sábado, 31 de agosto de 2019

DOS MIL OCHOCIENTOS CINCO









A pesar de mi falta de inspiración, las personas que me siguen y me hacen comentarios, no solo en FaceBook sino personales, me animan de tal manera que sigo en la andadura con auténtico entusiasmo.
Me dicen que ayudo a la gente y lo mejor de todo es que la gente me ayuda a mí.
Es un intercambio extraordinario.

Recuerdo, hace muchos años, de una chica a la que yo conocía desde muy joven, Cristina Areilza, periodista, que murió de cáncer tras escribir un libro sobre su experiencia. 
Se llama "Diario de una rebeldía"
No me acuerdo de los detalles, excepto que me conmovió e impresionó, sobre todo por la valentía que demostró en un momento de la vida en el que poca gente decía lo que de verdad pensaba o sentía.


Lo que yo hago es simplemente seguir el relato de mi vida cotidiana, mi diario, algo que empecé a escribir y publicar hace varios años, sin ni siquiera imaginar que algo tan difícil de sobrellevar pudiera sucederme, algo para lo que no estaba preparada y tengo que aprender a cada paso que voy dando.








viernes, 30 de agosto de 2019

DOS MIL OCHOCIENTOS CUATRO








A pesar de que me había comprometido a no hablar de la enfermedad en mi diario, compruebo que es inevitable, ya que mi vida está demasiado relacionada con ella.
Es difícil que alguien que no haya pasado por algo semejante se pueda imaginar cómo me siento.
Intento no quejarme pero ayer pasé una tarde tan difícil que cuando llegaron a casa mis hijos, cometí el error de decirle a Beatriz que estaba aburrida y se puso muy sería diciendo que aburrirse tiene remedio.
Yo había querido expresar que estaba harta de la quimio pero me expliqué mal y fui malinterpretada.
Estoy atontada, ni siquiera sé lo que quiero, excepto que termine la pesadilla que estoy atravesando.
Me gustan y me ayudan los comentarios que hacen mis seguidores en FaceBook.
Me ayuda lo que me dijo ayer Jaime Araluce:

“No olvides que tienes el tiempo a tu favor”

Lo pienso y no me queda más remedio que reconocer que es verdad.









jueves, 29 de agosto de 2019

DOS MIL OCHOCIENTOS TRES









La ventaja de vivir una situación desconocida, es que no me queda más remedio que afrontarla.
No sé nada, excepto que tengo que obedecer a los hematólogos que llevan mi caso. 
Confío en el hospital de Cruces cuyo equipo de Oncología tiene fama de ser unos de los mejores.
Mañana tengo una cita para extracción de sangre, tendré que ir temprano.
Estoy tranquila ya que me pusieron un reservorio cuando estuve ingresada, gracias al cual tengo resuelto el problema de las venas. 
Algunas personas me dicen que soy luchadora y yo me pregunto:

¿qué podría hacer si no aceptara la situación en la que me encuentro?

No me permito dejarme llevar por pensamientos negativos. 

Solo con pensar en todo lo bueno que tengo a mi favor, consigo dar la vuelta a mi cabeza y conseguir que surja el agradecimiento. 







miércoles, 28 de agosto de 2019

DOS MIL OCHOCIENTOS DOS









Me encantaría poder escribir algo que tuviera gracia todos los días pero me temo que eso no sucede siempre. 
Llevo una vida intensa desde un punto de vista interior, pero no creo que resulte interesante para las personas que me leen.
De hecho, hace tiempo que no deseo hablar de la enfermedad, hasta tal punto que ayer me di cuenta de que no resulta fácil.
Iba en coche con Pizca dando una vuelta por Las Arenas y me encontré con Teresa Gortázar, amiga a quien hacía tiempo que no veía, ya que ella suele pasar los inviernos en India. 
Era obligado ponerle al día de mi actual circunstancia y pensé que lo solucionaría en dos palabras, pero ella insistió en hacerme algunas preguntas y yo no quería hablar de ese tema. 
Creo que lo entendió.

