domingo, 20 de mayo de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS VEINTISEIS









Tenia la sensación de que las relaciones familiares es algo que en mayor o menor medida todos sabemos como funcionan, tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, padres, hijos, sobrinos, primos, primos segundos y luego los políticos a los que cada uno les considera como le da la gana.
Nunca me había encontrado con una persona que llamase primos a sus primos y a los hijos de estos.
Me pasó con mi masajista.
Me estaba hablando de su prima y de la hija que es muy lista y muy guapa, me refiero a la hija, y en la conversación que tuvo con ella, le decía:

Prima ¿qué tal llevas los estudios? (frase inventada, no recuerdo el tema)

Me había parecido entender que estaba hablando con la hija de su prima, es decir, su sobrina y se lo pregunté.
Efectivamente, hacía alusión a su sobrina, por lo que le insistí para que me dijera por qué le llamaba prima.
Me contestó con toda naturalidad que los hijos de sus primos son primos, o sea, si la madre es la prima, toda la familia se convierte en primos.

Nunca había oido semejante cosa, nosotros los consideramos sobrinos segundos, aunque ni siquiera es necesario remarcarlo.

Ella insistió de tal manera que al llegar a casa lo miré en internet y era lo que yo pensaba.

Hay tantas maneras de calificar a los miembros de una familia que no es fácil saber el lugar que ocupa cada uno.

Mi hermano Gabriel sabe mucho de esto y a veces emplea términos que no se suelen utilizar en la vida cotidiana.
Por ejemplo, me cuesta mucho saber lo que significa concuñado* aunque se utiliza tan poco que creo que no lo necesito.




*1. m. y f. Cónyuge del cuñado de una persona.
2. m. y f. Hermano del cuñado de una persona.






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