jueves, 12 de marzo de 2020

TRES MIL CINCUENTA Y SIETE










A veces me exalto de tal manera que parece que subo a la luna y bajo y vuelvo otra vez y me lo creo y no es una buena idea.
Ayer decidí montar una StattApp en Wallapop para vender mi pinacoteca, en la que entran tanto mis cuadros y dibujos como los tesoros que tengo de otros artistas.
Antes casi de que la publicara se vendió un collage de Emilia Martínez que tenía en el trastero.
Me entusiasmé y me creí que todo el monte era orégano y me pareció que todo era fácil y que poco a poco iba a salir todo lo que tengo excepto algunos de los que de momento no quiero desprenderme.
Por ejemplo, tengo un cuadro grande, precioso, de Alejandra Icaza por el que me dijo que podía pedir 12000 euros que es el precio actual en el que ella vende los cuadros de ese tamaño.
Sería estupendo porque con esa venta se me quitaría el complejo de ruina que me ha entrado pero es un cuadro que me acompaña desde hace tiempo y no quisiera desprenderme de semejante joya.
La mayoría de los cuadros, fotos y dibujos que tengo son piezas muy especiales.
No han sido comprados en una galería de arte sino que he hecho intercambio con amigos artistas, por lo que todos tienen algo especial que los hace únicos y personales.
Hoy me he levantado y lo primero que he hecho ha sido ir al trastero para ver en qué condiciones estaban guardados los cuadros y me he llevado una alegre sorpresa porque estaban muy ordenados y en buen estado.
La última vez que estuve en el trastero fui con Jose Ignacio, amigo carpintero que me ayuda en el difícil manejo de cuadros y exposiciones y nos encontramos algunos bastidores con polilla por lo que no quedó más remedio que tirar los bastidores a la basura y enrollar las telas que están un poco craqueladas.
No quiero preocuparme sino todo lo contrario.
Mi proyecto es ir haciendo un poco cada día, sin ponerme nerviosa, sin expectativas.
Tengo que aprender.
Por otro lado he comentado el asunto con Begoña Aranguren que es escritora y ha ganado mucho dinero con su trabajo y me ha propuesto que nos hagamos socias.
Yo no sé como funcionan las sociedades y no soy una buena comercial, más bien lo contrario pero ella sí que sabe, así que tal vez entre las dos podamos hacer algo interesante.

















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