Al levantarme de la cama por la mañana y al acostarme por la noche es cuando mejor me encuentro.

Durante el día tengo altibajos.












martes, 27 de agosto de 2019

DOS MIL OCHOCIENTOS UNO









Tengo una amiga francesa con quien estuve interna en el colegio de Burdeos.
Siempre he mantenido una relación muy cercana con ella.
Se llama Babet Morlay y vive en París. 
Tanto ella como su marido han tenido experiencia con el cáncer, lo cual nos ha acercado más, si cabe.
Cuando le hablé de lo que me había pasado, le conté que los hematólogos me habían dicho que ya estoy curada, en fase de consolidación, por eso tengo que seguir con la quimio.
Ayer me recomendó algo que me está ayudando:
Me dijo que repitiera a menudo, como si fuera un mantra, la frase “Je suis guérie” (Estoy curada).
Lo empecé a hacer y noto que me anima. 
Intento recordarlo cada vez que me viene el pensamiento y siento que me alegra la existencia.
Creo que ha sido una gran idea.


Ayer quise ver la película "Sin límite" pero no fui capaz  de verla entera, me afectaba demasiado, en este momento de mi vida mi sensibilidad es extrema, tuve que parar a pesar de que acaparaba mi atención. 
Demasiado fuerte.












lunes, 26 de agosto de 2019

DOS MIL OCHOCIENTOS









He aprovechado bien la mañana. 
He acompañado a Pizca al ambulatorio para que le saquen los tapones de los oídos. 
Ella notaba que se estaba quedando sorda y lo que pasaba es que nunca le habían quitado la cera.
La enfermera nos ha dicho que es un tema individual.
Luego hemos ido a la frutería y después a un bar de las Arenas en donde tienen buenos pinchos. 
Yo he pedido un mosto y pan con tomate y jamón pero no he disfrutado porque no tengo paladar. 
Dicen que me volverá.
Se ve que se trata de tener paciencia. 
He andado bastante y he llegado a casa cansada y sin apetito. 
He tomado un zumo de naranja y me he metido en la cama.
Es verdad que me sienta bien salir porque luego tomo con gusto la casa. 
Hoy tengo intención de terminar de ver una película que me recomendó Virginia Sota: “Sin límite”.

La empecé a ver ayer y parecía entretenida pero me cansé y la dejé a medias.









domingo, 25 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y NUEVE








Ayer pasé un día malo simplemente porque me aburrí y por la noche estuve pensando que no estuve muy lista, porque no aprovechar unas vacaciones es imperdonable.
Justo ahora puedo disfrutar de los días sin tener que ir al hospital para la quimio, por lo que tengo ocasión para hace lo que quiera, así que intenté poner claridad en mi cabeza y tomé la decisión de no permitir que me vuelva a pasar algo parecido.
Me perdoné.
Intentaré que no me vuelva a suceder.
No tengo por qué quejarme.
Estoy a gusto en casa, tengo a mis hijos cerca y yo no me encuentro mal. 
Tampoco me encuentro bien pero lo acepto.

El secreto está en intentar ver la parte positiva de lo que tengo entre manos.







sábado, 24 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y OCHO








Ayer disfruté de lo lindo. 
Comí con mis hermanos y sus esposas en casa de Gabriel.
Era como una fiesta. 
Un jardín muy cuidado, pájaros de colores que cantaban, comida excelente.
Reconozco que me cansé un poco y he dormido mejor que otros días.
Hoy hace un tiempo espléndido pero creo que el calor es excesivo, no me apetece salir de casa, ni siquiera ir a la terraza a ocuparme de las plantas.
El hijo de Ana Artola nos ha regalado cuatro lubinas pescadas por él.

