domingo, 31 de mayo de 2020

CUATRO MIL TREINTA











Cuando viví en Los Ángeles coincidí con una chica sevillana que me resultaba agradable.
Al cabo de tres años yo me volví a España y ella se quedó allí, se divorció y sus hijos también prefirieron quedarse, estaban americanizados.
A lo largo de los años me he encontrado con ella en muchas ocasiones por el mundo porque ella también es estudiante de Prem Rawat y siempre me ha tratado con cariño y nunca hemos tenido un roce.
Se llama Myriam.
Justo este año en el que me he sentido tan necesitada de afecto, apoyo y distracción, ella ha estado ahí para mí a través de Wasap, compaginábamos los horarios y a mi me hacía feliz conversar con ella y que me contara cosas de Malibu en donde yo había dejado algunos amigos.
Ella es Cordón Bleu, una chef extraordinaria, estuve en alguna fiesta en la que ella había hecho la comida y me impresionó, todo de alto nivel, muy sofisticado.
Hoy hemos tenido un evento global virtual en el que Prem Rawat ha dado una conferencia de una hora.
En Los Ángeles eran las 10am y en España las 7pm.
Ha sido precioso poderle escuchar desde mi iPhone tumbada en mi cama sin salir de casa ni tener que coger un avión.
Me venía a la cabeza Myriam por lo que me he puesto en contacto con ella en cuanto ha terminado el evento y efectivamente, estaba tan contenta como yo, terminando una paella para Spielberg.
Ella es la Community Manager de Guillermo del Toro,
Vive en la casita de los guardeses y se ocupa de que todo esté siempre impecable, su jefe rara vez está allí, así que ella se baña en la piscina y está encantada en plena naturaleza.
Ya tiene mucha fama entre los actores, le encargan las fiestas y le pagan muy bien.
Está entusiasmada, lo que no me extraña porque yo viví allí y fui muy feliz pero llegó un momento en que decidí ir a Barcelona y de Barcelona me vine a Bilbao en donde tenía mi casa, mis hijos, mi madre, mis hermanos, mis sobrinos y una vida fácil y agradable y aquí sigo tan contenta a pesar de que he perdido bastante inglés por falta de práctica.
Un domingo precioso.









sábado, 30 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTINUEVE











Mi madre era machista declarada pero cuando le convenía se volvía feminista sin ni siquiera saberlo.
Por ejemplo, un día en que íbamos en mi coche, me contó que había tenido una conversación importante con mi padre.
Se trataba de la herencia, así que la escuché con los cinco sentidos porque el tema me atañía en sumo grado.
Me dijo que mi padre, sin consultarlo con ella, había estado con el notario para hacer testamento y nos había hecho herederos a los hijos y a ella usufructuaria, por lo que podría vivir muy bien pero sin mandar, sin ser dueña de nada.
Ella le dijo que era muy bonito pero poco práctico, así que le animó a cambiarlo.
Supongo que a mi padre no le haría ninguna gracia pero tampoco querría que ella se enfadara y no le quedó más remedio que acatar.
Ella había construido unos argumentos capaces de convencer a cualquiera, tenía sus razones.
Le dijo que el dinero que él había conseguido trabajando como agente de bolsa lo habían ganado juntos porque ella lo había administrado con mucho orden y cabeza y se había sujetado a las circunstancias, tanto cuando las vacas estaban gordas como delgadas, siempre a su lado, sin quejarse y haciendo milagros en muchas ocasiones ya que pasaron la guerra con niños pequeños y tuvo que hacer malabarismos para alimentar a todos.
Argumentos bastante convincentes porque es verdad que era una mujer de gran carácter, muy trabajadora, inteligente, a la que nada se le ponía por delante, capaz de resolver cualquier problema, daba igual que fuera un imposible, ella podía con todo.
Tuvo once hijos.
También debo decir en honor a la verdad que mi padre era un mimado, su madre tenía Edipo y cinco hermanas que suspiraban por sus huesos.
Jamás entró en la cocina ni vio un guisante en su plato, los detestaba.
Si a mi padre le interesaba invitar a gente importante mi madre organizaba todo encantada de la vida, nunca opuso un reparo a ese tipo de compromisos que yo jamás aceptaría.
En el fondo mi madre tenía razón, así que cuando murió mi padre, ella heredó el dinero suficiente para sentirse a gusto.










viernes, 29 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTIOCHO










No me extraña que Aniceto necesite descansar, el ritmo de la vida da vértigo, estar en las redes tantas horas y tener acceso a lo que cuentan y a lo que sucede en diferentes conciencias resulta fascinante, no obstante debo tomarlo con calma.
Nunca me había relacionado con tanta gente de tan diferentes ideologías y opiniones, personas que están informadas y de las que algo en mi nota que tienen razón, que no mienten.
Estoy aprendiendo a marchas forzadas, no solo de trabajar en redes sino de los discos duros que tenemos los seres humanos, nos estamos convirtiendo en humanoides, la inteligencia artificial ha empezado a hacer efecto en nuestras cabezas.
Me conformo con que no me toque el corazón que es la base de mi existencia, quiero mantenerlo al margen del sinsentido que me rodea.
Estoy contenta de haber conocido a Diana Terceño, me parece mentira poderme fiar de lo que dice, ella no inventa nada, desconozco sus fuentes pero destilan son aguas cristalinas.
Hay otras personas con las que también he entablado una pequeña relación y mientras todo sea agradable y con afecto yo me entrego.
Es natural que resulte agradable compartir el mismo tipo de ideas, sin embargo la idea de abrirme a nuevos horizontes me atrae y sé que me viene bien, tengo tendencia a quedarme en ese lugar tan manido que llaman "la zona de confort".
Me han bajado los seguidores, les intereso menos.

Como decía Quevedo y luego cantaba Paco Ibáñez:

Pues amarga la verdad quiero echarla de la boca
Y si al alma su hiel toca esconderla es necedad
Sepase pues libertad a engendrado en mi pereza
La pobreza

¿Quién hace al ciego galán y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan, sin ser el Dios verdadero?
El dinero
¿Quién con su fiereza espanta el cetro y corona al rey?
¿Quién careciendo de ley merece nombre de santa?
¿Quién con la humildad levanta a los cielos la cabeza?
La pobreza
¿Quién los jueces con pasión sin ser ungüento hace humano?
Pues untándoles las manos les ablanda el corazón
¿Quién gasta su opilación con oro y no con acero?
El dinero
¿Quién procura que se aleje del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo tan cristiana tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje el desprecio y la tristeza?
La pobreza
Pues amarga la verdad quiero echarla de la boca
Y si al alma su hiel toca esconderla es necedad
Sepase pues libertad a engendrado en mi pereza
La pobreza, la pobreza

No he podido resistir la tentación de publicar todo el poema.
Me toca el corazón y eso es bueno.







jueves, 28 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTISIETE










Ya estoy participando de la vida nueva.
Todo me sorprende y me cautiva, casi no sé lo que quiero ni lo que necesito y sin embargo, las llamadas que hice cuando empezaron a abrir la jaula están dando resultados.
Hoy me han llamado de Subastas Bilbao porque quiero deshacerme de casi todos mis cuadros, tanto míos como de otros artistas.
No es la panacea, pero necesito espacio, estoy obsesionada con el vacío.
Me dedico a ordenar, tirar, vender, deshacerme de todo lo que no utilizo, estoy agotada pero muy contenta.
El orden y la limpieza me tranquilizan, son como el Tao.
Tengo que contrarrestar el estilo de vida de las personas con las que comparto la vivienda que tienen tendencia al síndrome de Diógenes.
Hasta ahora yo intentaba que la gente con la que trataba compartiera mis ideas pero ahora quiero dar un paso más que consiste en tener la capacidad de tratar con personas de ideas opuestas a las mías y conseguir que no me alteren.
Me está costando mucho, no sé si podré seguir, no es obligatorio, nadie me lo impone ni siquiera yo, no obstante me gustaría.
Es un ejercicio de madurez.











