jueves, 13 de abril de 2017

DOSCIENTOS CUARENTA Y SEIS







¡Que verdad más grande es que la experiencia y la práctica valen más que todas las teorías del mundo!
He estado preparando una pequeña gira por Gran Bretaña para asistir a algunos eventos de Prem Rawat y me he puesto nerviosa.
Creo que al final lo he conseguido sin equivocarme demasiado.
Hace años, cuando le seguía por muchos países, lo organizaba todo yo solita, sin problemas.
Y aquello sí que era difícil.
Hubo una situación que casi me produjo un ataque de nervios.
Vivía en Los Ángeles pero estaba pasando una temporada en Australia y quería ir a la India.
Todo era complicado porque tenía que hablar con mi banco de Bilbao y entre Bilbao y Brisbane hay ocho horas de diferencia por lo que resulta muy difícil encontrar el momento apropiado o por lo menos a mi me lo parecía.
Al final todo salió bien.

Los números no son mi fuerte.
Desde pequeña he tenido dificultad con la aritmética.
Y ahora, con los horarios de los vuelos, las fechas y las tarjetas de crédito, me vuelvo loca.

Cada día puedo hacer un poco, pero mi cerebro se cansa enseguida mientras que en asuntos de letras, puedo pasarme una tarde entera y me cuesta irme a mi cuarto para dormir.


Hace un día maravilloso.
Me gusta ser mayor por varios motivos, de los que uno importante es que no tengo ningún apremio por ir a la playa.
Mis profesoras de Pilates y de natación que son jóvenes, guapas y con unos cuerpos muy bien formados, más bien extraordinariamente bien formados, en cuanto sale el sol ya piensan en la playa y en ponerse morenas.

Yo más bien pienso en ponerme a la sombra para que no me salgan más arrugas, que ya tengo bastantes.
Cuando le preguntaron a Lola Flores a ver por qué no se hacía ninguna cirugía estética, contestó:

Pero ¡que dises mi arma!
Con el trabajo que me ha costao conseguir la cara que tengo.

Yo digo lo mismo que ella.
También he trabajado mucho para llegar a tener el rostro que tengo.

Cuando ya llevaba bastante tiempo siendo toxicómana, estaba bastante deteriorada y una noche me presentaron a un chico que quería conocerme y estuvimos hablando un rato.
Era agradable y tranquilo, así que seguí conversando con él durante un buen rato.
Y de repente, me dice:

Estás muy bien pero del cuello para arriba se te nota el jaco*.

No me pilló de sorpresa, ya me había dado cuenta.


He pasado por tantas etapas en mi vida, que aunque se supone que soy diarista y que lo que escribo es un diario, la verdad es que yo lo considero una autobiografía ya que cada situación me lleva a algún momento importante de mi historia.




*Heroína

No hay comentarios:

Publicar un comentario