La vida me sonríe.







viernes, 23 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y SIETE








Cada día voy dando pasos externos, pero los más importantes son los mentales. 
No quiero hablar ni pensar en el tema de mi enfermedad, no lo considero interesante, prefiero centrarme en el presente.
Intento hacer caso a lo que me dicen los que han pasado por una experiencia parecida a la mía y ocuparme de que mi cuerpo se vaya normalizando.
Ayer fui a la peluquería y luego estuve con Pizca.
Intento salir todos los días, me canso y pienso que dormiré bien pero no lo consigo, duermo poco a pesar de tomar Melatonina y un Orfidal, sin embargo estoy a gusto en la cama.
Me dedico a disfrutar de estas vacaciones de hospital.
Me afectan mucho las cosas negativas, tanto las que suceden en el mundo como las de las personas que conozco. 
Intento no dejarme llevar por las emociones. 

Todos los pequeños esfuerzos que hago aunque me cuesten, me proporcionan cierto bienestar y me alejan del pensamiento monotemático que tanto detesto.






jueves, 22 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y SIETE









Sexto día sin ir al hospital y me encuentro bastante mejor.
Pienso en asuntos ajenos a la enfermedad y eso limpia mi cabeza y mi cuerpo.
Incluso en algunos momentos me olvido de que tengo un problema y disfruto de estar viva simplemente.
Me alegro de ser capaz de escribir el diario y de que la gente reaccione y me anime, la comunicación es fundamental, no me siento sola.
Aparecen personas que saben lo que es el cáncer y la quimio y me ayudan con su experiencia.
De momento intento pensar en el momento presente.
Iré afrontando lo que llegue cuando sea necesario.
Ayer pasé un buen día, hice vida normal y espero seguir así.

Espero y deseo compartir otros asuntos, hasta ahora me resultaba muy difícil.








miércoles, 21 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y SEIS









A pesar de que las conversaciones que mantuve con mis hijos no me resultaron agradables, recapacité y pensé que tal vez tuvieran razón. 
Más tarde hablé con Tere Goyoaga que tiene experiencia y me dijo que es importante que me hiciera autónoma lo antes posible. 
Así que intenté perder los miedos y pedí cita en la peluquería, lo cual es una necesidad primordial.
Hoy es el quinto día que no tomo quimio y me encuentro mucho mejor. 
Intento no pensar en el futuro. 
Vivo al momento.
Mis noches no son buenas, me cuesta dormir a pesar de la pastilla, pero hoy me siento lo suficientemente fuerte para salir a comer con mis hermanos. 
Primera salida importante en el sentido de que estaré un buen rato fuera de casa.

Un amigo que ha pasado por un cáncer de pulmón me ha recomendado que tome Renovén.
A él le sentó estupendamente, creí entender que se lo recetó un tío suyo que es oncólogo con conocimientos de naturismo.










martes, 20 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y CINCO








Parece que mis hijos mayores, Beatriz y Jaime, con quienes convivo, están empezando a cansarse de mi. 
Consideran que estoy bien y que utilizo la enfermedad para que ellos se encarguen de resolver los asuntos de la casa y los míos.
No les entra en la cabeza la dificultad que tengo para moverme y para discurrir.
Comprendo que es imposible ponerse en mi lugar, pero me duele que no me crean que realmente necesito ayuda.
Cuando estaba en el hospital iban a verme todos los días y me llevaban lo que les pedía encantados de la vida.
Cuando volví a casa también, yo me sentaba y ellos se ocupaban de mi comida, no grandes cosas pero lo suficiente y con una actitud muy positiva.
Desde el primer momento Beatriz se hizo cargo de la medicación que era y es, un tema harto complicado del que yo no hubiera sido capaz. 
Lo sigue haciendo y se lo agradezco porque me quita un peso de encima.
No obstante, ahora han cambiado. 
Creo que ha sido al ver que no voy al hospital.
Tal vez les resulta difícil creer que la quimio tarda en salir. 

