CUATRO MIL TRESCIENTOS SEIS

 

Hoy he tenido la sensación de que hacía vida normal, me he levantado temprano, y he llevado el coche a la casa Mercedes de Leioa porque tenían que hacerme un arreglillo.

Estoy encantada con lo bien que me tratan en el concesionario, el coche pertenecía a Carlos Artiach, con quien estuve casada diez años. 

Cuando se murió se lo regaló a Jaime y él me lo regaló a mí, un buen regalo.

En aquella época yo me movía en un coche viejito que me había dejado Pizca y estaba contenta porque algo es mejor que nada, con este Mercedes que también es antiguo estoy entusiasmada, nunca me ha fallado, me siento segura .

Jaime es muy generoso conmigo, todos mis hijos lo son, Beatriz ganó un Rolex en un campeonato de golf y me lo regaló, así que no me puedo quejar.

El pequeño también se porta muy bien conmigo, me suele invitar a comer a sitios con estrellas Michelín, algo que me encanta y si no fuera por esas invitaciones no iría.

Después del asunto del coche, como ya estaba en la calle, he ido a Artea para ver un supermercado nuevo de comida ecológica y he comprado algunas cosillas que no me han sentado bien, a mí lo que de verdad me sienta bien es la comida macrobiótica y no hay más que hablar, por lo que voy a tener una consulta con mi actual profesor, Dani Mayor, que es menos rígido que lo que aprendí en Saint Gaudens y en los libros que leo, pero no sé que me dirá cuando le confiese que no me siento capaz de dejar de tomar un buen jamón ibérico cada vez que se me presente la ocasión.

El problema con la macrobiótica es que hay que tener una fuerza de voluntad extraordinaria que yo solo tengo cuando realmente me encuentro mal y la diferencia que noto es abismal, por lo que necesito hacer el esfuerzo aunque me cueste muchísimo.

CUATRO MIL TRESCIENTOS CINCO

 

He visto el documental biográfico de Silvia Plath y me ha ayudado a poner orden en la historia de mi vida.

Así como ella supo desde muy joven que quería ser escritora, yo tenía muy claro que sería pintora y puse todo mi foco en prepararme para aprender a pintar desde que empecé a tener clases de dibujo en los colegios y en Madrid me apunté a clases particulares de pintura los sábados por la tarde y cuando volví a Bilbao, después de haber estado interna de Burdeos, en seguida montamos un estudio Luz Ibarra, Isabel Alcalá Galeano y yo, al que todas las tardes acudía Iñaki García Ergüin para enseñarnos con una generosidad sin límites todo lo que él sabía, fue una época muy feliz para mi. 

Todavía no sabía nada de la vida, solo que me enamoré del primer chico mayor que yo que no era amigo de mis hermanos y me casé y tuve tres hijos en dos años. 

El cambio de vida fue total, a pesar de lo cual mi vocación de pintora seguía incólume, nunca dudé de que llegaría el momento en que podría dedicarme a lo que era tan importante para mí y que me hacía tan feliz. 

Tuve la gran suerte de que cuando ya mis hijos habían empezado a ir al colegio, inauguraron en Bilbao la escuela de Bellas Artes y allí me entregué en cuerpo y alma. 

Fueron años de una experiencia extraordinaria, aprendí todo lo que fui capaz, aproveché la oportunidad y a partir de ahí siempre he pintado y expuesto aunque nunca obtuve un éxito rotundo, más bien se me redujo el entusiasmo al ver que pasaban los años y salvo raras excepciones volvía a casa con los mismos cuadros que había llevado a las exposiciones. 

Cuando me rompí la pierna por segunda vez y no me quedó bien, tomé la decisión de dejar de pintar, es un trabajo que requiere fuerza y yo ya andaba con muletas, no podía ir por la vida acarreando bastidores.

Aún así, la necesidad de expresarme seguía latente por lo que me apunté en un curso de escritura al que he estado acudiendo hasta hace unas semanas.

Era y soy muy feliz escribiendo aunque me falta la seguridad que me hubiera gustado tener.

CUATRO MIL TRESCIENTOS CUATRO

 

Ya he terminado la serie Kominsky, me gusta Michael Douglas bastante más que su padre, antes me parecía arrogante pero es tan buen actor que casi hasta pienso que tiene buen corazón, además, a riesgo de ser pesada insisto en que gustan las personas mayores, siempre me han gustado, incluso cuando yo era joven y rapidilla, capaz de escuchar a esas personas interesantes, educadas, cariñosas que hablaban lentamente, había algo en mi que confiaba en que siempre se comportarían, en que nunca perderían la calma, no solo me refiero a las personas de mi familia sino también a varios artistas con quienes tuve la suerte de congeniar y disfrutar de su compañía y conversación.

