martes, 31 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y CUATRO







He terminado de ver una serie que me ha parecido interesante.
Se trata de un documental sobre la vida de Osho, filmado con rigor y que tiene toda la pinta de ajustarse a la verdad, por lo que el espectador puede sacar sus propias conclusiones.

Título: Wild, Wild Country.

He conocido a varios sannyasin, así se llaman las personas que seguían a Osho y todos eran encantadores, interesantes, dispuestos a echar una mano donde hiciera falta y además, guapos.

He leído libros de Osho que me han recordado asuntos importantes.

Tenía verdadera curiosidad por saber de verdad quien era Osho, así que he visto el documental con interés, ya que carecía de datos para formarme una opinión sobre el tema.




Respecto a las series, tengo ganas de ver Feud, pero no la tienen en Netflix.
Me he dado de baja de Filmin y no sé a donde dirigirme.
No quiero series piratas que llenan mi ordenador de basura, no me compensa.

He empezado a ver The Saircase, serie francesa basada en hechos reales con buenas críticas y de momento, me interesa.








lunes, 30 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y TRES








Ha cambiado el ritmo de mi vida.
He llevado a los alemanes al aeropuerto.
He sentido la misma cantidad de pena que de alegría.
Hemos pasado juntos unos días maravillosos en los que casi todo ha sido armonía y cariño.
De vuelta a casa me encuentro con el silencio, el orden y mis ganas de descansar.
Todo en su sitio.

Ayer tuvimos una cenita de despedida a la que invité a Manolo mi sobrino que, a demás de ser el hijo de mi hermano Jose, el pequeño, con quien yo tenía una relación especial, le considero un buen amigo con el que me entiendo estupendamente bien.
Estaba inspirado y nos reímos a lo grande.

Mattin hizo los honores como buen chef que es y yo puse la mesa, que también tiene su mérito.
Bebimos chacolí del moderno que desde que Mattin lo ha conocido, no quiere otra cosa.
No era tan bueno como el de la bodega de Gorka Izagirre pero estaba estupendo.


Al llegar al aeropuerto de Calatrava, hemos comprobado que todo estaba abarrotado de taxis parados en manifestación, apoyando a los de Barcelona.
¡Qué espectáculo!

Menos mal que a mi ya se me han quitado las ganas de salir de casa porque si todavía quisiera depender de los aviones y los taxis para pasar unas buenas vacaciones, lo tendría difícil.
Tengo suerte de que me guste tanto estar en casita.









domingo, 29 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y DOS







Comprendo que tener la posibilidad de comer en Las Arenas, en una casa donde todo es armonía con la naturaleza y el paso del tiempo, es un honor con el que poca gente puede contar.
Me considero privilegiada, porque yo tengo varias oportunidades al año de comer en casa de mi hermano Gabriel y su esposa Totola, que es gallega y sabe vivir de un modo que solo los gallegos conocen.
Todo en esa casa es natural, la mesa en el jardín entre árboles y flores que Totola mima con amor y sabiduría.
Solo el sonido de las hojas de los árboles movidas por la brisa, acompañan las pequeñas conversaciones que mantenemos mientras comemos los mejores productos del vergel de Totola, añadidos a los que traen de Figueroa, la paciencia y el conocimiento ancestral innato en ella, para cocinar de tal manera que estar en esa mesa me recuerda a cuando vivía en el cielo antes de nacer.
Ha sido todo encantador.
Mi hermano Gabriel sabe de vinos y hemos bebido un Gran Reserva Viña Albina del 2006.

Tenía un dolor fuerte en la planta del pie y le he recomendado la pomada que me quita el dolor de piernas, Cannabidol, sin darle explicaciones.
Ha apuntado el nombre en su móvil.












sábado, 28 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y UNO







He llegado a tal punto de cansancio que he reservado una habitación en la casa de reposo de Eneko Landaburu, en la zona de Sigüenza, Navarra.
Allí pasaré una semanita comiendo fruta y vegetales y descansando.
Desintoxicaré mi cuerpo y espero volver como nueva y si no me encuentro bien del todo, me quedo más tiempo.

Me ha costado tomar la decisión porque en casa estoy muy a gusto y me cuesta salir, pero no me ha quedado más remedio porque no tengo fuerza ni para ir a la playa y quiero aprovechar lo que queda del verano para sumergirme en el Cantábrico y respirar el olor del salitre, que me gusta más que el mejor perfuma francés.
Hablando de olores naturales, también me encanta el de la caca de vaca.
Además dicen que es bueno para limpiar los pulmones.

Hoy me voy a comer a Bilbao con mi amiga Rosita y les dejo a todos.
Iré en metro y luego nos vamos a comer al chino de Elcano que es el mejor del mundo.

Todo va viento en popa.
La niña se comporta normal y yo también.


¡Cuantas tonterías he hecho y dicho jugando a ser abuela!







viernes, 27 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS NOVENTA







Creo que la distancia que he tomado en relación a mi nieta, está dando resultados.
Me voy dando cuenta de que soy pesada con todos.
Me comporto como una madre antigua que va detrás de sus hijos intentado solucionarles la vida.
Les pregunto qué tal han dormido, si han desayunado y cosas por el estilo.
Me aburro a mí misma.
He metido un pollo en el horno, ya casi ni me acuerdo cómo se asa.
Le he metido un limón y una cabeza de ajo y la pena es que no tengo vino blanco que recuerdo que le iba muy bien.

