martes, 30 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y OCHO








Mentiría si dijera que soy capaz de distinguir un libro que pertenece a la literatura de otro que no alcanza ese estado de gracia, no obstante sé que existe algo especial que se nota.
Por ejemplo, hace unos meses me dediqué a leer varias novelas seguidas de Stefan Zweig y  puedo asegurar que era pura literatura.
Hace unos días, empecé a leer “El director” de Iván Jiménez, porque los periodistas de la cadena Ser lo habían leído y decían que estaba bien, así que pedí un sample en mi Kindle y me entretuvo lo suficiente como para comprarlo.
Se trata de la experiencia de un periodista que fue director del periódico “El Mundo” en el que cuenta el motivo por el que le echaron a Pedro Jota, por qué le eligieron a él y cómo funciona el interior de un periódico.
Me entretenía y lo leía pero me daba cuenta de que no me satisfacía, era como una especie de “Hola” sin conocer a la gente que mencionaba, por lo que perdí el interés.
Me gusta estar informada de todo lo que ocurre a mi alrededor, pero no a cualquier precio.

Cuando leo libros buenos, aprendo y eso es suficiente, los entretenimientos sin más, me dejan vacía.
Lo que está escrito con cuidado, con respeto, en un castellano correcto, es como una caricia y si me inspira y eleva mi espíritu, mejor todavía.




lunes, 29 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y SIETE








No voy a negar que me parece exagerado, pero entiendo a Ramón Irigoyen, de quien Umbral dejó dicho:

"Ya era hora, coño, de encontrar una gran prosa castellana, nueva, vieja y eterna”

Al ver una falta de ortografía le duele tanto, como si le amputaran un brazo.
A mi también me duele, pero me aguanto.
Más me molesta la manera de tratar el castellano en la que se regodean los periodistas y otros que no lo son tanto, por lo que se les puede disculpar.
Me refiero a no distinguir la diferencia entre el significado de los verbos:

Ver y mirar.
Buscar y encontrar.
Oír y escuchar.
Saber y conocer.

Creo que el significado de los verbos mencionados es tan obvio que no necesita explicación, sin embargo, el asunto entre trasladar y comunicar es más peliagudo:

El uso del verbo trasladar es correcto cuando una persona traslada la opinión, postura o mensaje de otra a un tercero, mientras que no lo es cuando de lo que se trata es de expresar que una persona comunica directamente a otra su opinión, voluntad o postura.
Por ejemplo, no sería correcto:
«El presidente del Gobierno español trasladó a George Bush su deseo de colaborar en la pacificación de Afganistán».
Sí lo sería:
«El presidente del Gobierno español trasladó a George Bush la voluntad de Mohamed VI de solucionar el conflicto del Sáhara».
En los casos en los que no se trate de trasladar la opinión, mensaje o postura de otro a un tercero, la Fundación del Español Urgente aconseja que se empleen otros verbos como expresar, comunicar, transmitir, poner en conocimiento, etc.


Podría seguir pero prefiero dedicarme al estudio del gran poeta Irigoyen y dejar de alimentar mis manías lingüísticas.







domingo, 28 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y SEIS







Hablando por teléfono con María Seco me ha contado algo que me ha hecho sonreír.
Cuando se comentaban los textos que escribían los asistentes en el taller de Josune Muñoz, filóloga vasca y fundadora de Skolastika, si alguien tenía la ocurrencia de decir:

 ¨Me ha gustado mucho”

La profesora, adoptaba un tono infantil en la voz y repetía varias veces esa frase:

¨Me ha gustado mucho”
¨Muy bonito¨

Lo hacía con intención de ridiculizarlo, ya que había explicado en varias ocasiones que la crítica literaria debe de ser el producto de un estudio profundo, respetuoso con el texto así como con la persona que lo ha escrito.

Me ha hecho gracia porque me disgusta ese tipo de comentario.
Me tomo en serio la clase de Escritura, mis textos y las críticas, tanto las que hacen los demás como las mías.
En el taller al que yo acudo con regularidad desde el principio del año 2015 he sido testigo del uso y abuso de esa frase insulsa, he intentado explicarme, pero me temo que salvo raras excepciones, se utiliza con frecuencia.







viernes, 26 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y CINCO








Estoy en contra de los voyas, me refiero a decir “voy a” porque a lo largo de mi vida he comprobado que es una frase que no tiene consistencia. Lo he visto en las personas con las que trato y sobre todo conmigo misma.

