yo estaba casada, tardaba bastante más que mi marido cuando nos arreglábamos para ir a una fiesta o a lo que fuera.






sábado, 23 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTITRES

 




Llevaba unos días incómoda porque me parecía que las cirujanas de Osakidetza se estaban pasando con las pruebas para quitarme un tumorcillo benigno que no tiene importancia y aún así he tenido que hacerme dos biopsias, cinco radiografías y una extracción de sangre con una aguja que hacía daño en el reservorio, que bastante sufrí cuando me lo pusieron.

Todo lo que me han hecho hasta ahora significa que he tenido que madrugar, meterme en un hospital que no es lugar de mi agrado a no ser que realmente lo necesite, esperar, cansarme y llegar a casa agotada, con la sensación del deber cumplido y también de que me estaban tomando el pelo por hacerme más pruebas de las necesarias, no obstante, hoy, mientras charlaba con una chica a quien hacía mucho tiempo que no veía, al contarle mis novedades y decirle que había tenido leucemia, he comprendido que con esos antecedentes es lógico y de agradecer que me preparen con todo el cuidado del mundo, ese momento de iluminación me ha puesto de buen humor porque he entendido que me están cuidando mucho y bien.

Soy desconfiada por naturaleza como buena Piscis.

Ayer vi la película Calle de la humanidad 8, en Netflix, no voy a decir que sea la maravilla del siglo pero es entretenida y el final es precioso, me puse muy contenta, además me encantó ver a Jorge Calvo que es un excelente actor.

Hoy ha hecho un día espléndido y he salido por la mañana con la intención de sacar fotos, he ido al puerto deportivo porque allí siempre encuentro motivos interesante y sobre todo puedo aparcar, pero he salido deprisa y corriendo porque estaba lleno de gente, había olvidado que los fines de semana es mejor no salir de casa, sobre todo si hace bueno porque llenan todo y no queda tan bonito.






viernes, 22 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTIDOS

 





Desde que supe que Mercedes Milá estaba haciendo una serie nueva ya quise verla, no obstante y a pesar de que siempre me gusta, la idea de que entrevistara a Jose María García no me apetecía y eso que ni siquiera le conozco, no sentía ese interés que otras personas despiertan en mí, así que hoy he decidido ver a Massiel que siempre me gusta en mayor o menor medida y reconozco que me he divertido, me hubiera gustado que siguieran hablando un buen rato, se me ha hecho corto.

Tengamos en cuenta que ambas son chicas de mi generación, más o menos, hemos pasado por horrores similares tanto políticos como religiosos, cuya educación ha hecho mella en nuestros caracteres y por consiguiente en nuestro ADN y eso tiene difícil arreglo.

Me ha gustado cuando Massiel ha dicho que no puede hablar de su hijo ni de sus nietos, me he sentido identificada con ella, aunque en mi caso, he ganado mucha paz desde que hice la promesa de no mencionar a los míos en mi diario, todo está más tranquilo incluida yo misma.

Respecto a mis hermanos no tengo nada que decir, son buena gente y bastante han hecho ayudándome cuando lo he necesitado y no haber cargado las tintas con mi madre respecto a mi comportamiento.

De mi exmarido, es decir el padre de mis hijos podría decir algunas cosas, más que nada para desahogarme pero no lo hago porque Beatriz me dijo que no le parece bien hablar de una persona que se ha muerto y no puede defenderse, así que acepto mantener la boquita cerrada.

Sobre mi madre he hablado bastante, por lo menos lo suficiente para callarme lo que me queda por contar, además me sacó las castañas del fuego aunque justo antes de casarme me advirtió que no lo iba a hacer, pero lo hizo siempre y menos mal, porque si no llega a hacerlo no sé qué hubiera sido de mí, con todos los disparates que he hecho a lo largo de mi vida. 

Por lo menos le pedí perdón, eso me tranquiliza aunque no estoy segura de que me haya perdonado, no me lo hizo saber.






miércoles, 20 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTIUNO

 





He visto un buen rato del documental sueco The feminister y he aprendido la importancia de una mujer valiente en la política exterior, pero no he sido capaz de seguir porque a pesar de que me estaba interesando mucho, al mismo tiempo me aburría.

Elogio a las mujeres que son capaces de meterse en política, sobre todo si tienen ideas feministas y las ponen en práctica en su trabajo, poco a poco son ellas las que consiguen que las demás mujeres, las que todavía estamos supeditadas a una cultura patriarcal instalada en las familias y heredada por tanto de madres a hijas, podamos poco a poco dar pasos que van tomando fuerza a medida que pasa el tiempo, no hay que olvidar que este tipo de asuntos requiere paciencia e insistencia.