miércoles, 27 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTISEIS










Todo va tan deprisa que no me queda más remedio que entregarme, no ofrezco resistencia, me acoplo a la velocidad de vértigo a la que me lleva la vida.
Hace tiempo, cuando me trataba la doctora Verdugo me decía que había entrado en la quinta dimensión.
Yo no entendía demasiado pero lo que experimentaba era excesivo, no lo soportaba, era una experiencia para la que no estaba preparada, hasta ella que había estudiado esos temas se quedaba perpleja cuando le hablaba de las especies de rayos que me atravesaban por todo el cuerpo y la electricidad que sentía cuando estaba en la terraza y pasaba el metro por debajo de mi casa.
Pasé unos años difíciles, me daba cuenta de que algo iba mal.
Creo que la leucemia me ha venido bien porque ahora me encuentro mucho mejor, más a gusto con mi cuerpo aunque todavía necesito ponerme mejor pero disfruto de la vida y de las sensaciones.
En aquella época me dolía todo, casi no dormía.
Cuando fui a Barcelona para que me vieran algunos doctores de mucho prestigio no podían creer que no tomara medicación.
Verdugo solo me daba vitaminas o suplementos, me tomaba catorce pastillas al día para limpiar el cuerpo y no tenía ni un minuto de descanso, siempre encontrándome mal.
Ella decía que era por el cambio de dimensión, terminé harta de los cambios de frecuencia, prefería estar en la dimensión normal y no tener experiencias cósmicas.
Ahora estoy mucho más contenta, me voy recuperando poco a poco, aunque tal vez demasiado deprisa porque me ha pillado de sorpresa.
Mañana, día veintiocho de mayo se cumplirá un año de mi ingreso en Cruces con el diagnóstico de leucemia promielocítica aguda M3.
La maravillosa hematóloga María Puente me dijo "que vengan tus hijos porque tenemos que hablar".
Me metieron en un cuarto muy grande para mi sola.
Al día siguiente vinieron Beatriz y Jaime por la mañana mientras Mattin cogía un avión desde Berlín y nos dijeron que yo tenía diez días en los que si no me moría me pondrían un tratamiento que me curaría.
Solo podía venir una visita y siempre con mascarilla.
Los hematólogos, las enfermeras, los auxiliares y muchos más que me mareaban, siempre estaban con mascarilla.
En seguida me pusieron la quimioterapia, me hicieron una vía en la femoral para lo que tuvieron que organizar una especie de quirófano en la cama moderna que era como un potro de tortura, casi no podía cambiar de postura.
Las personas que me atendían eran profesionales especializadísimos, impresionaba lo bien que hacían todo y la delicadeza con la que me trataban y eso que mis venas estaban quemadas, les costaba sacarme la sangra y meterme las plaquetas y hacerme todo lo que me hicieron con mucho amor.
Consiguieron que saliera adelante, a los diez días todo nos relajamos.
Vinieron todos mis hermanos incluso uno que llevaba muchos años sin hablarme, también los de Madrid, les di un susto morrocotudo.
A Beatriz le salieron pupas en la cara, tuvo que cambiar sus cremas se puso hecha un adefesio, tenía que taparse para que no le diera el sol.
Me parece mentira el año que he pasado y justo cuando terminé de tener que ir al hospital de día para la quimioterapia que es algo tremendo, empezó la cuarentena del Covid 19.











domingo, 24 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTICINCO










Gran domingo como colofón a una semana extraordinaria en la que estoy aprendiendo a vivir sintiéndome bien.
Era una sensación que casi había olvidado.
He renacido.
Es como volver a encontrar a una vieja amiga a la que siempre he querido muchísimo.
Soy una costumbre que se ha convertido en novedad.
Me resulta difícil comportarme, no acierto, meto la pata, se nota en los comentarios que me hacen en Facebook.
Los que están de acuerdo conmigo me toleran pero hay otros, algunos amigos nuevos a los que no me queda más remedio que bloquear porque aunque soy una persona tolerante que acepta cualquier opinión exijo que se diga en el tono correcto.
Como dicen los franceses:

"C'est le ton qui fait la musique"

Me interesa la opinión de los seres humanos, sobre todo si tienen espíritu crítico y saben de lo que hablan porque han reflexionado, acepto con agradecimiento y humildad que critiquen mis cuadros y mis performances, mis fotos, mis comentarios, mi manera de vestirme, todo, acepto todo siempre que sea dicho con elegancia.
Estoy aquí para disfrutar.
Las redes sociales son el medio en el que me relaciono con la gente.
Hablar me cansa, escribir me encanta y conocer gente también.
Además no tengo ideas políticas extravagantes, soy bastante dócil, bueno, no tanto pero puedo tratar con gente de diferentes ideologías sin morirme en el intento, estoy acostumbrada.
Rara vez me siento en mi elemento, en realidad lo que de verdad me gusta es reírme y lo echo en falta.
El tipo de vida que la circunstancia nos obliga a llevar no admite demasiadas "gracietas" como dicen los catalanes.
No importa, como decía Oteiza:

Androcanto y sigo.













sábado, 23 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTICUATRO











Tengo suerte, nací con suerte y siempre me acompaña, no solo en los momentos imposibles sino que también en los pequeños como hoy por ejemplo, con la película que he visto que me ha alegrado la tarde, porque desde que paso tantas horas en Facebook hay momentos en que me cuesta conservar la calma y el buen humor, veo demasiada estulticia por no decir ignorancia supina.
Por otro lado también me divierto, tiene, como todo en esta vida, las dos caras de la moneda, el Yin y el Yang.
La película se llama "Los consejos de Alice", francesa, no tiene muy buena crítica pero me he arriesgado porque todo lo francés me encanta y pasar un rato en Lyon escuchando el tono de Fabrize Luchini en su lengua materna ha colmado mis expectativas, me ha relajado y estoy contentírrima (palabra extraída de un amigo de Facebook)
Por lo demás todo está en orden, he conseguido preparar tres cajas bastante grandes con libros para donar en una librería de las siete calles de Bilbao que los venden baratos y con el dinero que ganan ayudan a quien lo necesita.
Tal vez me he excedido porque al principio tuve que tomar decisiones, siempre es lo más costoso, por lo que hice cuatro grupos:

Uno: Novelas (castellano, inglés y francés) y Ensayos.
Dos: Macrobiótica, Ayurveda, Feng Shui y algunos de indios sabios.
Tres: Oteiza, Pintura y Catálogos de Exposiciones
Cuatro: Poesía y Nueva Era

La idea era desprenderme de las novelas, todas sin excepción.
Mientras veía la película me venía a la cabeza que tal vez he exagerado la nota al meter en una caja todos los libros que tengo de Michel Houellebecq que es mi escritor predilecto, es demasiado, creo que no debo desprenderme de sus libros, sería como regalar el Quijote de Trapiello.
Es posible que nunca vuelva a releerlos pero tenerlos cerca es una referencia que me proporciona seguridad, adoro el idioma francés, todavía soy capaz de recitar a Moliére con la entonación que me enseñaron en el colegio de Burdeos.
Así que un día más de confinamiento encantada de la vida.










viernes, 22 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTITRES










He visto una película que me ha encantado, justo el tipo de historia que me toca el corazón.
Se llama "Entre la razón y la locura".
No sería capar de recomendársela a cualquiera porque es un asunto muy personal.
Me interesan en alto grado las palabras de los idiomas que conozco.
El castellano para mí es el rey y a él dedico la mayor parte de mis estudios y lecturas, no obstante el inglés, del que solo se lo justo para defenderme y entender a Prem Rawat, me complace de una manera extraordinaria.
Siento no ser capaz de manejarlo con soltura y de no poder suavizar mi strong Spanish accent* del que me avergüenzo a menudo, sin embargo me siento orgullosa de haberlo aprendido siendo mayorcita y sin tener facilidad para los idiomas, he tenido que hacer un esfuerzo extraordinario, ya he contado en otras ocasiones que mi educación quedó truncada cuando me enamoré de Carlos Artiach y   me entregué a esa sensación que me enajenó, me confundió y me hizo perder mis intereses primordiales.
Me dejé llevar por una fuerza a la que no fui capaz de enfrentarme y ahí quedé atrapada, como en un sueño, hasta que desperté e intenté luchar con todas mis fuerzas para recuperar mi mismidad que tanto añoraba.
Esta película, protagonizada con delicadeza y bien hacer por Sean Penn y Mel Gibson me ha hecho pensar en la suerte que he tenido en la vida ya que, a pesar de haber estado por dos psiquiátricos por asuntos de drogas, nunca he traspasado esa línea de la que prefiero no hablar.
Los psiquiatras nunca me han servido para nada bueno excepto para recetarme pastillas, ellos no saben curar las enfermedades del alma.