No obstante hoy quiero hacer una excepción porque el tema que me ocupa lo merece, se trata de mi voto.
Votar no solo es un derecho sino que también lo considero un deber respecto a las sufragistas que tanto lucharon para conseguirlo.
En el último National Geographic España he podido leer varios textos dedicado al Feminismo a través de los cuales se ha aumentado mi gratitud hacia esas mujeres que lucharon exponiéndose a cárcel y muerte por conseguir algo que hoy en día parece pura lógica y hace que yo me sienta más respetada como ser humano.
Cuando Pablo Iglesias salió a la palestra y empecé a escucharle con un interés que nunca había sentido en los asuntos políticos le voté sin dudarlo, más contenta que unas castañuelas. Todavía recuerdo con entusiasmo aquel día que celebré yendo a Guernica y comiendo en Boliña el viejo.

Tiempo después los desencuentros internos de los podemitas mermaron mi confianza en ellos y dudé.

Hace unos días mantuve una interesante conversación con Mattin, de cuyo criterio me fío bastante y llegué a la conclusión de que lo mío es votar a Podemos porque aunque no ganen, por lo menos seré coherente conmigo misma, que en definitiva es lo que me importa.
Cuando habla Pablo Manuel Iglesias Turrión algo en mi se relaja, tengo la sensación de que sabe lo que dice y además no miente.

Creo que puedo fiarme de él.








jueves, 25 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y CUATRO








He pasado unos días difíciles, me cuesta salir de mis costumbres y me metí en una especie de burbuja cuyos códigos desconocía.
Llevaba más de dos meses comiendo macrobiótica a rajatabla y había conseguido afinar mi instrumento en todos los terrenos, físico, mental y espiritual, hasta tal punto que llegué a encontrarme en el séptimo cielo. 
De repente, cuando estaba convencida de que podía contar con mi fuerza de voluntad, llegaron los suecos y caí en la tentación de sumarme a las fiestas gastronómicas en las que participábamos todos, me refiero a mi propia familia y no voy a decir que descendí a los infiernos, pero casi.
A los pocos días comprendí que mi bienestar depende solo de mi y volví a la macrobiótica con auténtica necesidad y gratitud.
La macrobiótica implica vivir de una determinada manera, además de mantener la alimentación correcta. Lo que ofrece a cambio es una maravilla y merece la pena, pero no se puede compartir con el mundo exterior. 
Exige una conducta individualizada y requiere una voluntad de hierro.












martes, 23 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y TRES








La persona que me hizo reaccionar y empezar a enterarme de la importancia de la política fue Platón. Hasta entonces no dedicaba a ese tema ninguno de mis pensamientos, a pesar de que para entonces ya había conocido personas de diferentes partidos políticos y había sido delegada de curso en Bellas Artes.
Platón decía que una persona que no se interesa en la política es idiota ya que deja las riendas de su vida en cualquiera que le represente.
Recapacité y comprendí que tenía razón.
Mi familia, es decir, mi entorno más cercano era y sigue siendo de extrema derecha, lo cual significa que no son demasiado respetuosos con los que piensan de diferente manera.
Ayer vi el famoso debate y me aburrieron todos, los tengo demasiado vistos, es muy difícil que me guste un hombre sin imaginación y sin que haya mujeres para equilibrar la imagen.
Tenía esperanzas de divertirme con los comentarios de los tertulianos, pero todos los que hablaban pertenecían al equipo que representaban.
Considero que Pablo Iglesias, con el que estoy de acuerdo en asuntos importante, podría cuidar su aspecto. Creo que su dejadez corresponde a una terquedad infantil.