Suecia lleva gran adelanto respecto a los demás países. 

Suecia fue el primer país del mundo en culpar a los clientes que compraban sexo, Francia siguió a Suecia y ahora empiezan a hablar en España de abolir la prostitución.

Cuando yo vivía en Los Ángeles, California, había una piscina en la urbanización con jacuzzi, sauna y ducha que resultaba agradable.

Me encontraba un día en la sauna con mi amiga Claudie, parisina residente en Los Ángeles como yo y entró un señor que también vivía en mi urbanización, se sentó tranquilamente, se quedó un buen rato y se marchó sin decir adiós.

Claudie, que llevaba varios años viviendo en Malibu me comentó:

Los hombre americanos tienen tanto miedo a ser acusados por molestar a las mujeres que no se atreven ni a mirarnos.

Tenía razón, es muy diferente el trato con las mujeres de un americano comparado con un europeo, son mundos opuestos, sin embargo en la calle, en público, cuando te ven unas cuantas veces en correos o en las tiendas, te saludan con toda naturalidad sin esperar respuesta, una menera diferente de hacer vida social.





  

martes, 19 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS VEINTE

 





Ha cambiado tanto la vida, no solo para mí que también, pero para todos si tenemos en cuenta el covid y sus inconvenientes.

Mi caso es tal vez más extremo por los problemas de movilidad, si ando un poco más de la cuenta me duele la rodilla y vivir con dolor es insoportable, lo evito a toda costa, por lo cual me quedo en casa tan tranquila.

A eso me refiero sobre todo al hablar del cambio de vida, no quiero imaginarme lo duro que sería pasarme días enteros sin salir de casa encontrándome bien, cuando no había ordenadores, ni internet, ni móviles, ni películas a la carta, no quiero ni puedo imaginarme lo dura que sería mi vida aunque siempre se puede escribir, que es algo que me ha salvado la vida en múltiples ocasiones.

Recuerdo una temporada en Las Arenas en la que vivía con mi hijo pequeño y me sentía sola porque los mayores no estaban, ya me había separado y no podía salir de casa porque tenía que cuidar al niño, eso me causaba frustración, no me sentía inspirada para pintar, el bebé llenaba mi tiempo y atención por lo que recuerdo que pasaba muchas horas escribiendo, desahogándome y cuando al cabo de los días leía lo escrito, no me entraba en la cabeza que el niño no me llenara la vida, creo que nunca he tenido muy desarrollada la maternidad, tuve hijos porque las cosas eran así, ni siquiera me planteaba que pudiera ser de otra manera, tardé mucho en saber que tenía derecho a pensar por mí misma y para entonces ya había tenido tres hijos y un marido que no me hacía feliz, con quien no me entendía ni me sentía querida, además no me gustaba ser ama de casa ni la vida en la que ya estaba encajada.

Adoraba a mis hijos pero me apetecía salir y entrar y estar con mis amigas, ir a las galerías de arte, a Bilbao, yo era de ciudad, la idea de vivir en Getxo me resultaba pueblerino, tengamos en cuenta que estoy hablando de hace cincuenta años, todo ha cambiado.

Ahora me gusta estar en casa, tengo la sensación de que no pierdo el tiempo, ir a los clubs y a los bares no entra en mi agenda, prefiero quedarme en casa dedicándome a lo que me interesa que son muchas cosas.








lunes, 18 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS DIEZ Y NUEVE

 





Ayer tuve un training virtual directamente con Prem Rawat basado en los tres puntos que considera esenciales para vivir en paz:

1_Conócete a ti mismo.

2_Vive conscientemente.

3_Mantén el agradecimiento en tu corazón.

Además de ser interesante también fue efectivo ya que sentí como si me parara en seco.

Tengo costumbre de ir deprisa por le vida, no físicamente sino con la cabeza y me resulta agotador e innecesario, sin embargo ayer me sentí tranquila todo el día, sin hacer nada lo cual es muy práctico porque al final del día, casi sin darme cuenta, comprendí que había hecho exactamente lo que tenía que hacer para estar alineada conmigo misma.

Gracias a poner en práctica lo que Prem Rawat me enseña, tengo la sensación de que voy dando pasos importantes en mi vida, tanto en lo concerniente a mi paz interior como en mi carácter.

A veces pienso en el pasado y además de haber vivido de un modo desaforado, buscando desesperadamente algo que pensaba que estaba fuera y no lo encontraba, tampoco era feliz, a menudo estaba malhumorada y ahora me sucede todo lo contrario, me siento tranquila, contenta y no busco nada fuera, porque sé que todo está dentro de mi.