*fuerte acento español










jueves, 21 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTIDOS











Mi primer día de mascarilla y calle.
He pasado una mañana gloriosa.
No me acordaba de lo entretenido e interesante que puede ser hacer unos recadillos por Las Arenas, he sido muy feliz.
Breve pero intenso.
Hasta la semana que viene no tengo planes específicos, peluquería, masaje, osteopatía otra vez, no sé cómo me encontraré mañana, el tratamiento de fascias me ha dejado exhausta, un año sin moverme, he perdido masa muscular.
Tengo demasiadas ideas, no debo precipitarme, ya iré haciendo una cosa detrás de otra.
La cabeza todavía me falla, menos mal que todo tiene remedio.
Tengo que eliminar todo el arsénico y el ATRA que me he metido además de las pastillas que tenía que tomar cada día.
He sido tan obediente que ni yo me reconozco y tengo intención de seguir siéndolo porque no quiero pasar otro mal rato como el que he pasado.
No deseo a nadie que tenga un cáncer.
Cuando estaba aislada en la cama_tortura de Cruces, pensaba:

Menos mal que no tengo que pagar por todo esto porque de lo contrario me habría metido en un buen lío.

Una amiga mía americana que sufrió un atraco con violencia tuvo que operarse muchas veces y al final no pudo más y se suicidó.
Además de que no terminaba de encontrarse bien, la idea de pasar el resto de su vida trabajando para pagar lo que debía al gobierno le quitó las ganas de vivir.
En California el suicido no solo está permitido sino que mucha gente recurre a él, es dura la vida sin Osakidetza.
Lo ponen fácil.
El médico de cabecera ofrece una pastilla y el paciente elige el momento de tomarla.
Parece ser que algunos prefieren estar con amigos y otros lo hacen cuando están solos.
Hay personas mayores que tienen cáncer y no están dispuesta a pasar por la quimioterapia, se van.









miércoles, 20 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTIUNO











He dado un cambio radical, ha sido de repente.
Hasta que empezaron a salir mis hijos yo andaba con dos muletas, no tenía fuerza, me asustaba la idea de salir, solo quería estar en casita bien protegida y como por arte de magia, en el momento en que Beatriz y Jaime no estaban en casa, empecé a tener ganas de hacer cosas, poco a poco dejé una muleta que es un paso muy importante ya que tener una mano libre aumenta mi autonomía, acerté con la medicación para no tener dolor, algo fundamental para ser feliz y volví a la macrobiótica que es milagrosa.
Me encuentro como nueva, un poco alterada porque me ha pillado de sorpresa, no pensé que me iba a encontrar tan bien tan pronto, no estaba preparada pero eso es lo de menos, lo que importa es que estoy encantada, con fuerza y con ideas y ganas de ocuparme de mí, de mis asuntos y de la casa.
Mañana tengo Pilates y Osteopatía.
Tengo intención de conducir.
Me apetece ser independiente, en mi coche soy muy feliz, es muy cómodo.
Parece que todo se va poniendo en su sitio.
El día 28 hará un año que me ingresaron y diagnosticaron Leucemia promielocítica aguda o M3.
Cuando la hematóloga pronunció la palabra leucemia me subió la tensión a 17.
No voy a seguir contando la historia porque ya es sabida y como dijo Machado:

Olvidado por sabido y enterrado cual la momia de Ramsés.

Resumiendo, que en un año me he quitado la leucemia del medio, por lo menos de momento y como solo tengo el presente que es el regalo del Creador, ya solo me queda disfrutar de la vida y dar gracias al cielo de que lo malo ya pasó.
Ahora solo tengo que ser consciente de que mis defensas están bajas y de que hay un peligro acechando, no obstante no tengo queja.
He estado en el infierno ahora estoy en el umbral del cielo.
Ha sido tremendo pero ya pasó.
He estado muy bien acompañada por todos los que me habéis seguido y animado con vuestros comentarios, han sido muy importantes en el proceso.











martes, 19 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTE











No tengo ganas de escribir pero no quiero quedarme sin compartir el maravilloso día que he pasado hurgando en los posts cuyos videos me robaron los de Youtube, me cuesta aceptarlo, me gustaría conocer a alguien que tuviera el poder de devolvérmelos porque han sido unos años maravillosos de mi vida en los que hice cosas muy inspiradas así que solamente voy a copiar un texto que acompañó a un video que se titulaba:

AUTOBIOGRAPHY_TWO

No trabajo pensando en un público conservador, no trabajo pensando en un público coleccionista de arte, no trabajo para gustar a mi galerista, ni a mi madre, ni a mis amigos, ni a los críticos, ni a los comisarios, ni siquiera trabajo para gustarme a mi.

Experimenté mi práctica artística contemplando esos propósitos y no fuí feliz.



Trabajo porque me sale del corazón y es en mi corazón donde encuentro mi satisfacción.
El único propósito por el que he venido a este mundo es disfrutar de la vida y, aunque a trancas y a barrancas, con mi muleta a cuestas, con mis rabietas de vez en cuando y algunos kilos de más que no consigo eliminar, juro por dios, y no en vano, que lo estoy consiguiendo:
Vivo en un remanso de paz interior, solo perturbada por algunos ruidos vecinales y algunas cosillas referentes a mis hijos que prefiero no mencionar y por lo demás, canto y bailo alegremente en mi interior.


Reconozco que no me fijo demasiado en el trabajo de mis colegas porque estoy muy ocupada con el mío propio, aunque de vez en cuando voy a conferencias y a exposiciones y aprendo.


En realidad, lo que hago es una celebración constante de la vida a través del arte.


Domingo 30 de enero de 2011











lunes, 18 de mayo de 2020

CUATRO MIL DIEZ Y NUEVE










Evito por todos los medios la negatividad y con más razón recrearme en ella no obstante  hoy he sentido algo doloroso que me ha hecho daño, sobre todo tratándose del mundo del arte en el que parece que debería existir un permisividad más libre que en los demás contextos.
No es así.
Se trata de que hace años, tal vez doce, yo hice una performance sobre el Guggenheim Bilbao que publiqué en YouTube y tuvo gran repercusión.
La proyectaron en el Instituto Cervantes de Estocolmo, en el Reina Sofía de Madrid e incluso en el Guggenheim Bilbao.
Alcanzó tanto éxito que me lo quitaron de Youtube por motivos de Copyright, creo y de paso me quitaron mas de mil videos en los que estaba concentrado el trabajos de muchos años.
Gracias a María Seco que había guardado el original que se llamaba "Conversaciones con Thomas Krens" pude recuperarlo y cambiarle el nombre, con el propósito de que pueda seguir circulando porque sin lugar a dudas es mi mejor performance.
Estos días que tengo ganas y tiempo, estoy tratando de recuperar los originales de aquellos videos que me robaron impunemente y al ver uno detrás de otro leyendo los títulos, he comprendido que eran importantísimos, han destrozado mi trayectoria con el agravante de que en mis actuales condiciones ya no puedo pintar y en muchos de esos videos se encontraba memoria de muchas exposiciones con cuadros que ya están vendidos y a los que no he seguido la pista por lo que sería imposible hacer una antológica.
Lo he sentido de verdad y no sé qué hacer ¿a quien puedo pedir una explicación?
Me conformaría con que me devolvieran todos los videos excepto el de Thomas Krens , con el cambio de título ha perdido el tirón.
Conocí a Thomas Krens en una taberna de Basurto que se llamaba Rogelio.
Me pareció encantador, estaba entusiasmado con la idea de montar otro Guggenheim en Brasil creo, o tal vez en Dubai.
Le volví a ver en una inauguración y fue después cuando se me ocurrió hacer la performance.
Justo cuando la estaba terminando me enteré de que le habían echado o algo parecido y añadí la segunda parte.
Ahora se llama: Desde el anonimato












