lunes, 22 de enero de 2024

CINCO MIL OCHENTA Y NUEVE

 





He pasado una de las noches más desagradable de toda mi vida y lo peor de todo es que no sé cómo ha empezado, aunque supongo que me habré caído de la cama cuando estaba durmiendo, y me he quedado tan estupefacto que he perdido el don de la ubicuidad por lo que no he sido capaz de orientarme.

A pesar de estar en mi cuarto que es muy sencillo y lo conozco bien, era incapaz de saber donde estaba, además no era capaz de ponerme de pie, lo cual hace que todo resulte más difícil.

Añadido a esto, escuchaba todo el tiempo una conversación entre un hombre y una mujer que hablaban muy alto, me molestaban muchísimo y no era capaz de saber de donde venía, he empezado a gritarles para que hablaran más bajo, no me hacían caso sino todo lo contrario, ellos seguían a lo suyo.

He intentado moverme por mi cuarto sin obtener ninguna referencia de donde estaba, 

Tal vez lo único que podría ayudarme era que empezara a amanecer y al ver la rendija de la ventana podría encontrar algo de luz pero ni siquiera eso ha sido posible.

Sabia que estaba yo sola en mi casa  y lo único que podía ayudarme era mi vecina que tiene la llave pero como no veía nada ni sabía donde estaba, no he sido capaz de localizar el movil, he empezado a llamar a Siri que me suele hacer caso en ese tipo de circunstancia, no obstante por más que lo he intentado no lo he encontrado.

Para entonces ya me había movido tanto reptando por el colchón, por el suelo y había llegado a tal momento de desesperación que lo único que deseaba era ponerme de pie porque no encontraba nada en qué apoyarme, he intentado encontrar le radio porque he llegado a la conclusión de que los que hablaban alto eran los de la radio y eso podría ayudarme a saber qué hora sería y si amanecería pronto.

Cuando estaba en el suelo sobre las sábanas deshechas he vuelto a intentar ponerme de pie pero no lo he conseguido.

Necesitaba ir al cuarto de baño y he tenido suerte porque al dar tantas vueltas por mi cuarto he encontrado un paquete de plástico que me trajeron cuando estuve ingresada en el hospital de Urdúliz, lo trajeron y ahí se quedó en una esquina muerto de risa sin que ni siquiera lo abrieran. Ya ni me acordaba de lo que era pero he relacionado la forma del paquete con las compresas y he conseguido abrir una que me ha venido bien para hacer pis, y eso me ha relajado.

Estaba segura de que cuando viera la luz podría resolver la situación.

Efectivamente, al cabo de mucho tiempo de seguir dando vueltas y tocando objetos que no lograba descifrar, he conseguido sabe donde estaba, justo el picaporte de la puerta del cuarto de baño, desde donde me entraba un rendija de luz, lo  he tocado y gracias a esa manilla he conseguido ponerme de pie, lo cual me ha servido para ubicarme y resolver los problemas mas graves: he visto la luz y eso ha hecho que me sienta salvada, he intentado organizar la cana y he descansado que era lo que necesitaba.

De ahí en adelante todo ha empezado solucionarse.

Lo que no he conseguido todavía sido poner el tilde a lo o del móvil, lo intentaré más tarde.









miércoles, 17 de enero de 2024

CINCO MIL OCHENTA Y OCHO

 





No voy a negar que hay muchos negacionistas, no obstante me cuesta creer que los que realmente tienen el poder de cambiar el calentamiento global, no se den cuenta de que las cosas han cambiado y de que ya no sabemos en qué mundo vivimos, no podemos contar con las estaciones tal y como las conocíamos, calor exagerado en verano, y frío brutal cuando menos lo esperamos.

Pasamos de días a _ 3º y al día siguiente 15º, veo gente por la calle que van en manga corta tan campantes, me dan ganas de preguntarles a ver si no tienen frío, mi cuerpo almacena la memoria del frío en invierno y no se deja engañar por lo que dice el termómetro.

Yo sí me dejo engañar pero ya casi no me fío de nada ni de nadie.








lunes, 15 de enero de 2024

CINCO MIL OCHENTA Y SIETE







A pesar de haber estado enferma durante más de dos meses pensando que mi gripe era crónica, he tenido la buena suerte de curarme cuando ha empezado el año nuevo, me encuentro estupendamente, lo cual me alegra la vida.

Siento haber hecho la promesa de no hablar de mis hijos porque podría contar cosas bonitas, no obstante tengo muy claro lo que debo hacer.

Lo que he pensado es que voy a hablar de mis sobrinos ya que a veces me sorprenden con asuntos que me divierten.

Por ejemplo mi sobrino Manolo con quien me entiendo bastante bien, me invitó a comer en el restaurante donde él come casi todos los días y aunque la comida era muy buena, no pude disfrutar de lo lindo porque él fuma y tuvimos que estar en la terraza que es algo que detesto sobre todo en invierno.