He tenido suerte.









sábado, 16 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS DIEZ Y OCHO

 





Creo que debo contar la historia del tumor que tengo en las encías, a veces me ronda por el cabeza y no sé si es mejor olvidarlo, mejor lo cuento y por lo menos sigo sabiendo que mi intuición no me engaña y que soy bruja, me interesa confirmarlo.

Bien, todo empezó hace tiempo, mucho antes de la leucemia, me habían terminado de hacer los implantes en una clínica odontológica de Algorta que me gustaba, sobre todo el dueño que era el que se ocupaba de los implantes.

Todo iba bien hasta que un día mi osteópata me hizo un tratamiento en la mandíbula y comprobó que la última muela de la parte derecha no coincidía con la de arriba, me lo comentó y me dijo que era mejor que me pusieran otro implante abajo para que encajaran ambos lados, lo comenté con el dentista y no le dimos más vueltas.

No obstante, al cabo de un tiempo, cuando ya casi había olvidado esa conversación, el dentista me dijo que iba a probar si tenía posibilidades de ponerme ese implante, me hicieron las radiografías necesarias y decidió que me lo iba a poner.

Cuando ya estaba puesto lo que llaman implante que es solo el hierro que meten dentro de la encía, me ingresaron con leucemia y después llegó el tratamiento de quimioterapia por lo que me prohibieron ir al dentista hasta que terminara el proceso.

Al acabar la quimioterapia empezó el confinamiento y seguí sin hacer nada, hasta que por fin todo empezó a funcionar otra vez y un dentista de la clínica de quien me acuerdo perfectamente porque no me gustó cómo me trataba, ya me había a acostumbrado al implantólogo que tenía los dedos muy finos, me puso lo que llaman la corona que hasta entonces yo llamaba muela.

Pronto empecé a notar un bulto y llamé a la clínica para que me lo mirara otra persona que no fuera el mismo sino un periodoncista, yo estaba segura de que el bulto tenía relación con el trasplante o la corona.

Tuve que discutir bastante ya que la persona con la que hablé estaba empeñada en que me viera el mismo dentista que no me había gustado, me resultó desagradable, pero al final se puso al teléfono una persona más sensata y amable y me dio una cita con el dentista adecuado, es decir, un periodoncista, el cual me hizo una limpieza de encías con mucha anestesia por lo que no me hizo daño.

Pasaron los días pero el bulto seguía creciendo y llegó el mes de agosto, todos se iban de vacaciones, el periodoncista me hizo una receta de antibióticos muy fuertes que me destrozó el cuerpo, sin embargo no paró el crecimiento del bulto, por lo que en cuanto llegó el mes de septiembre acudí al dentista con la esperanza de que solucionaran el problema.

Lo primero que me dijo el periodoncista cuando me vio fue que ese trasplante no me lo habían puesto en esa clínica, lo cual era mentira, no es que yo me fíe mucho de mi cabeza ya que la quimioterapia había hecho estragos en mi memoria pero me acordaba perfectamente de la conversación que había mantenido con el dentista que me había puesto el trasplante y además había seguido de cerca todo el tejemaneje del asunto.

No discutí mucho porque ya lo único que quería a toda costa es que me quitasen ese bulto que aunque casi no me dolía, lo notaba hasta en el oido.

Debido al tamaño del bulto el periodoncista y el que me había puesto el trasplante hablaron entre si y me concertaron una cita con el doctor Aguirre que según ellos era el mejor de Bilbao en su especialidad.

Gracias a Dios me entendí muy bien con el doctor Aguirre, me hicieron una biopsia bajo su requerimiento que él mismo estudió en la universidad y me llamó por teléfono para decirme que era un tumor benigno, lo cual me tranquilizó, ya que el periodoncista que es muy joven estaba muy nervioso cuando me dijo que tenía era un tumor que podía ser maligno o benigno, por eso el doctor Aguirre me llamó inmediatamente sabiendo que me iba a dar una buena noticia.

Dado que a mí me estaban llevando los controles de la leucemia en Cruces, el doctor Aguirre me recomendó que acudiera a mi hematólogo para que hiciera las gestiones pertinentes en Cruces e incluso escribió una carta en la que explicaba mi caso.

En el momento en que me puse en manos del equipo maxilofacial de Cruces todo empezó a marchar sobre ruedas, ya solo me falta que me digan qué día me van a operar y qué tipo de anestesia van a utilizar.





viernes, 15 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS DIEZ Y SIETE

 





Ayer pasé un día excepcional hasta tal punto que casi todas las sensaciones eran nuevas para mí, por lo menos eso fue lo que pensé cuando me retiré a mis aposentos.

