sábado, 8 de septiembre de 2018

DOS MIL QUINIENTOS








Ayer por fin hicimos el plan del que Pizca tanto me había hablado.
Comimos en el arreglado y cambiado batzoki de Getxo que ha quedado encantador.
Una comida muy buena, cocinada con el cariño que los vascos en general ponemos a todos los asuntos gastronómicos, en un entorno paradisíaco.
Solo discutí con ella un momento al principio, cuando me instigó a que rompiera mi propósito de no comer gluten,
Me animó a que comiera el pan del lugar que tenía muy buena pinta, mientras esperaba a que sacaran del horno mi pan especial sin gluten.
Ese tipo de frase tan extendida:

Por una vez no pasa nada…

No puedo, no la soporto.
He recaído tantas veces en tantos asuntos nocivos por hacer caso a la inconsciencia con la que hablamos, sin darnos cuenta del daño que podemos hacer.
Las recaídas, en muchos terrenos, pueden ser peores que las caídas.
Yo he recaído muchas veces en asuntos importantes y ya no quiero repetir mis puntos flacos.
Para mi, una recaída es como caer en la cascada de Iguazú.


Tengo una enfermedad autoinmune que me ha hecho pasarlo muy mal, porque al principio nadie sabía diagnosticarla y cuando por fin el doctor Álvarez de Mon lo hizo, me recetó pastillas, gracias a las cuales se me quitaron los síntomas y he pasado unos años estupendos a base de estar drogada con medicamentos, pero ya me he hartado, quiero vivir desde mi propia vitalidad, así que fuera los fármacos y fuera el gluten y fuera las personas que me desanimen.

Es muy difícil dejar las adicciones, tanto las drogas, como los amores perversos, el tabaco y todo lo demás.
Solo Dios sabe el esfuerzo que estoy haciendo para prescindir de las mías, pero ahora que ha pasado lo peor y empiezo a recolectar los frutos, no estoy dispuesta a permitir que nada ni nadie perturbe la maravilla de sentirme en el séptimo cielo.
El séptimo cielo existe, yo lo conozco, he estado muchas veces y ahora lo he empezado a tocar tras un agosto muy difícil.
Me siento fuerte, vital e inspirada.

No tengo intención de dejar de estar con Pizca, eso sería muy difícil, no me compensa, pero le hice saber que lo que menos necesito es que me debiliten.
Tengo que aprovechar ahora que estoy fuerte para crear el hábito:

Ni gluten, ni lácteos ni azúcar.

En realidad la única novedad es el gluten, porque tanto los lácteos como el azúcar los tenía muy apartados de mi vida, aunque me permitía caer de vez en cuando.







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