Lo que más me interesa de estos debates suelen ser las tertulias de los periodistas y politólogos, así como los personajes que, prescindiendo de sus desvaríos, se convierten en estrellas televisivas, como por ejemplo Cayetana Álvarez de Toledo.







lunes, 22 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y DOS








He visto una película que me ha dejado petrificada: “Gracias a Dios”.
Siempre me gusta François Ozon, es uno de mis directores favoritos y no me ha decepcionado.
Trata de la pederastia en la iglesia católica.
Basada en acontecimientos ocurridos en Francia y que todavía no han sido resueltos.
Está contada con rigor y seriedad.

Una vez más experimento la dificultad de superar estas fiestas católicas vacacionales, que me resultarían más llevaderas si las tiendas estuvieran abiertas.
Hay tres épocas del año que me obligan a hacer un esfuerzo sobrehumano para no dejarme llevar por una especie de vacío existencial. Es obvio que son la navidad, el mes de agosto y la semana santa.
Considero que las vacaciones están sobrevaloradas. 
Me gusta la vida cotidiana, el día a día.

Hoy es lunes de pascua, lo peor ya ha pasado.

Ayer vi otra película que a pesar de no ser gran cosa, me entretuvo.

Se trata de “La espía roja” basada en un libro de Le Carré.








jueves, 18 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y UNO








Escucho la radio porque me entretienen los tertulianos y a través de ellos me entero un poco de lo que pasa pero no me hago ilusiones, no me creo nada de lo que dicen los candidatos, me conformo con que no gane la derecha, eso es lo único que temo.
Mi sobrino Manolo con quien tengo una buena relación aunque ideologías diferentes, ha votado Vox. 
Mi hijo Mattin que además de artista está informado y piensa mucho, no vota porque no cree en el estado.
Sabiendo la importancia de cada voto, yo me siento incapaz de dejar que el mío no cumpla su función, aunque me encantaría librarme de ir a un sitio espantoso para depositarlo en una urna, creo y considero que debo hacerlo, más que nada para que Platón no me acuse de idiota.
Sé que como ciudadana libre puedo y debo ejercer mi derecho y lo haré, respeto demasiado el trabajo que han desarrollado las mujeres feministas que me han precedido.

Sigo los asuntos políticos como si siguiera una serie o intento que así sea, pero me consta que he sido mil veces más feliz cuando ha gobernado la izquierda, eso es un hecho que no puedo negar.








martes, 16 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA








Ayer vinieron a casa Mattin y Odita y celebramos el cumpleaños de mi hijo, que había sido el día trece de abril.
Solo faltó Lisa que vendrá mañana, ya habían tenido su fiesta en Berlín.
Resultó muy bien, todo estaba muy bueno pero yo que me cuido tanto, noté que el vino me afecta de tal manera que no me compensa. He pasado una noche difícil.
A las cinco de la madrugada me desperté y me tomé una umebosi. En vista de que la acidez persistía, me tomé otra y conseguí que mi cuerpo volviera a un estado agradable, por lo que hoy ya estoy en plena forma.
Podría tomar la resolución de no beber alcohol nunca jamás pero no me apetece, porque aunque a diario no bebo, cuando como fuera me suele apetecer tomar una copa de crianza, con eso me conformo y me alegra la existencia. Lo malo es que ayer Mattin quiso txakolí de Gorka Izaguirre que es muy suave, casi ni se nota que tiene alcohol, parece un zumo y se toma con excesiva facilidad, por lo que pagué la factura.
He acostumbrado mi cuerpo a una alimentación macrobiótica sana, solo productos ecológicos y me sienta tan bien que ya no aguanto salirme de ese camino.
Ayer hice una excepción, ojalá recuerde la próxima vez que no me compensa.

Lo bueno fue que charlamos, nos reímos y nos divertimos.








domingo, 14 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y NUEVE







Un domingo perfecto.
Me habían invitado a un evento de Prem Rawat y a pesar de haber confirmado mi asistencia, tenía dudas. Pensaba que iba a cansarme demasiado y dijeron en la radio que la mayoría de los accidentes suelen ser después de comer, por lo que hasta el último momento no he tomado la decisión de meterme en el coche y emprender el camino a San Sebastián.
En cuanto he llegado, he comprendido que he hecho lo correcto.
Han pasado varios videos que me han encantado y ayudado a reconocer que lo que Prem Rawat me ofrece es oro.
A las 13:30 ha terminado pero la comida empezaba a las 14:15 por lo que me he ido a dar un paseo encantador por la calle Árbol de Guernica que bordea el río Urumea y al llegar al puente de María Cristina, he visto que Esther Ferrer expone en Tabakalera por lo que es posible que tenga que volver a Donostia, porque todo lo que hace esa mujer me interesa.