Fui a Cruces por la mañana para hacerme un segundo tac y completar así el examen que fue diferente del que me hicieron el lunes, me colocaron al revés y no fue tan desagradable como el anterior. 

Volví a casa, comí, descansé un rato y volvía al hospital acompañada de mi hijo, así me lo habían aconsejado porque podía impresionarme lo que me iban a contar.

Todo aconteció en un lugar en el que nunca había estado, no nos hicieron esperar, en seguida me llamaron, me trataron muy bien y una doctora muy amable que conocía mi historial como si lo hubiera estudiado a fondo, me dijo que todas las pruebas habían dado unos resultados muy positivos y que en la próxima visita decidirían se me pondrían anestesia general o local, no dependía de ella. 

Me tranquilicé cuando me di cuenta de que era imposible que me anestesiaran para algo tan fácil como es extirpar la parte de tumor que me quedaba, ya que en la biopsia me quitaron un buen trozo solo con la anestesia local y no me dolió nada.

Volvía a casa, trabajé un poco y me relajé viendo "Las cinéphilas" documental argentino que me gustó, me entretuvo e hizo que me sintiera identificada con las protagonistas y así pasé un día muy diferente, los otros suelen ser mucho más tranquilos, había cumplido con mi deber y me sentí satisfecha y muy contenta sabiendo que ya solo me quedaban dos días de hospital, por lo menos de momento y agradecida por saber lo bien que me encuentran, si no fuera por la rodilla, estaría en plena forma aunque todavía me quedan revisiones de la leucemia.

Tengo la sensación de que todo lo que he escrito hoy es aburrido y sin interés, lo cual no es óbice para que forme parte de mi vida diaria actual.

Me ha hecho gracia un mail que he recibido de Pilar Serrano que es quien me recomendó "Las cinéphilas" en el que me dice que las protagonistas le habían parecido muy deterioradas, lo cual me ha sorprendido porque a pesar de que son un poco mayores que yo, no las encontré mal, andan bien, tienen alegría de vivir y son cultas.

¿qué puedes esperar de unas mujeres de más de ochenta años que están jubiladas, viudas y les encanta el cine?





miércoles, 13 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS DIEZ Y SEIS

 




Estoy viendo una serie relacionada con la informática que me está pareciendo muy interesante.

Está basada en hechos reales, se llama "El código que valía millones" sucede en Berlín y aunque el color no es atractivo, merece la pena.

Personalmente me recuerda a cómo me sentí yo en Bilbao en el año noventa y seis después de haber vivido tres años en Los Ángeles, me pareció que la vida había retrocedido y eso que yo no era una informática sabelotodo, sino más bien lo contrario, no lo era y sigo sin serlo, mi formación lápiz y papel no se destruye fácilmente.

Cuando llegué a California en el año noventa y tres, nunca había cogido un ratón, lo único que sabía de la importancia de internet es que me habían contado que podía mandar fotos de mis cuadros en tiempo real y eso me había cautivado.

Me matriculé en la Pepperdine University para mejorar mi inglés que era y sigue siendo pobre y solamente por el hecho de estar matriculada tenía derecho a usar un ordenador Apple y asistir a clase de informática lo que para mí resultaba algo de otro planeta, pero mis ganas de aprender eran tan potentes que compensaban mi falta de desarrollo cerebral.

Además contraté una profesora privada que intentaba enseñarme a pesar de que no le resultaba fácil porque, a pesar de que tanto ella como yo poníamos todo el interés, mi estado era más que deficiente.

Durante los tres años que pasé en Malibu haciendo muchas cosas además de asistir a la universidad, no solo aprendí a manejar un ordenador sino que hasta encargué una web que ha estado funcionando hasta hace unos días en la que he podido presentar lo obra que hice mientras estaba allí, pero hace unos días he comprobado que me la han quitado sin previo aviso, por lo que no tengo ni siquiera las fotos de las piezas que hice durante mi estancia en California, se quedaron allí, se llamaba Stapling porque utilizaba grapas para pegar cartulinas de colores.

Tenía un marchante que me organizó varias exposiciones y es cuando empecé a tener constancia de la importancia de internet.

Al llegar a Bilbao lo primero que hice fue comprarme un iMac original G3, aquellos que tenían como un bulto redondo por detrás y apuntarme a una escuela de informática para aprender a hacer mi propia web.

Todo lo que hice me costó mucho porque en Bilbao no había cultura de internet ni de web ni de mails.

