domingo, 30 de septiembre de 2018

DOS MIL QUINIENTOS DIEZ Y NUEVE







Ayer descubrí algo que me sorprendió en extremo, cambió la idea que tenía sobre la acepción de los poetas en el sigo XXI.
Hicieron una entrevista en RNE(1) a Elvira Sastre, poeta de veintiséis años que vive de su trabajo.
No solo eso, sino que dio a entender que los recitales de poesía están de moda.
La gente paga dinero, compra su entrada para acudir a un teatro en el que en profundo silencio ven y escuchan al poeta delante de un micrófono mientras lee sus poesías.
A menudo el público las conoce de memoria.
Son sus fans.
A estos poetas modernos se les compara con las estrellas de rock’n rol.

Elvira Sastre empezó publicando sus poemas en un blog personal y al darse cuenta de la cantidad de seguidores que tenía, adquirió seguridad en sí misma y así, dando pasos firmes ha llegado a tener una fama merecida.

A veces tiene tantos compromisos sociales que carece de tiempo para escribir y eso no le gusta.
Necesita parar, se retira del mundo y tal vez sentada en el banco de un parque cualquiera, a la sombra de un alcornoque, aparece la inspiración.

Benjamín Prado, poeta nacido en mil novecientos sesenta y uno, al que se le considera cercano al culturalismo (2) es la persona que le dio el primer empujón para que perdiera su timidez natural y se lanzara al vacío.
Sastre considera a Prado como su mentor y siente admiración y agradecimientos ilimitados.


Llevaba yo días sin ser visitada por las musas, cuando al oír a esta chica tan joven decir que la poesía está de moda, he tenido ganas de conocer su trabajo así como el de Benjamín Prado y ahí ando investigando a dos poetas, es decir, dos artistas que son capaces de vivir de su trabajo, algo insólito en el mundo en el que yo me muevo.




1 Radio Nacional de España

2 El culturalismo es una corriente estética y literaria cuya principal característica consiste en la concentración en sus textos de abundantes referencias culturales (Wikipedia)








No hay comentarios:

Publicar un comentario