Cuando estamos Beatriz, Jaime y yo, cada uno se ocupa de sus asuntos culinarios.
A mi no me gusta cocinar, excepto ahora que durante los días que están los alemanes en casa, disfruto comiendo todos juntos, para lo cual me ocupo de la comida y me agoto.

Voy a ir a la casa de reposo que ha organizado Eneko Landaburu en Navarra, necesito descansar y desintoxicarme de todas las medicinas que he estado tomando desde que me trata el doctor Álvarez de Mon.








jueves, 26 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y NUEVE







Sigo en mi proceso de conquista y parece que funciona, claro que siempre teniendo en cuenta que ¨por el interés te quiero Andrés¨ ya que Odita es una artista y me necesitas para hacer sus trabajos.

Voy comprendiendo cómo trabaja su cabeza.
Ella piensa que yo soy la abuela y que si desaparezco no pasa nada, puesto que en Berlín, vive sin mi y tiene todo lo que quiere.

A Beatriz le adora por múltiples razones:

_Le lleva a la piscina y la enseña a tirarse de cabeza y también se ocupó de llevarle a clases de natación en otras ocasiones que estuvo aquí.
_Le compra toda clase de golosinas, helados, patatas fritas y otras chucherías que yo desconozco.
-Beatriz tiene amigas con hijas de su edad que le invitan a pasar la tarde, aunque ahora, en verano, a Odita solo le interesa la piscina.
_Me ha contado Beatriz que ayer le dio una clase de golf.
 Al principio no le apetecía pero insistió y Odita accedió por complacerla y luego le encantó.
_Además, Beatriz le deja estar en su cuarto todo el tiempo y tiene una televisión futurista, puro espectáculo, que le regalaron sus amigas cuando cumplió cincuenta años.

Respecto a mi, solo viene cuando necesita artículos de dibujo o hacer videos con mi ordenador y poco más.
Además, sabe que no me gusta que coma azúcar ni porquerías ni que ponga los codos en la mesa cuando comemos.

Hoy tengo todo el día para mi solita aunque sin coche, ya que he animado a sus padres a que vayan a ver la falsa cueva de Altamira.






miércoles, 25 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y OCHO







Algunas personas que siguen mi diario, me hacen sugerencias para arreglar la relación tan difícil que tengo con mi única nieta.
Pues bien, de repente sentí que algo que me aconsejaron podía ser una buena idea y he empezado a ponerlo en práctica.
Se trata de lo siguiente:

Dando por hecho que la niña sabe que la quiero muchísimo, está más que demostrado, desde ayer cambié mi actitud.
En vez de perseguirla e intentar hablar con ella y darle todo lo que le pueda apetecer, ahora me dedico a mis asuntos y ella está notando que no le hago caso y ha empezado a venir.
Me ha tocado los hombros y me ha enseñado una especie de pulsera que ha hecho con un juego que pedimos juntas a Amazon los primeros días, cuando llegó y todavía no estaba su madre.

Ayer yo salí a cenar con Pizca, sabía que todos mis hijos iban a cenar con la familia Artiach y cuando llegué a casa, ellos acababan de llegar y Odita me preguntó:

¿Donde has estado?

Como si tuviera derecho a saber todo sobre mi.
Contesté y desapareció.
Ella ya estaba con su pijama pero al volver al salón, tenía puesto un vestido negro precioso que le habían regalado.
No me dijo nada pero yo hice un comentario.
Ella sabe que siempre me fijo en su manera de vestir y de peinarse, es muy presumida y yo también.

Creo que voy por buen camino.







martes, 24 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y SIETE







Todo había empezado tan bien que parecía un cuento de hadas.
Odita jugaba conmigo, me hablaba, me contaba cosas, pedimos un regalo para ella en Amazon y estaba deseando que llegara, comía decentemente, no se enfadaba, me dejaba hacerle cosquillas, enseñarle fotos y así pasaron unos días maravillosos hasta que llegó su madre y las cosas cambiaron.
Ya no quiere saber nada de mi, no come, me pregunta a ver por qué quiero saber todo, me hace gestos feos, me dice que me vaya de su cuarto cuando le hago visitas, la magia ha terminado.

Sus padres dicen que tiene un carácter muy cambiante, que ella es así, pero yo veo que conmigo se comporta peor que con los demás, como si me tuviera un poco de manía.

Como no sé qué hacer, me dedico a mis asuntos.
Lo siento porque la quiero muchísimo y viviendo tan lejos no tengo ocasiones para estar con ella  y para que nos vayamos conociendo.










lunes, 23 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y SEIS







Estoy empezando a familiarizarme con Tweet aunque me cuesta, me resulta más fácil Facebook pero me he comprometido a hacer voluntariado.
Se trata de publicar tuits hablando del libro “Cuando el desierto florece”, escrito por Prem Rawat y al que yo considero un auténtico tesoro, ya que me ayuda a despertarme y a recordar la importancia de ser consciente.