A medida que voy viendo la serie me siento más identificada con los protagonistas aunque ellos estaban en una galaxia informática de verdad, mientras que yo sigo teniendo muchas dificultades para todo lo relacionado con este tema que tanto me interesa.





martes, 12 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS QUINCE

 



¡Qué importante es tratarse bien entre las personas! puede cambiar la existencia, ayer tuve que ir al hospital para que me hicieran un tac, algo nuevo para mí, cosa rara porque a estas alturas de la vida me han hecho de todo.

En general me suelen tratar muy bien y suelo salir contenta pero lo de ayer fue algo difícil de olvidar.

El tac no es muy diferente a otras máquinas en las que me han metido, simplemente el enfermero que dirigía la operación era un bruto, solo eso, hablaba muy alto a pesar de que le avisé que me encontraba muy sensible, me quería coger con su manaza mi pierna derecha que está acostumbrada a que yo la suba y la baje con mis manos cuidadosamente y así todo el tiempo, no recuerdo los detalles pero todo hacía que me resultara desagradable.

Lo único que me pareció divertido fue que cuando me dijeron que tenían que pincharme yo dije que tenía reservorio y comentaron que en este caso no se podía, que tenían que hacerme una vía, entonces la enfermera sin dudarlo se dirigió directamente a la parte interior del codo de mi brazo izquierdo, donde me consta por experiencia que no hay una sola vena válida, se lo hice saber pero insistió en su intento, así que le dije que yo sabía donde había una vena que podía servir en el brazo derecho, no me hacía caso hasta que el enfermero bruto, que era el que mandaba, le dijo:

Hazle caso a ella, los oncológicos suelen saber dónde tienen las venas buenas.

Efectivamente, me la encontró a la primera sin tener que hacer una carnicería que es lo que pasaba hasta que me pusieron el reservorio.

Cuando terminó todo, me marché con alegría pero al llegar a casa estaba tan cansada que tuve que meterme en la cama y me quedé dormido como un tronco hasta las tres de la tarde, hora en la que me desperté de repente sin saber donde me encontraba, debí de tener un sueño muy profundo.





domingo, 10 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS CATORCE





Ultimamente he estado muy interesada en los Youtubers que viven en Andorra, todo lo que decían sobre ellos me llamaba la atención, no tanto por lo que contaban, sino lo divertido que me resultaba cuando yo publicaba en Youtube.

Hoy o he visto un programa de investigación sobre Andorra y los motivos por los que estos jóvenes viven allí y he comprendido que solo es un asunto de dinero, no obstante lo que de verdad me ha impresionado es que he recordado que hace muchos años, cuando volví de Los Ángeles para instalarme en Getxo y compré mi primer ordenador, muy pronto creé un programa en Youtube que se llamaba Radio Neguri y todos los días, con gran entusiasmo, lo primero que hacía por las mañana era disfrazarme un poco y contar algo, tenía muchos seguidores y me lo pasaba bomba.

Además de la radio Neguri en la que hablaba, también publicaba entrevistas que hacía a los artistas en las inauguraciones de museos y galerías de artes o simplemente en un bar, cuando alguien tenía algo que decir, por ejemplo Zampa que me hablaba de Bob Dylan ya que es un experto, también recuerdo una entrevista que le hice a Arakis cuando era director de Monte Hermoso en Vitoria y muchas otras, además de mis propias performances.

Tenía muchos seguidores, muchísimos y me divertía de lo lindo.

Pero no duró.

Llegó un momento en que me quitaron más de mil videos que tenía en Youtube, debido a la performance sobre el director general de todos los museos Guggenheim del mundo, por lo menos en su momento porque ahora he escrito Thomas Krens y Blanca Oraa en Google y hay muchas entradas pero en ninguna se puede ver mi performance, cuyo nombre cambié para poder publicarla porque el éxito que tuvo fue arrollador, ahora se llama Desde el anonimato, fue exhibida en el Instituto Cervantes de Estocolmo, en el Reina Sofía de Madrid y en el propio Guggenheim de Bilbao, a donde tuve la oportunidad de asistir, además de otros lugares que permanecieron en el anonimato porque mi performance no tenía copyright.

No solo eliminaron mis videos sino que durante varios años he estado castigada sin poder interactuar en Youtube.

Lo que sucedió con Thomas Krens cuando le echaron no es asunto mío, ni siquiera quise saber el motivo pero desde entonces ha desaparecido y se desconoce su actual paradero.

Antes de hacer la performance yo estuve con él un par de veces y me pareció encantador, pero me consta que los que usaron la imagen del Guggenheim fueron multados de diferentes maneras.