La comida en el hotel Amara ha estado bien por la compañía pero ha bajado la calidad.
He comido muchas veces ahí y siempre me ha gustado pero hoy no he salido contenta, no me apetece volver.

Corroboro lo que ya he experimentado en otros sitios, no suben el precio pero bajan la calidad. Mal asunto.






sábado, 13 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y OCHO








He visto una película francesa dirigida por Olivier Assayas, el mismo que dirigió “Viaje a Sils María” con Juliette Binoche, que me gustó mucho. La de hoy se llama “Dobles Vidas”, también con Juliette Binoche y me ha decepcionado aunque no está mal del todo.
Trata del mundo literario, hablan todo el tiempo y entre col y col tocan temas que me interesan, además se desarrolla en París, por lo que a pesar de que el doblaje no era muy bueno, tengo tanta debilidad por todo lo francés que he pasado una tarde entretenida.
Hablan del presente de los libros digitales y del más presente todavía éxito de los audiolibros leídos por famosos.
El tema me gusta, tal vez es demasiado coral para conseguir un buen resultado.
Casi todos los personajes padecen incontinencia verbal.

No me atrevo a decir nada, tendría que verla en francés para hablar con más rigor.







viernes, 12 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y SIETE









El tiempo era espléndido, cielo azul impoluto, brisa suave que impedía que el sol calentara demasiado.
He ido a comer a Plencia con mi amiga del alma Rosa sin espinas, cuya compañía, prescindiendo de los elementos externos, es más que suficiente para disfrutar de lo lindo.
Hemos comido en el Arrarte, un restaurante cuya terraza da a la ría y aunque la comida, a mi entender tiene más fama de la que merece, he pasado un rato muy agradable.
Antes de ir a Plencia hemos estado en la playa de Gorliz donde el Hodartzarpe se cae a pedazos manteniendo el tipo hasta que lo derriben en cumplimiento de la ley de costas.
A pesar de su apariencia, por dentro funciona como un reloj, es uno de los lugares donde mejor he comido en toda mi vida. 
Si vendiera un cuadro no dudaría en celebrarlo en ese maravilloso lugar.

He sacado fotos, solo me falta editarlas y publicarlas, un plan completo.








jueves, 11 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y SEIS








Debido a mis problemas de rodilla, he reducido mi vida a Getxo, me resulta cómodo, no me canso y sé donde puedo encontrar lo que necesito.
No obstante a veces no me queda más remedio que ir a Bilbao, no solo para ir a los museos o a los cines sino para algo especial, que solo se puede encontrar en un sitio concreto.
Eso es lo que me ha sucedido hoy y me he alegrado porque he recordado que la ciudad tiene un encanto diferente al municipio que habito.
No he andado mucho, solo he ido desde el parking del Ensanche hasta El Corte Inglés y en ese recorrido que aparenta ser mínimo, he tenido más sensaciones que las que me produce Artea, el centro comercial en donde poco a poco he ido simplificando mi vida.
He pasado por la calle Astarloa, delante de las famosas Pescaderías Vascas, he recordado que en su día las llamaban Joyerías Vascas, debido al alto precio del pescado que ofrecen.
En la calle Ledesma me ha gustado ver la alegría de las terrazas repletas de gente y he
pensado que algún día tendré que ir al bar El Puertito para ponerme morada de ostras. 
Cuando lo abrieron, un día me senté en la barra y el que abría las ostras, mientras hacía su trabajo me iba hablando de ese molusco bivalvo que tanto le gustaba a Oteiza. 
En la Gran Vía he sentido la tentación de entrar en Mango y con gran sorpresa he visto ropa que podía apetecerme. No esperaba gran cosa porque el Mango de Artea me horroriza.