domingo, 17 de mayo de 2020

CUATRO MIL DIEZ Y OCHO










La doctora Verdugo que me trató durante una temporada difícil de mi vida, me dijo entre múltiples cosas interesantes, era una parlanchina muy simpática, que los políticos tienen atrofiado el lóbulo frontal.
No me sorprendió porque estoy tan lejos de llegar al mínimo entendimiento con cualquier político como con un diplomático, son posturas vitales que no van con la mía.
De hecho, no se me olvida que Pedro Sota, tras una temporada en la que fue concejal del ayuntamiento de Bilbao me dijo que lo tuvo que dejar porque todo era pura hipocresía.
También me viene a la cabeza cuando a veces charlaba con Fernando Maura en el bar de Zampa y me resultaba encantador, podíamos hablar de cine, literatura y de lo que fuera, era culto y estaba informado con criterio acertado a mi entender, pero en cuanto se hablaba de política aparecía una persona que no tenía nada que ver con el que yo había conocido.
Algo parecido me pasó con algunos otros con quienes tuve menos trato porque la verdad es que casi no me fío de los que no ejercen la política como para fiarme de los que lo hacen, sería un oximoron.
Ultimamente me relaciono bastante en Facebook con Diana Treceño porque me ha abierto los ojos en relación al Covid19 que es un tema prioritario en mi vida, como para cualquiera, con el agravante de que estoy en una posición de alto riesgo y desde entonces la he seguido en otros temas que en realidad son políticos, casi todo es política.
Me ha invitado a participar en un grupo en el que seguro me enteraría de asuntos interesantes y podría fiarme porque me consta que Diana tiene fuentes fidedignas, no obstante lo he rechazado porque ese no es mi mundo.
Me altera demasiado y lo último que quiero en mi vida es alterarme.
Para evitarlo incluso he tenido que distanciarme de personas muy cercanas, a las que quiero, pero a mí me quiero más.
La leucemia me ha vuelto consciente de mi propia importancia como ser humano vivo.
Aprecio cada instante de mi vida y deseo vivir en calma, disfrutando de La Paz que hay en mi interior.
He tratado muy poco con políticos y aún así, casi todos me han defraudado casi desde el principio.
En la escuela de BBAA de Bilbao me hicieron delegada de curso y salí escopetada, no era lo mío.
Mi padre me había advertido pero no le hice caso, tenía ansia de experimentar cosas fuertes y fue un horror.
Había un cura en la clase que era párroco en Plencia, no me acuerdo de su nombre, solo del apellido, Pérez y me dijo una frase que no olvido:

Fíjate si la política será mala que cuando la pones al lado de la palabra más bonita del mundo, cambia su significado en alto grado: madre 

Ahora me hace reír pero el asunto tiene miga.










CUATRO MIL DIEZ Y OCHO


viernes, 15 de mayo de 2020

CUATRO MIL DIEZ Y SIETE












Ultimamente estoy muy activa en Instagram y publiqué una foto en la que Pizca está con Dalí.
Ha tenido una repercusión inesperada, hasta tal punto que he recordado que a mí también debió de sorprenderme esa relación al ver la foto, porque hasta entonces Pizca me había hablado algunas veces de Salvador con naturalidad y la escuchaba sin que me impresionara demasiado, pero al ver las fotos me entró la curiosidad y era justo cuando yo había empezado a escribir asó que le pedí a Pizca que me hablara de ese tema con el propósito de contar una pequeña historia.
No se acordaba demasiado ya que sucedió hace muchos años, incluso antes de que Pizca se casara con Moncho Lecea, era casi una niña pero por lo visto ya apuntaba maneras.
Así que hoy, en vez de hablar de mí y de mis vivencias, voy a añadir lo que publiqué aquel día.
Al leerlo de nuevo me ha parecido que tiene un interés especial.






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miércoles, 24 de junio de 2015


Cuando Pizca conoció a Dalí





Pizca se hizo muy amiga de Fabrizia cuando ambas estudiaban inglés cerca de Londres y al llegar el verano, le invitó a pasar unos días en su casa del Maresme.
Fabrizia tenía ganas de conocer gente diferente, personas que se salieran de lo normal.
Cuando le preguntó si podía presentarle a alguien especial, Pizca inmediatamente pensó en Dalí.
Ni por un momento se le pasó por la imaginación que el hecho de no conocerle pudiera ser un impedimento para presentárselo a su amiga.
Así que fueron a Cadaqués, se acercaron a Portlligat, que es donde se encontraba la casa del pintor actualmente convertida en museo y golpearon la puerta.
Pizca presentó a Fabrizia como una periodista que quería hacerle una entrevista para una revista italiana.
Ningún problema.
La única condición que puso Dalí es que subieran de una en una.
Fabrizia fue la primera.
Cuando terminó, sin tiempo para intercambiar palabra, le dijeron a Pizca que era su turno.
Subió las escaleras y entró en un recinto decorado con cestas llenas de barras de pan a la manera de símbolos fálicos.
Pizca, sin hacer aspavientos, comentó que le parecía muy mono como estaban dispuestos los panes.
Dalí le indicó que se sentara en una silla que estaba sobre una tarima, lo cual le hacía sentirse como protagonista de algún juego que desconocía.
Con mucho teatro le invitó a jugar con unas piezas en las que había dibujos de hombres y mujeres, y también palabras, todo con cierto tono erótico en plan de cómic.
Pizca hacía  algunos comentarios aunque la situación no le interesaba demasiado.
No sentía nada.
La manera de hablar de Dalí no era normal, forzaba las palabras como si le costara pronunciarlas.
Ella no miraba a Dalí, se entretenía con los dibujos.
Quizás Dalí esperaba que Pizca se mostrase sorprendida por lo que allí estaba pasando.
Ella no recuerda gran cosa de aquella visita excepto que fue el principio de una relación que dio lugar a otros encuentros de lo más variopintos.

Pizca estaba muy familiarizada con el mundo del surrealismo.
Ella misma tenía un estudio en Barcelona a cuyas fiestas acudían artistas e intelectuales tanto catalanes como extranjeros que se dejaban caer en esa Gauche Divine que empezaba a fraguarse.

Cuando Dalí iba a Barcelona se hospedaba en el Ritz. 
Un día, el capitán Moore, secretario de Dalí, llamó a Pizca porque Salvador quería estar con ella.
Cuando llegó al Ritz se lo encontró jugando con dos ocelotes que no eran peligrosos porque les habían cortado los dientes.
Esas visitas se hicieron frecuentes.
Y también los encuentros en la casa de Portlligat.
A veces le invitaban a cenar con otras personas.
En la casa de Portlligat siempre se bebía Moet Chandon rosado que ya estaba servido en las copas.
A Pizca lo que de verdad le gustaba era la casa.
La casa de Dalí le gustaba más que Dalí.
Todo lo que había en esa casa era especial.
La piscina era muy larga y muy estrecha, ni siquiera cabían dos personas al mismo tiempo.
A Dalí le gustaba poner huevos gigantes en el tejado.
Para el diseño de la casa Dalí le contó que se inspiraba en los huecos del poliuretano en el que encajaban los electrodomésticos.
A partir de los huecos diseñaba las formas que aplicaba a la casa lo cual le daba un encanto especial.