Al ver lo que hacen los Youtubers de Andorra se ha despertado mi curiosidad por saber qué hacía o decía yo en Radio Neguri, me consta que era divertido y no sé cómo recuperarlo, jugaron con ventaja, me encantaría que me devolvieran mi trabajo.




viernes, 8 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS TRECE

 




No echo de menos las clases de escritura, sobre todo cuando me acuerdo de algunas preguntas que a veces hacía el profesor como si fuera algo natural que entraba en el ámbito de enseñar a escribir a personas que habían elegido acudir a esas clases por voluntad propia, no era una asignatura del bachillerato o la carrera, era solamente para los que nos apetecía aprender a escribir, no sé lo que pensaban los demás, yo me quedaba callada cuando sacaba ese tema y no contestaba, me evadía.

Me refiero a que a veces el profesor preguntaba cual era el método que teníamos para escribir, si empezábamos haciendo unas frases sobre el asunto que íbamos a tratar o si hacíamos investigación sobre el tema o cualquier otra idea, siempre pensando en que cuando nos enfrentáramos ante el papel en blanco ya sabíamos en qué se iba a basar nuestro texto.

Nunca he contestado a esa pregunta, creo que la respuesta, si la hubiera, es algo muy íntimo, personal e individual, casi misterioso, en mi caso por lo menos no estoy dispuesta a decir a nadie en qué me baso para escribir, sobre todo ahora que el tema de todos mis textos soy yo directamente y mis vivencias.

Nunca he sufrido ante la idea de tener un papel en blanco delante de mí, más bien es un puro deleite, algo que solo supone regocijo y casi siempre estoy deseando que llegue ese momento del día en que todo mi atención está puesta en la escritura.

Ni siquiera cuando escribía novelas tenía problemas con ese asunto.

Creo en la inspiración, creo que las musas hacen muy bien su trabajo.

Tampoco me asustaba el lienzo en blanco cuando pintaba.





jueves, 7 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS DOCE

 




He tenido la oportunidad de ver un webinario magnífico de Rosa Tugores, profesora de macrobiótica que está muy al día y me gusta porque además de saber muchísimo y estar enamorada de la materia, nos ha dado una clase de suplementos que me ha interesado y además me consta que es imprescindible.

La vida que llevamos es muy agresiva, pantallas por todas las esquinas, mascarillas, amenazas, dudas, inflamaciones y todo lo que conlleva una vida alejada de la naturaleza, ya me lo dijo una doctora macrobiótica muy moderna que conocí en Saint Gaudens, era bastante fundamentalista y también me recomendó cantidad de suplementos, no le hice caso porque había estado más de un año con la doctora Verdugo que no era macrobiótica, me hizo tomar tantos suplementos que resultó excesivo, practicaba la medicina ortomolecular y lo pasé muy mal, desde entonces tengo miedo a los doctores que no hacen análisis de sangre.

No es que me gusten los que basan su tratamiento en medicinas químicas, aunque a veces las considero necesarias, como cuando acepté la quimioterapia sin rechistar y muy agradecida a pesar de que pasé una de las épocas más duras de mi vida y bien contenta que estoy ahora, encontrándome bastante bien y haciendo una vida casi normal excepto por la rodilla que tampoco es el fin del mundo, porque para estar delante del ordenador que es lo que me gusta, no necesito las rodillas. 

Hoy he estado en el ambulatorio y he hablado con un señor de ochenta y dos años a quien le dolían muchísimo las rodillas y era muy desgraciado, había pedido la eutanasia y se la han negado, me ha dicho que si no fuera por su mujer se tiraría al tren, supongo que será una disculpa que se ha buscado, porque he conocido a más de uno que lo ha hecho a pesar de estar casado.

El señor de hoy toma la misma medicina que yo, que consiste en una mezclas de Paracetamol con Tramadol, la única diferencia es que él toma tres al día y yo dos.

Comprendo que el dolor de rodilla es espantoso, inaguantable, algunas veces yo he tenido que tomar Corticoides porque no lo soportaba, menos mal que ahora cuidando mi alimentación y andando lo menos posible, paso los días de un modo agradable, no me quejo.




miércoles, 6 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS ONCE

 




Me siento afortunada por haber podido ver la presentación que ha hecho Prem Rawat de su libro en Lisboa. 

Me he pasado la vida viajando para asistir a sus conferencias en vivo y en directo y justo ahora, debido a mis condiciones de salud no puedo moverme, gracias a la tecnología asisto a sus eventos sentada en el sofá de mi casa, tengo suerte, la verdad es que siempre he tenido suerte al final, cuando parece que no hay solución, que todo está perdido, surge algo que soluciona todos los conflictos y la vida me pone en el sitio correcto para ser feliz y encontrar dentro de mí esa paz de la que tanto habla Prem Rawat con la que él me ha enseñado a conectarme.

