viernes, 16 de marzo de 2018

DOS MIL SETENTA Y TRES







A medida que pasa la vida voy viendo más claro, lo inútil que es preocuparse por cosas que no tienen importancia.
Desde hace un par de semanas, he estado dando vueltas al tema de las fotos de los cuadros que debiera elegir, para mandar a una editorial de Barcelona, en la que me quieran meter en un libro entre cincuenta artistas.
Cuando me invitaron, dije que sí pensando en la posteridad.
No me comprometí, simplemente me interesé.
Que por lo menos mis descendientes supieran que yo había existido, que había alguien que pintaba en la familia.
Cavilaba entre la idea de que soy más conocida por las KARPAS DE ONDARRETA Y OTRAS PLAYAS, que por la última serie de cuadros llamada ENGRANAJES, que ha estado muy poca expuesta.
También me apetecía que se viera la serie AKELARRE, que nunca la he exhibido, excepto la pieza que está ahora en Nueva York, pero tengo un problema con las fotos, ya que los cuadros son redondos y no sé cómo recortarlas.

Andaba rumiando sin tomar la decisión, cuando se me ocurrió indagar en qué contexto se vería mi obra  y comprendí que todos mis problemas estaban resueltos, ya que ese libro no era el apropiado para mi trabajo artístico.

Así que miro la agenda del ordenador y veo con extrema alegría que tengo vacaciones hasta el martes que viene, que es la clase de escritura, a la que asisto con todo el interés del mundo. 

Lo que me ha sucedido se llama serendipia*
La palabra procede de serendipity, un término inglés que acuñó el escritor y político británico Horace Walpole a mediados del siglo XVIII. 
Walpole se basó en un cuento persa que transcurre en la isla de Serendip (actual Shri Lanka).

Hoy en día resulta una palabra tal vez sofisticada, porque en el fondo nosotros hubiéramos dicho tranquilamente que me salió por chiripa, ya que casualidad es demasiado superficial.
Nadie cree en la casualidad, ni siquiera yo, que si no supiera la palabra Serendipity, diría causalidad, ya que dudo de que exista el azar.

En resumidas cuentas, que me he quitado un peso de encima y gracias a lo que parecía una cuestión difícil de resolver, he puesto orden en el trastero y me he deshecho de la carcoma que estaba matando los bastidores.




*Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual.





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