En vista de la nueva actitud, ayer le llamé a Pizca y me acompañó a la frutería.
De momento no me siento capaz de ir a Ecorganics en Bilbao, que es donde venden los productos de los que me gustaría alimentarme. 

Calma, todo se andará.








lunes, 19 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y CUATRO








Tener quimio en el cuerpo, en mi caso arsénico, que he recibido a diario durante dos meses y medio es algo inimaginable, casi incluso indescriptible.
Es como si tuviera un alien que ocupase todo mi cuerpo produciendo un peso constante que me agota y al mismo tiempo, de vez en cuando se hace notar con pequeñas molestias o dolorcitos en las articulaciones, huesos o donde menos lo espero.
Además, por fuera no se nota demasiado, pero mi carácter ha cambiado. 
Mis hijos me notan caprichosa y exigente y dicen que utilizo la enfermedad como excusa.
No dudo que tengan razón, casi ni yo misma me soporto, es difícil comprender mi situación, yo tampoco la entiendo.
Nos ha pillado de sorpresa, no estábamos preparados para algo tan desconocido y difícil de sobrellevar, no solo para mí, sino también para los que tengo cerca.
Me gustaría poder disculparme.







domingo, 18 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y TRES








Los hematólogos tienen razón cuando me dicen que tengo que salir, que nada de visitas, que lo que tengo que hacer es ir a la calle. 
Hoy ha venido a buscarme Virginia López Tapia y ha tenido la feliz idea de llevarme a Barrika para tomar el aperitivo en el Itxas Gane.
Hemos tomado dos raciones de rabas.
A pesar de que yo he perdido el paladar, he disfrutado, porque aunque no conseguía encontrarles el sabor, el sonido crispeante en la boca me gustaba.
He bebido una botellita de agua natural Solán de Cabras. 
No me atrevo a tomar otra cosa.
Me doy por comida, ya no tengo hambre, así que al llegar a casa he tomado la medicación y ahora me voy a echar la siesta.
Me he encontrado con Sara, una cantante a la que conocí hace tiempo en el bar de Zampa, que tiene un grupo que se llama Rubia.
Hace tiempo le hice una entrevista y la publiqué en alguno de mis blogs, ahora no consigo encontrarla.
Va a sacar el quinto disco, le va muy bien y está contenta.

Yo me he sentido natural, creo que voy integrando la enfermedad a mi vida, solamente me falta ir a la peluquería para no tener el aspecto descuidado que ofrecen las raíces con canas.







sábado, 17 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y DOS








Tengo la sensación de haber pasado por la vida sin haberme enterado de una parte muy importante, en la que ahora yo también estoy involucrada. 
Me refiero a la enfermedad, a las enfermedades graves que tanto afectan a las personas y a las familias.
Durante el tiempo que pasaba recibiendo la quimio, solía entablar conversación con los que tenía cerca y he aprendido lo duro que pueden llegar a ser los tratamientos, e incluso lo poco efectivos que son algunos.
Me llamó la atención especialmente, uno de los últimos días, una parejita joven. 
Tendrían menos de cuarenta años.
El chico era guapo con muy buen aspecto. 
Su esposa, sentada a su lado, le hablaba con cariño.
Me contaron que él padecía E.L.A. (esclerosis lateral amiotrófica).
Tienen una hija de un año y a pesar del tratamiento, parece que no mejora.
Me afectó tanto lo que contaban y lo poco que yo sabía de esa enfermedad, que lo único que pude hacer fue mostrarles la empatía que sentía.