Ha sido precioso, me he emocionado un poco porque he recordado que gracias a su ayuda he podido salir del infierno en el que me hallaba y puedo estar en el cielo ahora, simplemente sintiendo esa dicha que también está dentro de mí.

Creo que la frase que me intrigó y tranquilizó cuando empecé a escuchar a Prem Rawat de verdad, fue la siguiente:

"Lo que estás buscando está dentro de ti"

Al decir escuchar a Prem Rawat de verdad quiero decir que hasta entonces, durante nueve años, a pesar de que le conocía y Pizca me hablaba de él constantemente, a veces me invitaba a pequeñas reuniones y me regalaba revistas, yo no me enteraba, ni siquiera sabía que estaba buscando algo desesperadamente, creía que lo había encontrado en las drogas, lo siento, es la verdad pura y dura, tal vez por eso cuando finalmente llegué a Prem Rawat, mi sed era inmensa y enseguida caí rendida ante su poder y sabiduría.

Desde entonces he vivido con él, confiada, aprendiendo y poniendo en práctica lo que él me enseña.

Estoy muy agradecida.



martes, 5 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS DIEZ

 




No corren buenos tiempos para la lírica, no obstante retrocediendo un poco tuve acceso a través del documental filmado hace tiempo y presentado en 2019: Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story by Martin Scorsese en Netflix y disfruté como en mis mejores años de aprendiz de jipi.

Desde que conocí a Zampa he tenido un gran profesor para aprender a apreciar a Bob Dylan que es un experto en Dylan además de un apasionado, pero creo que hasta ver el film de Scorsese no había captado lo esencial del más que merecido premio Nobel.

Me transportó a aquellos años en los que la poesía marcaba la vida de cada día y los poetas eran contemplados como se merecen.

En el año 75 cuando Dylan hizo esa gira yo tenía 29 años y aunque aparentemente estaba empezando a vivir ya me habían sucedido tantas cosas que parecía que estuviera en el final y la música era una de las grandes alegrías de mi vida, iba vestida estilo Dylan, con flores en mis sombreros y había roto los lazos con casi todo lo que habían pretendido enseñarme, me había convertido en una hija de las flores y marcaba mi propio ritmo hasta que las cosas se torcieron y no me quedó más remedio que hacerme la buena para que me dejaran en paz por lo menos un ratito.

Desde entonces he pasado por muchas etapas hasta que me llegó la leucemia, esa ha sido definitiva, ahora sí he cambiado de verdad, intento ser humilde y aprecio cada momento de mi vida como algo milagroso, muy brillante y lleno de esplendor.







domingo, 3 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS NUEVE

 




Para un alma sensible, una película puede cambiar el estado de ánimo sin hacer esfuerzo, eso me pasó ayer cuando vi el hermoso corto de Pedro Almodóvar "La voz humana" protagonizada por Tilda Swinton con música de Alberto Iglesias, basada en un monólogo de Cocteau escrito en 1930. 

Yo estaba más bien decaída, sin ganas de hacer nada, el tiempo era desagradable, viento y muy nublado, no obstante en el momento en que terminó la película me sentí animada, me arreglé, salí y me divertí.

La verdad es que casi todo me afecta en mayor o menor medida, recordé que hace unos días leí el último Vanity Fair, revista digital que recibo sin haberla pedido, a veces me entretiene y ese día no solo no me entretuvo sino que me produjo náuseas, no pude comprender tanta frivolidad tal y como se encuentra el planeta en estos momentos. 

Tengo dificultad para encontrar películas que eleven mi espíritu, la distopía abunda y yo necesito la utopía más que Tomás Moro, aunque no exactamente en el sentido estricto sino más bien en el que ha ido adquiriendo a lo largo del tiempo por el uso que hemos adoptado el lenguaje común.

Cada día me interesan más los documentales sobre todo si están bien hechos y si el tema es de mi agrado, las biografías me encantan sobre todo las de mujeres, el mundo de los hombres está lejos de mis aficiones, me cuesta sentirme identificada con los deportes, los coches, las motos, las tabernas, los negocios, agradezco que las mujeres hayamos empezado a formar parte del mundo que está fuera del hogar.







sábado, 2 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS OCHO









Hace unos años me rompí la pierna sin que nadie me garantizase una buena solución por lo que me quedé coja y sin fuerza en la rodilla derecha.

