viernes, 7 de septiembre de 2018

DOS MIL CUATROCIENTOS NUEVE







Todavía no he tomado la decisión definitiva pero estoy a punto de hacerlo.
Se trata de no compartir las noticias desagradables que se publican en FB.

Una cosa es la importancia de estar informada de lo que sucede en el planeta que habito y otra muy diferente, regodearse con la infamia.
Prefiero imbuirme de la belleza y la bondad de la naturaleza.
El hecho de que yo no me ocupe de cantar a los cuatro vientos todas las atrocidades que se cometen cada día no va a afectar a nadie, no obstante para mi es como una pesadilla diaria ver una y otra vez, como se repiten las atrocidades que siempre lo han sido.

¿No nos cansaremos algún día de ser desgraciados, miserables, miedosos, masoquistas y poco generosos?

Yo ya estoy exhausta.
Quiero vivir tranquila, por lo menos hasta que me muera.
Quiero cuidarme, reírme, dormir a pierna suelta, ver buen cine y ofrecerme todas las cosas bonitas que han sido hechas para mi solaz y esparcimiento.

He estado tan pendiente de las noticias, que he descuidado mis plantas y aunque son tan encantadoras que no se han secado, se les nota menos alegres.
Se conforman con tan poco y dan tanto a cambio, que me emociono solo con mirarlas.



Hoy como con Pizca.
Me ha invitado a comer al nuevo Batzoki de Getxo que lo han renovado y se ha puesto de moda.
Allí iremos las dos.


No sé lo que me ofrecerá la vida, cada día es una sorpresa a cual más interesante.






No hay comentarios:

Publicar un comentario