Encargaron a un escultor francés que hiciera un busto de Dalí y se quedó a vivir allí mientras lo hacía.
Dalí organizó una especie de performance que consistía en que el escultor introducía su falo en la vagina de una joven francesa que también andaba por allí y todos miraban.
A Pizca le daba pena la chica porque se había quemado con el sol y se veía que lo estaba pasando mal.

Un día, en Barcelona, Dalí le dijo a Pizca que quería llevarle a un sitio especial y que debía vestirse de negro y taparse la cara con una mantilla.
No le dio mas explicaciones.
Llegaron a una casa en el centro de Barcelona en la que había una pareja haciendo el amor.
Dalí presentó a Pizca como una viuda a quien se le había muerto el marido hacía poco tiempo.
El plan consistía en sentarse y mirar a la pareja.
Pizca se aburría, esperó un ratito y se marchó.
Evidentemente a Dalí le gustaba contemplar ese tipo de espectáculos y a poder ser hacerlo acompañado de sus invitados.
Pizca empezó a salir con un vasco estudiante de arquitectura muy entusiasta de Dalí, así que un día Pizca le llevó a Portlligat para presentárselo a su amigo.
Comieron en la mesa que estaba al final de la piscina y por la tarde Dalí decidió prestar atención a la pareja. 
Mirándole a Pizca como adivinando su futuro, dijo que le veía con un cuerno en la frente.
¿Qué significaría?
A Pizca le pareció divertido pero no le dio importancia.
Dalí podía ser gracioso como persona que siempre estaba haciendo un show pero tanto arrastrar las palabras y hablar de cibernética le cansaba.

En otra ocasión coincidió con Salvador en París.
Pizca estaba en una casa de amigos y Dalí que se hospedaba en el hotel Meurice le invitó y le insistió para que acudiera con ellos.
Pizca le notó contento e integrado en la cultura francesa.
Dalí se mostró realmente encantador, se le notaba más relajado.
No le extrañó porque en Francia respetan a los artistas de manera especial.
Probablemente esa fue la última vez que se vieron ya que cuando Pizca se casó, se instaló en Bilbao y no volvió a Cadaqués.


Grande fue su sorpresa cuando hace unos meses aparecieron en Facebook unas fotos en las que aparecía Pizca con Dalí tomando el sol en traje de baño en la casa de Portlligat.
Fotos que causaron gran expectación y se hicieron virales.
Fue a raíz de ver esas fotos cuando me entró la curiosidad por saber cómo había sido aquella relación de la que alguna vez me había hablado sin entrar en detalles.


Ahora que Martí Manen, como comisario que representa a España en la Bienal de Venecia, ha elegido la figura de Dalí, he mantenido algunas conversaciones con Pizca, para que me pusiera al corriente de esa relación de la que casi no se acuerda y que resulta tan surrealista como casi todo en la vida de Pizca Rivière.









jueves, 14 de mayo de 2020

CUATRO MIL DIEZ Y SEIS










Ha sido un día tan intenso y con tantos temas candentes que no sé por cual decantarme.
Creo que hablaré de lo más importante que es el tema que nos ocupa a todas las personas del planeta aunque algunas, demasiadas a mi entender, no quieran enterarse.
Yo me he instruido hoy, ya me ha costado.
Tengo una amiga de Portugalete de la que me fío, que ha publicado la verdad en su timeline de Facebook y lo he compartido.
Al leerlo me he quedado petrificada.
Intuía que el asunto era grave, sobre todo en mi caso que saliendo de una leucemia mis defensas están bajas y no creo que pudiera soportar semejante tratamiento sin pasarlo muy mal y después muriéndome, algo que descarto.
No quisiera morirme todavía, disfruto demasiado de la vida y de hacerlo me gustaría que fuera dulcemente, en mi cama, meditando y sin dolores, ese es mi deseo, ya lo confirmé en mi testamento vital aunque no sé si servirá de algo porque cuando estuve en Cruces me dieron un papel y lo firmé sin leerlo, no estaba para esos trotes en el que aceptaba que no respetaran mis deseos.
Menos mal que no me morí, aquí estoy alive and kicking* como decía Becki, mi profesora de inglés, cuando me empeñé en aprenderlo por mi cuenta.
A medida que ha ido pasando la tarde, mucha gente ha hecho comentarios en el post de mi amiga Diana Terceño que es la que se entera de todo por fuentes fidedignas y no solo eso, sino que han añadido fotos que corroboran lo que ella ha explicado.
Yo no puedo hacerlo, no me siento capaz,
Entre otras cosas estoy sobrecogida, lo intuía no obstante no iba tan lejos, aún así aquí estoy sin moverme de casa, sin acercarme a mis hijos y sabiendo el peligro que corro.
Me explico que haya gente que haga el idiota jugándose el pellejo porque nadie nos ha dicho la VERDAD del asunto.
Yo escucho la radio, estoy en las redes sociales muchas horas, me relaciono con periodistas que se suponen informados así como médicos e incluso tengo un amigo epidemiólogo y jamás imaginé lo que está sucediendo en los hospitales.
Somos unos engañados.
Por eso es tan importante la verdad, porque si no la sabemos, vivimos en un limbo de idiotas amaestrados.
Yo prefiero SABER, siempre, aunque me quede como me he quedado hoy.
Comprendo que a veces saber la verdad resulta duro pero yo la necesito, desde que nací quise saber qué pasaba conmigo porque había algo dentro de mí que no se creía nada de lo que me decían y también notaba que me escondían cosas importantes y en mi familia lo he seguido notando hasta nuestros días.
Mi madre, que era una mujer fuerte y dura, cuando le daba la sensación de que le iba a contar algo que no le iba a gustar, referente a algún hermano, me decía:

No me cuentes nada, no quiero saber.



*Vivita y coleando (no literal)







miércoles, 13 de mayo de 2020

CUATRO MIL QUINCE









Isabel querida:

No hago más que pensar en ti desde que he visto la película ¨La Academia de las musas" de Guerin.
Todo me recordaba a ti y a lo agradable que tiene que ser tener la oportunidad de hablar en la lengua italiana que es pura poesía en sí misma con la musicalidad que le acompaña.
¡Qué belleza!
Toda la película, desde el principio hasta el final es una obra de arte, en todo, hecha con el mínimo de elementos plásticos y máximo conocimiento de Dante, Beatriz, Petrarca, las musas, la poesía, la mujer, el hombre, los celos, las relaciones de todo tipo, la ingenuidad, el egoísmo del macho,  el discurso intelectual para explicar lo inexcusable, la infidelidad ¿acaso existe? el sistema patriarcal y muchas cosas más que me vienen a la cabeza.

Hace tiempo, al volver de Milán te comenté:

¡Cuánto saben de estética los italianos!

Y me replicaste sin darme tiempo para explayarme:

Y de muchas más cosas.

¡Qué razón tenías!
Me fascina Italia aunque no me fío de los italianos.
Tuve un ligero romance con un romano más guapo que Narciso y solo me ha quedado el recuerdo de su belleza física.
Volviendo a la película te contaré que tenía intención de hacerte estos comentarios por Wasap pero lo he pensado mejor y he decidido escribirlo en mi diario y así tengo la posibilidad de dedicarte más atención, me refiero a los detalles.
Hiciste bien en elegir a Ruggero en vez de cualquier otro con el que podías hablar en otro de los múltiples idiomas que has incorporado a tu vida sin demasiado esfuerzo.
Sin tocar el tema de la gastronomía que merece un capítulo aparte.