Hasta entonces me había dedicado a la pintura y las artes plásticas, había estudiado Bellas Artes y mi trabajo consistía en pintar y exponer, algunas veces con cierto éxito pero no el suficiente como para vivir de la pintura, lo cual creó en mí cierta decepción e inseguridad, por lo que cuando al ver que ya no tenía fuerza para ir por el mundo acarreando bastidores y enfrentándome a las exposiciones con todo lo que ello conlleva sentí un gran alivio, muy pronto decidí cambiar el pincel por la pluma.

Me inscribí en un taller de escritura al que asistía regularmente con gran entusiasmo y al cabo de unos cuantos meses publiqué mi primer libro en Amazon y me animé tanto que en seguida publiqué el segundo.

En aquella época pensaba que el hecho de ser artista me capacitaba para diseñar la portada, hacer la maquinación e incluso  la corrección ortotipográfica.

Me equivoqué por completo, no solo no supe hacer eso que era imprescindible, sino que tampoco fui capaz de promocionarlo a pesar de que tanto el profesor como las personas que leyeron mis libros, sobre todo el segundo, opinaron que estaba muy bien escrito y hasta llegaron a decir que era una obra maestra, nunca me lo creí pero sí supe que escribir me gustaba y me resultaba fácil

Llegó un momento en el que el profesor me invitó a dejar la clase, ya no tenía sentido para mí, con la gran suerte de que justo al día siguiente me llegó una invitación para participar en “Triunfa con tu libro” equipo fundado y dirigido  por Ana Nieto Churruca, que se encarga de hacer el trabajo profesional para que un libro sea autopublicado y promocionado en Amazon con toda la ayuda que se requiere, lo cual significaba que solo teniendo un texto interesante ya era suficiente para que ellos hicieran el trabajo del que yo no sabía absolutamente nada.

Se trataba de invertir dinero para que los profesionales lo hicieran por mí.

Me costó tomar la decisión porque para entonces yo había pasado una leucemia y me encontraba muy débil, ni siquiera recordaba ni recuerdo como funciona Word, pero el texto estaba ahí, así que tomé la decisión irrevocable de lanzarme sin dudarlo ni un instante.

Leí eí el libro y yo misma me di el visto bueno porque me pareció entretenido y a pesar de estar novelado lo pude incluirlo en “No ficción” porque está basado en una experiencia personal.

De momento he dado varios pasos, el más importante ha sido darme cuenta de que no sé nada, porque incluso con la primera corrección del texto he constatado que aunque no tengo grandes faltas de ortografía, hay muchos pequeños errores que solo un profesional detecta.

Así que sabiendo que cuento con el equipo de Triunfa con tu libro, estoy muy contenta y con la esperanza de que mi nueva profesión funcione, ahora solo me falta obedecer, decir que sí a todo lo que me ofrecen y olvidarme de mi propia opinión.








viernes, 1 de octubre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS SIETE

 




A pesar de que ayer estaba deseando ver la película de Clara Campoamor y aprender sobre feminismo y las mujeres que tanto han luchado por ese asunto, no lo conseguí, no obstante lo que vi fue todo lo contrario, la película "Une vie" basada en la novela del mismo título de Guy de Maupassant que tanto me impresionó en mi vida cuando vivía en Burdeos.

Como casi todas las películas consideradas obras maestras es muy lenta y casi no tiene acción externa, está basada en la estética y en el proceso de los sentimientos de una mujer del siglo diez y nueve, es triste aunque el final es optimista pero para disfrutar de la película es necesario tener mucha paciencia y ser amante de la literatura francesa, yo cuento con lo segundo pero en relación a la paciencia supongo que tendré que hacer un esfuerzo para desarrollarla, no sé hasta qué punto tengo ganas de molestarme tanto, bastante hago con los asuntos de salud y los que me demanda la vida.

Tengo bastante dificultad para mantener los nervios tranquilos, solo lo consigo estando sola y a poder ser sin salir de casa y sin hablar por teléfono.

No tengo nada en contra de "Une vie" reconozco que es una belleza pero me obliga a hacer un esfuerzo extraordinario, además hay un cambio en un asunto importante que no corresponde al libro y no se ve claro, más bien se sale completamente de lo que cuenta Guy de Maupassant y puede despistar bastante, de hecho a mi me hizo hacerme una idea muy diferente de la que corresponde a la realidad.

Aunque me quejo bastante del papel de la mujer en la época que me ha tocado vivir, no sé que hubiera sido de mí si llego a estar obligada a comportarme como las mujeres del siglo diez y nueve, gracias a Dios no es mi problema.