viernes, 23 de marzo de 2018

DOS MIL SETENTA Y NUEVE







Hace unos días, mantuve una conversación con una dermatóloga que trabaja sobre todo en el área de la estética facial.
Me contó cosas fascinantes sobre cómo se puede mejorar un rostro, sin necesidad de pasar por el quirófano.

Hacía poco tiempo que yo había hecho una performance en video, parodiándome a mi misma como si el famoso doctor Chams me hubiera pinchado con vitaminas.
Lo tenía tan reciente que se lo comenté y se echó a reír.
Me contó algo muy íntimo y personal que nunca se ha hecho público, según ella.

Se trata de lo siguiente:

Como todos sabemos, el doctor Chams, tiene consulta en las capitales importantes.
No solo trata a las personas que van a su consulta sino que en casos de personas que pueden permitírselo, acude a domicilio, como en los países árabes, en donde pincha a toda la familia real.

No admite pago con tarjeta de crédito, solo dinero.

El secreto que me hizo gracia, fue que el doctor Chams lleva siempre una maleta, con todo lo que va a utilizar y solo él tiene autorización para manejarla.
Al terminar la sesión, él mismo se lleva la basura.
No admite que nadie la recoja.




En uno de esos viajes que hago a Madrid para ver a doctor Álvarez de Mon. fui a cenar yo
sola a La huerta de Tudela, que está enfrente de mi hotel y es estupendo y la maître que se ocupaba de mi, era muy simpática y supongo que al verme sola, me dio conversación para entretenerme y le comenté que tenía un cutis precioso.
Se le alegró la cara y me contó que se había hecho un tratamiento con ácido hialurónico que le había costado tres mil euros y que le habían hecho mucho daño, porque consistía en quemarle la primera capa de la piel, lo había pasado muy mal pero ahora estaba encantada, ya que cada vez que se miraba en el espejo se veía reluciente.

A mi me gustaría tener un cutis bonito y sin arrugas pero no estoy dispuesta a sufrir, no me compensa.
Bastante hago con usar las cremas imprescindibles y cuidarme a mi manera.






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