martes, 15 de mayo de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS VEINTIUNO







Antes de opinar sobre la actual exposición en el Guggenheim Bilbao, ARTE Y CHINA DESPUÉS DE 1989: EL TEATRO DEL MUNDO, que está causando tanto revuelo, quiero verla y estudiar lo que la comisaria explique.
Sus razones tendrá para organizar algo tan polémico, sabiendo que el respeto a los animales es sagrado y a lo que afortunadamente cada vez se le da más importancia, no olvidemos que son nuestros hermanos pequeños.

No me gusta opinar sin antes haberme informado de lo que cuentan los artistas sobre su propia obra.

La comisaria principal de la muestra tanto en Nueva York como en Bilbao, Alexandra Munroe, criticó en la presentación de la muestra, que en Nueva York las entidades animalistas denunciantes no quisieron informarse, a pesar de que estuvieron siempre dispuestos a hablar con ellos.

Prometió que en Bilbao dará una explicación para que podamos entender el sentido de lo que se está exponiendo.




Hace tiempo me pasó con Orlan* a quien tengo gran simpatía y es amiga en Facebook.
Un amigo aparentemente interesado en el arte, la puso verde porque no entraba en su cabeza que una persona pudiera hacer esas cosas tan extravagantes con su propio cuerpo.

Yo había leído lo que Orlan explica sobre su trabajo y la importancia que tiene para ella someterse a esas operaciones.
No solo la entendí, sino que siento gran respeto por ella.


“Tenemos que crearnos a nosotros mismos como una obra de arte”
Michel Foucault


Para Orlan, su cuerpo es el lienzo sobre el que se expresa.
Lleva la petición foucaultiana hasta sus últimas consecuencias.

No se le puede categorizar, es un caso de estudio único.




*artista multimediática caracterizada por realizar performances quirúrgicas realizadas en su cuerpo las cuales, en ocasiones, transmite en vivo para algunas galerías y museos.









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