Hace tanto tiempo que no escribo una carta que usar las frases convencionales me da vergüenza.
Un abrazo muy fuerte y recuerdos a todos los chicos con los que compartes tu vida.
Al de las joyas le pongo me gusta en todas las que publica aunque soy anti joyas.
No sé cómo se llama, solo me acuerdo de Cristiano porque me encanta el nombre.
Tengo un seguidor que se llama raimondi.r ¿quién es?
Vendí las que me regalaron cuando me casé incluso antes de darme cuenta de que me había equivocado, que ya es decir.
Pero me gusta verte a ti con tus joyas, es diferente, yo soy artista minimalista de nacimiento.
Mi madre me decía que me arrancaba el collar de ámbar cuando era pequeña así como los lazos de los faldones y las cerezas de las pamelas que me ponían para ir al parque de Doña Casilda Iturrizar en Bilbao.

Hace años, mi madre me preguntó si tenía intención de ponerme sus joyas cuando ella se muriera y le dije que lo pensaría.
No pude dormir en toda la noche, así que fui a su casa y le dije que por favor, no me plantee es tipo de preguntas porque me alteran.
Así que cuando leyeron el testamento, dictado por la duquesa palabra por palabra, se decía que todas las joyas iban para las esposas de mis hermanos exceptuando un reloj que era para Beatriz.
La verdad es que me quedé de piedra pero me abstuve de mostrarlo.
Cuando se acabó la lectura, Beatriz se levantó y me dio el reloj delante de todos. sabiendo perfectamente que lo iba a vender porque yo ya tenía el Rolex que ella había ganado en un campeonato de golf y me lo había regalado.



Tu prima que te tiene siempre presente en su corazón.

B.











martes, 12 de mayo de 2020

CUATRO MIL CATORCE











Me muevo tanto en las redes sociales que empiezo a distinguir el grano de la paja.
En principio acepto toda clase de personas que me piden amistad y poco a poco, según lo que publican, voy notando si me inspiran o lo contrario.
Cada día me interesan menos las conspiraciones, sean del bando que sean porque hay de todas clases.
Las rechazo por principio con la sensación de que no me estoy perdiendo nada.
No me gustan los patriotismos y a veces veo cosas muy feas, en esos casos los elimino sin ningún pudor.
Hay personas que tiene ganas de entablar un diálogo como para empezar una relación pero yo no hago caso a ese tipo de entradas, para eso está Tinder y otros similares.
Tengo la suerte de poder dedicar mi tiempo a que las redes sociales me resulten encantadoras.
Tengo amigos desde el principio, creo que en el año dos mil ocho me metí en Facebook y a veces sin ni siquiera ponernos comentarios seguimos ahí, al pie del cañón sabiendo que tenemos intereses parecidos.
Con algunas personas he llegado a tener tantas entendimiento que hasta me han invitado a su casa pero no he ido, eso es imposible, yo nunca voy a casas de otras personas porque prefiero estar en la mía y hacer lo que me da la gana.
Antes, cuando vivía mi madre iba a su casa los domingos por la mañana y me comportaba como una señorita bien educada pero a veces no podía callarme y decía lo que pensaba y no era bien recibido.
Sé que es mejor ser prudente, me cuesta muchísimo no intervenir en las conversaciones, sobre todo cuando opino lo contrario de lo que dicen.
Ahora estoy teniendo muchos amigos nuevos y no me queda más remedio que hacer limpieza general, es trabajoso pero compensa porque cuando me encuentro con gente que publica cosas bonitas se me expande el corazón.










lunes, 11 de mayo de 2020

CUATRO MIL TRECE











He pasado un momento delicioso viendo la película La Academia de las musas de Juan Luis Guerín.
Diálogo constante, me recordaba a las películas francesas de la época de Cahiers du cinema en las que tanto aprendí y disfruté.
Sucede en Barcelona en donde ya sabemos que el nivel cultural supera al del resto de las ciudades españolas.
Se nota bastante.
Hasta la pequeña conversación con la persona del quiosco en el que compraba el periódico elevaba mi pensamiento.
Volviendo a Guerín que ha sido el artífice de todo en la película, director, guión y editor, reconozco que es un auténtico placer escuchar lo que opinan sobre el amor, la inspiración, la función de la mujer en las relaciones amorosas, los poetas, las musas, un mundo de poesía y pasión entremezclado, relacionado con el lenguaje, la escritura y la lectura, que me ha llevado a recordar que dos de las novelas más famosas de la historia de la literatura están basadas en el adulterio, Anna Karenina y Madame Bovary.
¿A quién le hubieran importado esas dos mujeres casadas si no llegan a cometer adulterio?
El adulterio es parte de la sal de la vida y sobre todo del matrimonio.
Ha habido un momento en el que una de las protagonistas ha ido a Cerdeña para enterarse bien de una forma de cantar que hacen los pastores de esa isla, inspirada en los sonidos de las ovejas y otros animales y me ha recordado a un programa de la televisión del que vi un ratito en el que Ágata Ruiz de la Prada y Antonia dell'atte hacen un tramo de la trashumancia con un pastor de verdad.
¡Qué cosas!













domingo, 10 de mayo de 2020

CUATRO MIL DOCE











Cuando Confucio decidió presentarse a las elecciones una vez más, después de haber tenido mucha experiencia en política, puesto que había ejercido como ministro de justicia, su ayudante más próximo le preguntó:

Maestro: ¿qué es lo primero que vas a hacer cuando estés en el poder?

A lo que Confucio respondió:

Lo primero que voy a hacer es obligar a todo el mundo a que aprenda a hablar correctamente dando a cada palabra el significado que le corresponda.

Cada día estoy más de acuerdo Confucio.
Parecemos Babel.
Cada uno dice lo que le da la gana sin saber cómo va a ser interpretado.
En el mundo de la informática, en el que he intentado aprender algo aunque he conseguido muy poco, me doy cuenta de que el principal problema es que nadie me ha enseñado el lenguaje.
Para empezar hay dos maneras de hablar diferentes, una para los que usan PC y otra para los maqueros.
Por más clases que tomo no puedo ser tan idiota como para no enterarme de nada y si de repente,
descubro una sola palabra, es como si me abrieran las puertas del conocimiento.
Además de que los profesores que yo he tenido, tanto los particulares como los de las academias, por temor a no ser entendidos no empleaban las palabras adecuadas, la información era inadecuada desde el principio.
Ahora, por ejemplo, estoy haciendo un trabajo de equipo con gente hispanoparlante y me encuentro con que llamamos de diferente manera a los símbolos.
Por ejemplo, a lo que yo llamo una captura de pantalla, hay gente que le llama pantallazo.
A lo que yo llamo tres rayitas, hay gente que le llama hamburguesa y todo eso resulta difícil de
asimilar, por eso estoy tan de acuerdo con Confucio.