He hecho lo que tenía que hacer y he vuelto a casa con una alegre sensación del deber cumplido sin haber caído en la tentación de entrar en un bar y romper mis buenos propósitos de comer solamente lo que me conviene.

Un brindis por la fuerza de voluntad.















miércoles, 10 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y CINCO







Me produce satisfacción descubrir lugares nuevos, interesantes y cercanos.
Hoy he ido a una peluquería ecológica que está en los márgenes de Las Arenas, justo enfrente de Leioa, en la calle Amaya.
La ha abierto una chica sabia, que siendo hija de pastores aprendió las ventajas de aprovechar los recursos que produce la tierra y desarrolló una mentalidad natural, a la que hoy en día nos vamos acercando los que hemos vivido rodeados de química y notamos que no es saludable.
La peluquería se llama Susana Dopazo, como la dueña, una mujer emprendedora donde las haya.
Está montada siguiendo los principios del Fen Shui y todos los productos que utiliza sanan el cabello además de embellecerlo.
Desde que he entrado me he sentido bienvenida. 
Enseguida me han ofrecido el último Hola y una infusión. 
El diagnóstico de mi pelo era exacto, así como el tratamiento.
Champú de lavanda recogida en Aix-en-Provence.

He salido encantada y justo enfrente he podido comprar pescado salvaje en un BM y estar así preparada para recibir a mi familia alemana que vendrá el lunes para pasar aquí la semana santa.











martes, 9 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y CUATRO








He pasado una temporada entretenida viendo por segunda vez la serie “The Crown” y espero que salgan nuevos capítulos, porque que no solo la he visto con interés, sino que además he disfrutado del bien hacer en todo el sentido de la palabra.
Ahora me encuentro con la dificultad de encontrar una serie que cumpla su objetivo.
El mundo de las series me fascina cuando encuentro alguna que me mantenga pegada a la pantalla y que ante esa posibilidad, cualquier otro plan pierda su interés.
Es una serie en la que todo está tan medido y cuidado, es difícil que algo no encaje.
El inglés es excelente, un auténtico placer escucharlo.
Claire Fly, actriz inglesa que interpreta a la reina Isabel II borda su papel mientras que Matt Smith, su marido, el duque de Edimburgo, no me convenció. 







lunes, 8 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y TRES








Leer a Michel Houellebecq ejerce en mi una fascinación que no tiene parangón.
Termino Seratonina con pena, porque sé que será difícil entrar en otro autor que me mantenga en un estado de actualidad como lo hace Houellebecq.
Solo escribir ese apellido tan rebuscado me divierte.
Lo que Houellebecq trasmite es inteligencia, modernidad, audacia, buena escritura, información profética y su más que excelente dominio del francés, hasta tal punto que se instaló en Irlanda para huir de las molestias de la fama en París y tuvo que volver porque no soportaba vivir en un idioma que no fuera el suyo. 
Me pregunto si echaba de menos el francés por francés o por suyo.

Me encuentro con Jaime en la cocina y comentamos el libro.
Él lo había leído hace tiempo.
Jaime es economista lo cual le ayuda a encontrar en Seratonina asuntos que yo leo de manera diferente, como los de la agricultura que yo interpreto desde mi aversión a los lácteos.
A mi entender, Seratonina refleja el mundo actual encaminado al incierto futuro que llega.
La depresión, el suicido, el materialismo, el descontento general, la incapacidad de la clase política, la incompetencia de la medicina alopática para curar con fármacos las enfermedades del alma y así hasta el infinito.
El final del libro me dejó en un estado de desesperanza que remonté con mis propios recursos, agradeciendo que exista un escritor capaz de reflejar lo verdad de mi entorno.
Tenía que ser francés.

A Jaime todavía le falta ver las películas de Houellebecq que son un complemento imprescindible para entender su extrema lucidez.

Recuerdo lo que me contó una chica a la que conocí en Desencuentros, Arte Leku, San Sebastián, hace años, que hacía su tesis doctoral sobre Leopoldo Panero, del que lo único que era capaz de decir para describirle, es que tenía “sobredosis de inteligencia”.