sábado, 13 de mayo de 2017

DOSCIENTOS SETENTA Y SIETE







Ayer, viernes, me pasé el día entero sin salir de casa.
No solo porque no tenía nada que hacer en la calle, sino porque notaba que cuando me caí, mi esqueleto se había movido un poco y necesitaba reajustarse.
Además, tenía ganas de estar atenta a la intuición, ya que intentaba decirme algo importante y no le gusta esperar.
Efectivamente, a medida que avanzaba el día iba sintiendo no solo que mis huesos se asentaban, sino que algo muy profundo me hacía saber que durante toda mi vida he estado buscando excusas para dejarme llevar por el miedo. 
La escritura es un medio que me ayuda a conocerme.
Pues bien, ya he dicho en algunas ocasiones que desde que murió mi madre me noto más libre.
¡Pamplinas!
O sea, sí es verdad, mas es una verdad aparente, porque para hacer otras cosas bastante más libertarias bien poco me planteaba el miedo y el respeto a mi madre.
Y ahora, lo mismo digo en relación a mis hijos.
Lo que supe ayer y casi hasta me daba miedo verlo tan claro, es que sigo viviendo con miedo.
Y eso no me gusta.
Bien porque lo que hago no está bien o por temor a mostrarme como en realidad soy, el hecho es que engaño y me engaño.
Nadie me obliga a escribir un diario excepto yo misma, porque sé que me ayuda a profundizar en mi interior y a sumergirme en terrenos sombríos que no me gustan.
No me gustan porque forman parte de mi sombra, de la parte oscura de mi vida a la que prefiero no acceder, ya que el temor a descubrir mi verdadero yo, me atemoriza.
Es fácil ir por la vida alegremente como si todo fuera muy bonito, mientras escondo los trapos sucios.
El único problema es que no me satisface.

Sé que tengo que reflexionar, dedicar más tiempo a todo lo que he estado tapando durante años y enfrentarme a mi verdadero ser.
No va a pasarme nada.
Seguiré siendo igual para los que me vean por fuera, solo yo sabré que me estoy quitando la careta y podré mirarme en el espejo y me aceptaré como lo que soy, un ser humano con sus miserias y sus grandezas.

Es bueno hacer limpieza de vez en cuando.






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