Sobre todo, cuando se levantó del sillón y empezó a andar apoyándose en su esposa, se me cayó el alma a los pies.







viernes, 16 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA Y UNO








Hoy estoy contenta porque empieza una etapa nueva en mi vida.
Me han dado cuatro semanas de vacaciones, o sea que no tengo que ir al hospital de día. 
Tendré que seguir tomando quimio en pastillas, no sé como me sentarán, espero encontrarme mejor y tener una vida más abierta.
El hematólogo ha considerado que no es saludable desde un punto de vista psíquico que no salga de casa por las tardes, por lo que me ha recomendado que vaya a la calle aunque sea a tomar un café y cuando le he dicho que vivo en una zona en la que no hay nada, me ha recomendado que por lo menos baje al banco.
Parece que ha adivinado mi pensamiento porque hay unos bancos justo al lado de mi casa, en los que si quisiera podría organizar una fiesta, así que para empezar, va a venir a visitarme Pizca y vamos a estar en el banco tomando el aire y tal vez demos un corto paseo.

Desde el principio me dijeron que no reciba visitas en casa, lo que he cumplido a rajatabla excepto mi familia más cercana.







jueves, 15 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS NOVENTA








Las personas que siguen mi diario me animan a que escriba y yo también lo considero importante, no obstante hay momentos en que no me encuentro bien y tengo tanto interés en no quejarme, que me cuesta decidirme a contar algo que no sea positivo.
Todo tiene las dos partes de la moneda, el yin y el yang, el blanco y el negro y así hasta el infinito, por lo que lo único que debo hacer es el pequeño esfuerzo de concentrarme en todo lo que está a mi favor, empezando por la maravilla de que exista un tratamiento específico para mi enfermedad.
Además de vivir en un país en el que la atención médica es gratuita.
Viví casi tres años en California y era duro ver que algunas personas a las que conocí, tenían que pedir créditos para poder pagar el hospital, con las graves consecuencias que eso lleva consigo.

Doy gracias al cielo por todo lo que tengo.
Incluso en los momentos más oscuros quiero mantener el sentimiento de gratitud, es lo que me salva.









miércoles, 14 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y NUEVE








Begoña Zabala, actriz, escritora y sobre todo amiga, me recomienda escribir todos los días aunque crea que no tengo nada especial que contar.
Creo que tiene razón e intento hacerle caso.

Como he decidido sacar partido a todo lo que la vida me ofrece y evitar quejarme o pasar un mal rato, en la sala de quimioterapia he conocido algunas personas con las que me encuentro cada día y aunque al principio el tema que tocamos es la enfermedad que compartimos, poco a poco vamos hablando de otras cosas más interesantes y de esa manera se me pasa la mañana volando.

Es mi manera de perder el miedo a los días desde mi condición actual.

Al principio estaba muy asustada y lo sigo estando pero el miedo va dando paso a la confianza. 








martes, 13 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y OCHO








Aunque me empeñe en crear una rutina no lo consigo. 
Cada día es diferente y trae lo que quiere.
Ayer pensé que ya estaba bien y que podía empezar a hacer una vida casi normal saliendo un rato por la tarde, lo cual me distraería de las mañanas de hospital.
Me confundí.
Hoy he vuelto a casa muy cansada y nada me apetece menos que salir de casa, prefiero quedarme descansando, me han recomendado que haga reposo. 
La verdad es que cada persona me recomienda algo diferente y a menudo contradictorio, suelo seguir mi intuición y lo que requieren las circunstancias.











lunes, 12 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y SIETE








Hoy he dado un paso importante.
Mi hija Beatriz se había ofrecido a venir conmigo en el coche para ver si me encontraba segura y hoy he considerado que era el momento oportuno.
Ha sido facilísimo, me he sentido muy bien, como siempre, no he notado nada raro, me encuentro mejor en el coche que andando.
Había quedado con Pizca y Rosalía para estar un rato en los bancos que hay cerca del portal de mi casa y en lugar de eso, les he ido a buscar a la salida del metro y hemos dado un pequeño paseo.
Ha sido mi primera salida.