sábado, 9 de mayo de 2020

CUATRO MIL ONCE











He estado pensando en que hay ciertas asignaturas en la vida que me resultan muy difíciles, les llamo así porque me recuerdan a los estudios aunque también se les puede llamar disciplinas, materias, comportamientos, todo forma parte de lo mismo, de la necesidad que se tenga para ser capaz de hacer el esfuerzo.
En las que no me interesaban porque no las había elegido, tiré la toalla en cuanto pude, por ejemplo en el golf.
Mi exmarido estaba empeñado en que jugara al golf, a él le encantaba y consiguió hacer pocas, que es lo que en ese deporte significa jugar bien.
Sin embargo yo, por más que me esforzada para complacerle, no conseguía adelantar a pesar de dedicarle tiempo y esfuerzo y tener buenos profesores pero no éramos compatibles, ni yo le gustaba al golf ni el golf me gustaba a mi, así que llegó un momento en que lo dejé y me dediqué a estudiar Bellas Artes que era lo que de verdad me hacía feliz.
Pero también en esa carrera encontré una dificultad con la que no había contado.
La descriptiva, hasta la palabra me produce malestar, escuadras, cartabones, reglas, diagonales, era horroroso, me suspendieron y tuve que repetir curso, hice un esfuerzo extraordinario, todo fue en vano.
Luego vino el inglés.
La educación que mis padres me habían preparado, se suponía que estaría basada en idiomas por lo que me mandaron a Francia, aprendí francés y otras cosas bonitas y al volver a Bilbao, me enamoré con lo que se me quitaron las ganas de ir a Inglaterra que era el siguiente paso antes de Italia.
Así quedé con una educación inacabada, sin idiomas, sin carrera, sin ambiciones excepto seguir sintiendo esa cosa tan espantosa que es estar colgada de un desconocido.
Pasada la fase de matrimonio y maternidad, recuperé las riendas de mi vida en las que echaba de menos el inglés.
No es lo mismo estudiar en la adolescencia que en la madurez, no obstante me empeñé y lo conseguí aunque claro, no tengo el acento que me gustaría ni la soltura que debería pero me arreglo.
Me costó muchísimo.
No tengo facilidad para los idiomas, tengo mal oído, compensaba mi falta de facultades con el entusiasmo.
De momento he ido superando esas asignaturas, me queda una difícil de vencer solo con el deseo.
Se trata de la informática.
Desde que cogí el primer ratón en Los Ángeles poco antes de cumplir cincuenta años, no he dejado de tomar clases, de ir a academias, de practicar, de intentarlo con todo mi coraje, sin embargo sigue siendo otro de los obstáculos con los que me he tropezado en la vida.
No estoy dispuesta a tirar la toalla porque es sentada delante del ordenador, donde encuentro el placer de mi existencia.








viernes, 8 de mayo de 2020

CUATRO MIL DIEZ











Llevamos mucho tiempo confinados y me resultaba agradable comprobar que todo iba como la seda teniendo en cuenta que además de que la situación en sí es difícil, en nuestro caso hay que añadir que yo no puedo hacer nada excepto molestar lo menos posible.
Hoy ha habido un momento de tensión y a pesar de que intento que no me afecte, no lo consigo del todo.
Me he acordado de una historia que leí sobre dos escaladores que subieron al Montblanc y por motivos que no conozco tuvieron que pasar cierto tiempo en un espacio muy pequeño, sin poder moverse porque al menor movimiento se podían caer, lo que suponía una muerte segura.
No había lugar para bromas ni quejas ni protestas.
Eran íntimos amigos, habían escalado juntos desde que eran pequeños, se adoraban y se entendían muy bien, pero en aquellas horas que pasaron allí, en aquel espacio diminuto, la tensión llegó a ser extrema.
Estaba tan bien escrito que cuando lo leí creí ser capaz de experimentar o por lo manos acercarme a sentir lo que allí estaba pasando.
Hay momentos en los que no es fácil mantener el tipo, situaciones cruciales.
Me encantaría no molestar a Beatriz y Jaime y hacerles saber lo agradecida que estoy por lo bien que están haciendo todo, comprendo que por mucho que me empeñe no soy la mejor compañía para un confinamiento, intento hacerlo lo mejor posible, creo que los tres hacemos lo que podemos.
Nada es tan importante como para dejarse llevar por los nervios, ese es el gran secreto, no obstante ¡qué difícil resulta a veces!
Yo soy nerviosa, maniática y exigente, aún así con los hijos saco una especie de tolerancia que me viene muy bien en ciertas ocasiones.
Con las personas que no están tan cercanas no tengo tanta paciencia, no me enfado pero pongo distancia.















jueves, 7 de mayo de 2020

CUATRO MIL NUEVE










Recuerdo que Pizca me decía que cuando leía lo que yo escribía parecía como una fuente de la que iba brotando el agua.
Alguna veces Íñigo Larroque, el profesor de Escritura me preguntaba por el método que utilizaba para escribir.
Así como para pintar tenía una técnica muy estudiada que me la fui creando a medida que pintaba y podía enseñarla a quien quisiera, era demasiado personal como para que alguien se interesara por ella, ni siquiera en la escuela de Bellas Artes se atrevía a preguntarme el profesor de procedimientos pictóricos, no obstante me encontré con él un día paseando por Ereaga y me dijo que había visto mi exposición y que mis cuadros estaban muy bien pintados.
Me sorprendió que me lo dijera justo él, porque no era dado a las alabanzas cuando me daba clase.
Preparaba el lienzo con veladura azul ultramar oscuro en el que se apoyaba lo que vendría después, aunque nadie se diera cuenta yo sí lo percibía, me considero incapaz de pintar un cuadro sin seguir todos los pasos que he ido incorporando a lo largo de la vida, una paleta demasiado corta para el común de los mortales, óleos mezclados con barniz de retoques, por lo que mis cuadros siempre están un poco frescos, nunca acaban de secarse del todo, un disparate.
Encajaba con una veladura de carmín de Granza mezclada con esencia de Trementina, pasaba el trapo otra vez y empezaba con las veladuras.
Veo todo en la vida como si fueran veladuras, así me relaciono con la gente, un día digo ¡hola! y al cabo de una semana a lo mejor sonrío y así se va creando cierta complicidad como la del principito con el zorro, lo que en francés llaman s'apprivoiser que aunque en español lo traducen como domesticar, en el principito tenía otro sentido, más bien cautivar con cariño, así veo yo los asuntos de la vida, una veladura tras otra y se va creando una especie de enlace que tampoco es una palabra demasiado acertada para explicar lo que deseo, en francés dirían un lien y eso hace que todo resulte familiar y así voy a una tienda o a cualquier sitio y parece que nos conocemos de toda la vida y me gusta esa sensación, hace que me sienta a gusto.
Los lugares nuevos me pueden sorprender pero al final prefiero ir a los que conozco, los que ya tienen esas calidades que han ido formando las veladuras.












miércoles, 6 de mayo de 2020

CUATRO MIL OCHO










Dado que soy una persona de tipo obsesiva y adictiva, las fotos llenan mis horas, absorben toda mi atención y eso sin saber manejar una cámara, solo me interesa el trabajo que he realizado durante muchos años, del que conservo lo que han decidido los discos duros que me han forzado a utilizar sin que prestara demasiada atención.
Disfruto porque me gusta la base y me divierto editando, solo la composición y el color me interesan y también el blanco y negro.
Todas las horas que dedico a esta tarea solo están justificadas por lo bien que lo paso.
Mientras tanto me hablan de buenas películas, de videos prohibidos que hablan de asuntos difíciles de creer a los que no presto demasiada atención.
¿Son conspiratorios?
A veces me siento acosada, algunas personas quieren que me involucre en el nuevo orden mundial pero no es eso lo que me hace vibrar, tengo otros intereses.
Pasan los días, parecidos pero siempre diferentes.
Beatriz y Jaime salen temprano por la mañana, hacen deporte de tierra y a media tarde se van a Ereaga que es la única playa que está dentro del área permitida con las tablas de surf.
No les importa que no haya olas, de momento se conforman con remar y ponerse en forma poco a poco.
Ya tienen otro aspecto.
Han cambiado el color de los rostros.
Antes estábamos parecidos, ahora cuando me miro en el espejo me veo blanca, con cara de enferma, casi no tengo voz ¡hablo tan poco! me cuesta emitir sonidos.
No me quejo, estoy saliendo de un estado infernal, solo puedo esta contenta y agradecida, la vida está de mi lado.










