lunes, 22 de mayo de 2017

DOSCIENTOS OCHENTA Y SEIS







Ayer me di cuenta de que poseo una peculiaridad de la que algunas personas carecen.
Estaba viendo una película que me gustaba e inmediatamente pensé en decírselo a Jaime, segura de que le interesaría.
Así que cuando entró en mi estudio para decirme adiós, antes de que yo tuviera tiempo, él mismo dijo:

Interestelar.

Si, me está encantando.

La vi hace tiempo en el cine con Beatriz.

¡Vaya!, pensé, eso se dice.

Me refiero a que cuando algo me gusta, enseguida pienso en compartirlo.
Noto que no todo el mundo lo hace, a eso me refería al principio.
Yo disfruto haciéndolo, eso es todo.

No es que Interestelar sea la maravilla del siglo pero me tuvo entretenida durante tres horas.
Tiene algunos puntos que no están claros.
Comprendo que al hablar de asuntos del futuro, llega un momento en que puede resultar difícil resolver ciertas situaciones.
El punto esencial en el que casi todos los que hablan del futuro del planeta coinciden, es la esterilidad, tanto de hombres como de mujeres.
Lo menciono porque la serie que estoy viendo ahora “El cuento de la criada” se basa en algo parecido.

Al ver a los refugiado huyendo de sus países en guerra, pienso en los pasajes bíblicos que hablan de lo que está sucediendo hoy en día.
Casi me da vergüenza estar en mi casa, calentita, pensando en la cena que me voy a preparar y en el futón con sábanas blancas, en donde pasaré una noche maravillosa.
La verdad es que me considero afortunada de poder vivir sin tener que pasar por tantas penalidades.
Cada día me cuesta más ver los documentales que hablan de lo que está pasando tan cerca de nosotros.

Cuando fui a Berlín por primera vez, acababan de tirar el muro y me llevaron a verlo y me explicaron sobre el terreno lo que allí pasaba.
No podía dar crédito a que un país tan cercano, hubiéramos permitido que  sucediera algo tan inhumano.

Me puse tan enferma que no podía salir de la habitación del hotel en que me hospedaba.











No hay comentarios:

Publicar un comentario