sábado, 31 de marzo de 2018

DOS MIL OCHENTA Y SIETE






El agradecimiento es una sensación que me produce bienestar.
Hoy, por ejemplo, he dormido más de diez horas casi seguidas y he sentido tanto placer, que se ha transformado en gratitud y es algo que sale desde mi interior y se expande.
Luego vuelve y otra vez siento que es un regalo.
Sé lo que es pasar noches en blanco y las he vivido sin quejarme ni desanimarme, pero ayer estaba destrozada y hoy me encuentro francamente bien, centrada en el presente y disfrutando de la vida en cada momento.

Los últimos días han sido duros, no obstante he tenido la compañía de Jaime, que ha tenido una especie de gripe que le ha retenido en casa.
Aunque él estaba en su cuarto y yo en el mío, de vez en cuando hablábamos para ver qué tal nos encontrábamos y me he sentido a gusto, no porque él estuviera enfermo, sino porque ha sido una coincidencia, que creo que nos ha venido bien a los dos.


Ayer vi el primer capítulo de una serie española que se llama “La casa de papel”.
Había oido en la radio que está triunfando en Estados Unidos, a pesar de que hasta ahora las series españolas no habían sido bien recibidas.
Lo que yo vi me pareció impresionante, me mantuvo en tensión todo el tiempo.
Tengo ganas de ver más capítulos a ver si me sigue gustando.
Me encanta cuando me engancho a una serie y a última hora, antes de irme a la cama, entretenerme sin esfuerzo.
Las críticas son muy muy buenas, algo extraordinario.

Ya tengo ganas de salir a la calle, sobre todo si hace buen tiempo.
Echo de menos hacer fotos.

Por lo demás todo está en su sitio.

Estoy contenta.






No hay comentarios:

Publicar un comentario