martes, 22 de mayo de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS VEINTIOCHO







A veces leo fragmentos de mi diario que creo haber olvidado porque pertenecen a lo que considero un pasado bastante remoto.
Nunca se me han dado bien las matemáticas, ni la aritmética ni la geometría.
Me cuesta medir, contar y en definitiva todo lo relacionado con los números, excepto si se refiere al número trece que es una especie de tótem en mi existencia.

Empecé el diario el martes, 19 de julio de 2016, con el título UNO.
Hoy, 22 de mayo de 2018, tengo intención de publicar la entrada DOS MIL DOSCIENTOS VEINTIOCHO, lo que significa que todavía no han pasado dos años completos.

Como estoy segura de que un año consta de 365 días, por más que lo intentaba no me salían las cuentas, porque también creía estar segura de que sumando 365 más 365, era imposible que fueran 2228.
También me consta que solo publico una entrada cada día y que si estoy de viaje, ni siquiera eso.
Así que he revisado todas las entradas y he comprobado que no he tenido suficiente cuidado con los números y por eso no es correcto que hoy tenga que publicar el 2228, pero como el ordenador no se equivoca, puedo corregir una por una todas las entradas.

Algo era ello, ya me parecía desde hace tiempo que no era posible que una año tuviera mil días.

Así que hoy me espera un trabajo ímprobo, pero si quiero hacer las cosas bien, no me queda más remedio que ir uno por uno hasta que todo cuadre.








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