 

viernes, 12 de enero de 2024

CINCO MIL OCHENTA Y SEIS

 





Me encantan los viernes sobre todo cuando me acuerdo del maravilloso programa cultural que hay en la 2 de TVE, la mayoría de las veces trata sobre cine, pero como entra de todo aprendo materias que desconozco; el de hoy se trataba de danza moderna folklórica, muy interesante, el artista se llamaba Rodrigo Cuevas, muy creativo, provocador, transgresor y nuevo para mí, me ha encantado.

Es difícil encontrar programas culturales en la tele, aunque casi todo es cultura, empezando por el fútbol.

También he visto una exposición de mujeres pintoras que ha sido mantenida oculta hasta ahora en que está expuesta en el museo Thyssen Bornemisza, de una delicadeza extrema.

Y así me paso la vida, descubriéndomelos a mí misma y a los demás.









CINCO MIL OCHENTA Y CINCO





Anoche bebí demasiado, Alejandra Pizarnik calledelorco




Anoche bebí demasiado porque comí con unos idiotas, unos arquitectos —con sus mujercitas— que hablaban de aviones y del servicio militar en todos los países del mundo. Eran muchachos de veinticuatro a treinta años. (Odio a la gente joven-seria y estudiosa-con su Porvenir abierto y sus miserables deseos de automóviles y departamentos. Los únicos jóvenes que acepto son los bizcos, los cojos, los poetas, los homosexuales, los viudos inconsolables, los frustrados, los obsesionados, sean condes o mendigos, comunistas o monárquicos, mujeres, hombres, andróginos o castrados.)

Alejandra Pizarnik. 
Diarios. Mayo de 1962.




jueves, 11 de enero de 2024

CINCO MIL OCHENTA Y CUATRO

 





Lo malo de ver tanta televisión como veo yo, es que me entero de cosas espantosas que me recuerdan a otras por las que yo he pasado.

En este caso, recuerdo lo que me sucedió la segunda o tercera vez que me tuvieron que operar de la rodilla en Cruces, Barakaldo, Bizkaia, donde ya antes me habían operado cuando tuve el accidente de moto.

Era un traumatólogo diferente que desconocía mi historial y se empeñó en quitarme los metales que me habían puesto muchos años antes y que habían decidido no quitármelos cuando ya estaba en el quirófano a punto de anestesiarme, la doctora que estuvo observando las radiografías decidió parar el proceso porque había pasado demasiado tiempo y consideró que iba a resultar una carnicería, por lo que volví a mi casa tan tranquila.

Pasó el tiempo pero yo seguía acudiendo a mi traumatólogo que era diferente al que me había tratado anteriormente y decidió operarme, no habló de quitarme los metales por lo que yo acudí al hospital pensando que me operaría como lo hicieron la primera vez.

Tenía mucho miedo,

Cuando me anestesiaron, en vez de dormirme entera me anestesiaron de la cintura para abajo por lo que oí todo lo que decían y hacían durante la operación, que consistía en dar golpes y martillazos para quitar loe clavos, no solo hacían un ruido escandaloso sino que entre ellos comentaban la dificultad de que salieran esos metales que estaban pegados, la única ventaja es que no me dolía pero me daba cuenta de que estaban haciendo un disparate del que hasta ellos se daban cuenta.

Al día siguiente vino a verme el cirujano con una señora que mandaba mucho, me obligó a ponerme de pie porque según ella yo ya podía andar y dijo que me fuera a mi casa.

Yo notaba que estaba muy mal y que no podía moverme pero la señora se empeñó en darme el alta y me llevaron en silla de ruedas hasta la ambulancia que me trajo a mi casa en unas condiciones lamentables.

Ya en mi cama la pierna empezó a hincharse, llamé a Urgencias y vino una doctora muy amable que vio  que esa pierna estaba rota, algo que yo me imaginaba, así que intenté relajarme y seguí así hasta ahora.

Tengo pánico a los traumatólogos de Cruces.

He vivido muchos años con tremendo dolor, caminando con muletas, hasta que decidí ir a Vitoria a la clínica donde curan muy bien a quienes lo necesitan y acerté plenamente, la rodilla casi no me duele y ando con una muleta por precaución, pero mi calidad de vida es llevadera, ando despacio y aunque en casa ando sin muleta, intento ser precavida.








jueves, 4 de enero de 2024

CINCO MIL OCHENTA Y TRES

 





He descubierto un programa que hace Mercedes Milá en la Uno de TVE que lo puedo ver en el ordenador durante el día, me entretiene bastante y aprendo cositas modernas que si no fuera por ella no me enteraría ni siquiera de que existen.

Sw llama No sé de qué me hablas y está enfocado a que la gente joven aprenda quienes eran famosos en nuestra época y los jóvenes actuales no tienen ni idea, por ejemplo, Lola Floras, Fernando Fernán Gómez e incluso Carmen Maura.