En el equipo en el que yo trabajo solo nos ocupamos de Tweet, pero yo, por mi parte, hago unos videos muy cortos en los que leo fragmentos del libro de algunos segundos.
Elijo frases profundas.

A juzgar por la cantidad de gente que entra cada día en mi blog personal para ver el video, está gustando mucho.






domingo, 22 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y CINCO







Por fin ayer me decidí a ir a Bilbao para ver Happy End de Haneke.
Me mantuvo hipnotizada.
Considero que es una película de la que se puede hablar largo y tendido.
Está relacionada con puntos oscuros que en mayor o menor medida todos albergamos en nuestro interior y rara vez nos damos cuenta.

Yo no me considero capaz de recomendarla ni lo contrario, ni tan siquiera de hacer una crítica, me queda mucho por digerir, lo que puedo asegurar es que me fascinó y ni por un momento dejé de mirar a la pantalla con los cinco sentidos despiertos y atentos.











sábado, 21 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y CUATRO







Ha empezado una nueva época de mi vida.
Por un lado, gracias al aceite de cáñamo me encuentro estupendamente.
Por otro lado tengo en casa a todos mis hijos, incluidas Odita y Lisa.
Hay alegría ambiental y Odita cada día me quiere más.
Ya tiene ocho años y se comporta como una chica grande.

Yo no sé qué hacer, ando despistada sin saber muy bien a donde dirigirme, lo cual no resulta un problema ya que Odita y las horas de comer, marcan el ritmo de la casa.

Casi cada día tenemos fiesta.
Ayer Mattin se ocupó de la cena y trajo una merluza fresca, grande y sabrosa, como las de antes.
Para beber, Txakolí Gorka Izaguirre, frío y delicioso.

Hoy han ido a Sodupe a pasar el día con amigos así que yo aprovecharé para descansar, leer y en caso de que me anime, tal vez haga el esfuerzo de ir a Bilbao a ver Happy End de Haneke. 

Ya veremos como transcurre el día.







viernes, 20 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y TRES







La fiesta del cincuenta cumpleaños de Jaime resultó fenomenal.
Era una mezcla de familias:  Artiach, Oraa, amigas de Beatriz y amigos de Jaime: una gozada.
A pesar de que me retiré muy temprano, hoy estoy agotada, no tengo costumbre de tanto alboroto.
El gran advenimiento de la fiesta fue cuando trajeron al niño de mi sobrina nieta Marta Viar Basterra que solo tiene cinco días.
Es una preciosidad, polinésico.
Se llama Manoa, que quiere decir tranquilidad, calma.

Me daba gusto tenerle en mis brazos, mis hijos y Odita son muy mayores, ya no se dejan hacer mimos.

Zampa organiza muy bien las fiestas, está atento a todos los detalles y conoce tan bien a sus clientes que los trata individualmente.










jueves, 19 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y DOS







Días ajetreados de verano en familia.
Me cuesta centrarme.

Hoy Jaime cumple cincuenta años, una edad que puede asustar aunque yo recuerdo que ese día todavía vivía en Malibu, California y fui a la universidad como cualquier otro día.

El que fuera mi marido, Carlos Artiach, solía decir :

“El que de joven no trotea, de viejo galopea”

Es lo que hice yo.
La vida al revés.

Para cuando cumplí cincuenta años ya era independiente.
Mis hijos tenían su vida y yo la mía, sin responsabilidades.
Empecé a vivir.

Una gozada.







miércoles, 18 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y UNO







Desde que han venido Mattin y Odita tenemos fiesta todos los días, ni siquiera he tenido tiempo para ver nuevos capítulos de la serie que me me tiene hipnotizada:
Wild Wild Country, documental que narra la historia de Osho.
He conocido varios discípulos de Osho a lo largo de mi vida y me han parecido interesantes, lo cual no significa que conociera las intimidades del asunto.
Hoy parece que la tarde está tranquila por lo que aprovecharé para volver a mi rutina.










martes, 17 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA







Ayer por fin llegaron Mattin y Odita.
Lo celebramos a lo grande, una cena en la intimidad familiar con todos los vicios que nos gustan a todos.
Además de los aperitivos habituales, jamón, lomo, langostinos con mayonesa y tal vez algo más que no recuerdo, una magnífico bonito con tomate, recién pescado que me había regalado Ana Artola.
Ese es el plato favorito de Odita, lo cual es mucho decir porque la verdad es que es una niña que, como su padre cuando era pequeño, podría vivir del aire.
También le gustan los bollos de mantequilla de Zuricalday.
Para beber había Coca-Colas sin azúcar ni cafeína y vino tinto de crianza de la bodega Soroa.

Llevo tanto tiempo sin beber que me tuve que retirar después del postre, un delicioso Goshua de la marca Santi que estaba exquisito.


Hoy empieza la vida de vacaciones en la que todos estamos pendientes de Odita y yo también de su padre, con quien hoy comeré.

Tenemos reservada una mesa en la taberna de Mikel Bengoa, en Meñaka.