jueves, 15 de marzo de 2018

DOS MIL SETENTA Y DOS







Tengo demasiados asuntos entre manos, así que he tomado la decisión de no hacer nada importante, excepto lo que vaya fluyendo.

Además de que participo en el proyecto Kifubon, que trata de vender y regalar el libro cuyo título es “Cuando el desierto florece”, sigo ocupándome de mis cuadros.

Ahora tengo que hacer fotos para un libro en el que me han invitado a participar, se llama: “Cincuenta mujeres artistas” y no me he fijado en las fechas, pero pienso que tendré que estar atenta al límite de la presentación.
Lo que más me ocupa es la elección de los cuadros y la calidad de las fotos.

Además, ya está expuesta la foto de mi cuadro en Nueva York, lo cual es algo grande en mi trayectoria profesional, pues aunque he expuesto en Berlín y en Los Ángeles, nunca lo había hecho en NY, que es el centro del universo artístico.

No quiero cansaros ni cansarme, pero sí deseo que quede claro que mi interés por saber lo que significa queer sigue en pie, así que sin prisa pero sin pausa, seguiré investigando, sobre todo a través de Paul Preciado* que creo que es la que más sabe del tema y a la que mejor puedo entender.

Parece que no me muevo de casa y sin embargo cuántas cosas pasan, proyectos que se presentan, invitaciones a las que me cuesta negarme, como la de hoy para ir a la inauguración de Esther Ferrer en el Guggenheim, pero nada me puede apetecer menos porque recuerdo las pocas inauguraciones a las que he ido y no han sido mi cup of tea, la verdad.

La vida me invita a disfrutarla.
Desde mi ventana veo el cielo azul y mis plantas, que ya han empezado a enseñar sus flores.


Estoy comiendo fruta y ensalada y me siento más ligera.



*Paul Beatriz Preciado (nacido como Beatriz Preciado, Burgos, 1970) es un filósofo feminista, destacado por sus aportaciones a la Teoría Queer y la filosofía del género. Ha sido discípulo de Ágnes Heller y Jacques Derrida. 








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