He perdido el miedo.









sábado, 10 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y SEIS








De casi todo lo que tengo a mano lo que mejor me sienta es dejar de pensar en mi situación y centrarme en el momento presente y eso lo consigo bastante comunicando con la gente a través de Wasap, FB y teléfono.
También me canso hablando pero escucho con verdadero placer.
Los comentarios que ponen mis amigos en FB me encantan.
He perdido facultades que poco a poco voy recuperando.
Antes me pasaba la vida encantada delante del ordenador.
Entre otras cosas hacía fotos que luego publicaba.
Hoy en día no salgo de casa excepto para ir al hospital por las mañanas y ya casi ni me acuerdo de cómo funciona el ordenador. 
Aún así, me meto en las redes sociales y me distraigo.
Hoy, por ejemplo, he puesto una frase en FB que ha suscitado comentarios que me han divertido:

No me gustan los emoticones ni los GIF

He intentado añadir una ese pero no ha sido posible, por lo que no me ha quedado más remedio que recurrir a Google para ver lo que pasaba y parece ser que debe escribirse con mayúsculas y no varía sea singular o plural.






viernes, 9 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y CINCO








Me ha sucedido algo que ha sorprendido.
Al enterarse de lo que me pasa, me mandó un mail una doctora a quien conozco desde hace tiempo, para decirme que si podía ayudarme se lo dijera aunque mi caso no entraba en su especialidad.
Le contesté explicando que lo que necesitaría era algo que paliara los efectos secundarios de la quimioterapia.
No esperaba grandes cosas pero por preguntar nada se pierde, así que su llamada telefónica a las ocho de la tarde hace un par de días me extrañó, sobre todo cuando me dijo que había conocido a un indio en Delhi, especialista en curar mediante el envío de energía a distancia.
Reconozco que me alteré.
He visto tantas cosas extraordinarias en ese país que me lo creí.
Me preguntó:

¿Hablas inglés?

Contesté afirmativamente y la doctora me sugirió que me pusiera en contacto con él, ya que estaba esperando mi llamada.
No me gusta hacer las cosas tan deprisa, sin tiempo para meditarlas pero parecía que la situación  requería una atención inmediata, por lo que accedí.

En seguida me llamó Pawan y me dijo que podía ayudarme a sentirme mejor, entendí que lo notaría inmediatamente, me felicitó por haber aceptado la quimioterapia y me dijo que durante un cuarto de hora él me mandaría energía, mientras yo hacía una respiración que él me enseñó en una postura determinada.
Obedecí.
Al principio me resultó muy cansado respirar de esa manera, pero al cabo de un rato me relajé y me gustó.
Pasado un rato Pawan me llamó por teléfono, habló un poco conmigo y me volvió a decir que desde ese momento iba a cambiar mi situación.
Hasta tal punto me afectó que me sentí muy tranquila y con esperanza.

Dormí mejor que otras noches, contenta y serena.
No obstante al día siguiente, cuando me desperté nada había cambiado, me sentía igual que los demás días con la única diferencia de constatar que me había dejado tomar el pelo.
Recibí un mensaje de Pawan en el que prometía volverme a llamar por la tarde.

Dejé pasar el día con cierto desasosiego y le escribí pidiendo que no me llamara, que prefería dejar las cosas como estaban.

A juzgar por los mensajes que me envió no le hizo gracia que prescindiera de él, pero yo me quedé tranquila.

Se lo comenté a la doctora y espero haber terminado con este asunto.








jueves, 8 de agosto de 2019

DOS MIL SETECIENTOS OCHENTA Y CUATRO








Ayer tomé una decisión que no es nueva pero la había olvidado.
Se trata de lo siguiente:
Me di cuenta de que basaba mi bienestar en pensar lo bien que voy a estar el fin de semana sin tener que ir al hospital, o las cuatro semanas que tendré de vacaciones a partir del día diez y seis.
Era un error.
Es necesario disfrutar cada día de mi vida, en la circunstancia que se presente.
No se trata de esperar a que todo sea favorable. 
Es cuestión de sacar partido a lo que tengo.
Enfocarme en lo que tengo hoy, aquí, ahora.

No es fácil ni difícil, solo es cuestión de ser consciente y de hacer el esfuerzo.