miércoles, 25 de marzo de 2020

TRES MIL SESENTA Y NUEVE










Hoy he visto el peliculón de mi vida.
Ya sé que es mucho decir pero me ha encantado.
Se llama: ¨Cuatro minutos¨ y está en Filmin
Me atrevo a contarlo porque hasta la crítica la ha equiparado con "La vida de los otros" que es una de las mejores películas que he visto en toda mi existencia cinematográfica.
A pesar de estar suscrita a varios canales y de dedicar tiempo al estudio y la investigación de lo que voy a visionar, no siempre acierto y tampoco es que haya maravillas.
De hecho, a veces me conformo con entretenerme, pero lo de hoy ha sido algo grande desde todos los puntos de vista.
Me gusta el cine alemán, así como su literatura, su filosofía y más temas que voy descubriendo poco a poco.
Me gusta Hesse, Goethe, Thomas Mann, Fassbinder, Einstein...
Además, a pesar de no hablar su idioma, me he sentido a gusto cada vez que he pisado suelo alemán.
Cuando hice mi obra "Heridas" la expuse en Berlín, en la galería Loulou Lasard.
La directora de la galería organizó una instalación: Wundem und Installationen, todavía quedan tarjetas de la inauguración entre mis trastos.
Expuse mis Heridas en varios sitios.
A veces me acuerdo de que Oteiza decía que cuando se muriera le gustaría que su cuerpo estuviera gastado porque eso significaría que había aprovechado la vida.
Yo no sé si podré decir lo mismo pero no me queda más remedio que admitir que tengo cicatrices en todo el cuerpo, tanto por fuera como por dentro, desde la cabeza hasta el dedo gordo del pie.
Y sí tengo la sensación de que estoy disfrutando de la vida.











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