martes, 5 de mayo de 2020

CUATRO MIL SIETE










He recuperado algo que me encanta y por motivos de salud había dejado de lado sin ni siquiera echarlo en falta.
Se trata de la fotografía.
Empecé con diez y seis años haciendo fotos a la gente que tenía alrededor con una Olympus que me regaló mi padre por mi cumpleaños.
Desde entonces no había parado hasta hace un par de años, empecé a encontrarme cansada y lo único que me apetecía era estar en casa, a poder ser en la cama.
Más tarde he comprendido que la leucemia no brota por generación espontánea sino que se va desarrollando sin dar demasiadas señales, por lo menos la que yo tenía que era la misma que la de mis colegas.
Hablando con ellos llegamos a esa conclusión.
Ahora que me siento mucho mejor, he recuperado algo que tanto me ha gustado, he empezado a recordar lo bien que me lo pasaba haciendo fotos y editándolas.
Intenté aprender la técnica haciendo algún cursillo pero no me gustaba nada, solo me interesaba que las fotos de mis cuadros fueran muy buenas, de las mías me encargaba yo, porque en realidad lo que de verdad me gusta es escoger el motivo y trabajar el color y la composición.
En la temporada anterior a la enfermedad en la que además de estar cansada me había roto la pierna y la clavícula, me dedicaba a sacar fotos en sitios bonitos del país de los vascos, que tiene mucho encanto.
Me invitaron a participar en una especie de concurso de aficionados en el que poco a poco fui ganando posiciones.
Era muy sencillo por lo que iba muy bien con mis apetencias que consisten en improvisar, es decir, que cuando algo me interesa, saco el móvil y hago unas cuantas fotos y luego en casa las edito en mi iMac.
Cuando necesito fotos de cuadros las hago en mi estudio con la cámara buena  y con el trípode porque las del móvil, a pesar de que tengo un iPhone X no alcanzan la calidad que exigen.
Ser profesional de lo que sea no es para mí, requiere demasiado esfuerzo.
No soy vaga pero he tenido una vida difícil en algunos sentidos y fácil en otros.








lunes, 4 de mayo de 2020

CUATRO MIL SEIS











De una manera tranquila, sin prisa, sin molestias, noto que estoy aprovechando bastante bien estos días de confinamiento aunque no me va a quedar más remedio que salir un poco aunque solo sea para moverme porque estar sentada todo el día delante del ordenador me tiene anquilosada, no me va bien, estaba mejor cuando me movía.
Hoy por la mañana he tenido consulta con el hematólogo, me ha llamado por teléfono y me ha dicho que mi médula esta muy bien, lo cual significa que la sangre también ya que hace lo que le manda la médula.
De ahora en adelante solo tendré controles.
Se me ha ocurrido preguntarle a ver si me daba el alta y me ha dicho que en una leucemia no se da el alta antes de cinco o diez años por lo menos.
O sea que lo que tengo que hacer es vivir tranquila, cuidarme y aceptar lo que la vida me traiga porque la leucemia no se puede prevenir, sucede que una proteína muta y deriva en esa enfermedad que se presenta de formas variadas.
Lo bueno de la mía es que tiene tratamiento, eso es lo mejor de todo.
A las doce he asistido a una clase de macrobiótica online en la que Daniel Mayor hablaba sobre huesos y articulaciones.
Me ha inspirado muchísimo.
Aparte de que creo firmemente en los beneficios de la macrobiótica porque los he experimentado, a veces necesito recordarlo porque me olvido y gracias a la clase de hoy me siento con más fuerza y confianza para seguir en el camino que emprendí en su día y que a veces dejo de lado por desidia.
Es bueno tener tantas facilidades para poder ocuparme de los asuntos que me interesan.
Por la tarde he tenido una multiconferencia sobre un asunto de voluntariado en el que tengo gran interés.
Un día muy completo.
Estoy contenta.
Me gustan los lunes.









domingo, 3 de mayo de 2020

CUATRO MIL CINCO










He estado pensando que en mi caso, más que el día de la madre hoy tendríamos que haber celebrado el día de los hijos porque en la situación en la que yo me encuentro, no solo de alto riesgo respecto al Covid 19 sino que además tengo el problema de la rodilla, que solo me permite andar con muletas y no puedo estar de pie, por lo que mis hijos hacen todo lo necesario para tener una vida decente.
Me refiero a poner lavadoras, limpiar la casa, comprar, cocinar y todo lo que en general suelen hacer las madres.
En nuestro caso es al revés.
Yo puedo sentarme delante del ordenador y hacer lo que me da la gana mientras Beatriz y Jaime se ocupan de lo demás.
La verdad es que hoy no me han felicitado verbalmente pero al mediodía , al ir a la cocina me he encontrado con un banquete.
Ha sido una auténtica sorpresa.
Muy agradable.








sábado, 2 de mayo de 2020

CUATRO MIL CUATRO










Era mi intención escribir sobre la idea que tengo de autoconfinarme todavía durante una temporada, ya que no me fío de nadie, no veo la coherencia en que de repente podamos salir como si ya no hubiera peligro de contagio, no me lo explico.
Lo que me ha impulsado a contarlo sin esperar ni diez minutos es lo que ha publicado Peru Ortiz de Mendibil en Facebook.
Desconozco su dirección pero sé que vive en Las Arenas y estaba sorprendido de ver desde su ventana la cantidad de gente que se agrupaba y charlaba despreocupadamente sin mascarilla ni protección de ningún tipo, se tocaban, tosían, reían, hacían todo lo que les apetecía como si hubieran olvidado el peligro que corrían.
Reconozco que estoy en otra línea de pensamiento.
Mi situación es de alto riesgo, soy muy consciente de lo que eso significa y no deseo por nada del mundo contagiarme y enfermar de la Covid 19, no quiero pasarlo mal ni cinco segundos, no quiero salir de mi casa, no quiero que me ingresen en un hospital, no quiero morirme todavía si puedo evitarlo.
Dado que estoy pendiente de los resultados de los análisis de médula y sangre que me extrajeron hace poco, tenía una cita para ir a Cruces el lunes día cuatro, pasado mañana, pero ayer me llamaron para decirme que el hematólogo me telefoneará el lunes a lo largo de la mañana, por lo que así evito salir de casa.
Mis hijos mayores con los que convivo, también son conscientes de mi situación y de que no deben estar cerca de mí, por lo que evitamos vernos dentro de casa.
Ellos han empezado a salir pero, gracias a Dios, no son unos insustanciales por lo que confío en ellos, además de que están casi seguros de que las gripes que ambos tuvieron antes de que empezara el confinamiento eran Covid 19, por lo que se supone que son inmunes, mas yo no las tengo todas conmigo.
No sé cómo se desarrollarán los acontecimientos, haré lo que me parezca conveniente de acuerdo con la seguridad que me ofrezca lo que suceda de ahora en adelante.











viernes, 1 de mayo de 2020

CUATRO MIL TRES










Me pareció muy interesante una de esas frases de la nueva era que alguien publicó en Facebook y decía algo así:

Cuando veas algo que no te gusta en otra persona, tenlo en cuenta para corregirlo en ti.

No es literal en absoluto pero la idea es fácil de entender.
Me pasa a menudo mas no siempre aprovecho la oportunidad para aplicármelo, sino que me olvido.
Pues bien, hoy he tenido la oportunidad de verlo y no me ha gustado nada y me temo que es muy posible que yo también lo haga.
Se trata de lo siguiente:
Una persona con quien mantuve una pequeña relación cuando vivía en Los Ángeles, que no me gustó nada cuando le conocí durante unos meses, me ha escrito un mensaje diciéndome que quiere contactar conmigo.
Se había cambiado el apellido por lo que no me di cuenta cuando me solicitó amistad y se la di sin saber quien era, posiblemente porque tengamos amigos comunes.
No me lo podía creer, me he alterado un poco porque jamás pensé que alguien con quien dejé de salir, poniéndole las cosas muy claras y no permití que se acercara a mí cuando me lo encontré en Australia la última vez que estuve allí, tuviera la jeta todavía de insistir.
Me refiero a que considero importante respetar el terreno de las personas, empezando por mí que, estoy segura de que algunas veces no pienso en los demás y tal vez fuerzo las situaciones.
Personalmente me molesta mucho cuando una persona a la que no le he dado confianza se la toma.
He recapacitado y le he bloqueado.
Eso me ha tranquilizado porque tengo que protegerme incluso en la distancia.
Y además, estoy contenta porque me he aplicado el cuento.