He pasado un día muy tranquilo excepto con los asuntos de informática que me alteran porque no me acuerdo, he olvidado lo poco que sabía y me cuesta más de la cuenta, menos mal que en lo referente a la escritura no tengo demasiados problemas, unos días las palabras fluyen mejor que otros, no obstante es un mundo en el que me siento cómoda, no como la informática que es algo desconocido para mí, incluso cuando hablo con los agentes del soporte técnico de Apple que suelen se educados y bastante pacientes tengo la sensación de que se ponen nerviosos con mi torpeza.

Mi libro sigue su curso, poco a poco va tomando forma, en el fondo ya está escrito, ahora solo se trata de seleccionar y corregir, creo que ambas cosas son lo más interesante de la escritura, cuando ya está hecho el trabajo más duro y solo se trata de limar asperezas y sacar brillo, es la parte más agradecida.

Se trata de leer con tranquilidad y tomar la decisión de no nombrar a mis hijos, es la manera de evitar que se pongan nerviosos, les molesta que yo hable de ellos, sin embargo cuando salen en los periódicos o revistas se ponen muy contentos y hasta me piden que les compre varios ejemplares.

CUATRO MIL TRESCIENTOS TRES

 

Parece mentira lo que sucede cuando leo los textos de mi diario del año dos mil diez y seis, cuando empecé a escribirlo, aprendo de mí misma, es una especie de contradicción inexplicable.

Eso sucede en diferentes terrenos, el último y el que me ha convencido de que no ha sido una idea pasajera sino algo muy concreto a lo que puedo dar forma inmediatamente, me acaba de suceder. 

Había empezado a ver la serie "El método Kominsky" en la que trabaja Michael Douglas, actor que siempre me ha gustado y a quien he seguido en unas cuantas de sus películas, los primeros capítulos no me gustaron mucho aún así decidí darle una oportunidad sobre todo porque los protagonistas son personas mayores y me puedo relacionar con ellas mejor que con los jovenzuelos que todavía no se han enterado de lo que es la vida, así que la seguí viendo y me quedé satisfecha.

Al llegar mi hora de descanso suelo ver una película o una serie y hoy tenía pensado ver una serie de Netflix, recomendada por mi hijo el mayor, seguro de que me iba a encantar, lo cual me ha demostrado que no me conoce demasiado porque nada más empezar el primer episodio de la primera temporada, he visto algo que me ha echado para atrás, al mismo tiempo que veía anunciada una nueva temporada de "El método Kominsky" por lo que inmediatamente he cambiado de plan y he visto cuatro capítulos seguidos que me han entretenido muchísimo.

Me siento afín a la gente de mi edad que padecen enfermedades y que saben decir la verdad aunque con ello se arriesguen a pasar un mal rato, a que los demás no les entiendan y a que digan el tipo de frase hipotética que detesto:

"Si yo estuviera en esa situación jamás haría o diría lo que tu has hecho o dicho, más bien me comportaría como se supone que se comporta una persona correcta, bla, bla, bla"

Eso dicen en la tele una vez al día por lo menos.

A nadie se le ocurre que eso no tiene ninguna base, que nadie se lo cree y además está tan visto que aburre a los corderos.

He pasado un rato estupendo, parece ser que me encuentro bastante bien para tener la misma edad que Michael Douglas, me despido del ordenador con una sonrisa encantadora.

CUATRO MIL TRESCIENTOS DOS

 

He dado algunos pasos importantes en la selección de los capítulos del libro que voy a publicar y sobre todo, me he dado cuenta de que mejoré mucho al principio, es mucho más interesante lo que escribí al cabo de unos meses que los primeros días, se nota la diferencia, lo cual me ha animado porque había días que me parecía muy simple lo que leía, hasta tal punto que los eliminaba. 

Que algo que he escrito yo misma no solo no me aburra sino que incluso me interese, resulta estimulante y me proporciona seguridad, así que de momento mi vida está centrada en el diario que escribo cada día y lo que escribí cuando lo empecé en el año dos mil diez y seis, es como una espiral que casi sin que se note se desarrolla y adquiere confianza, creo que ha sido muy beneficioso el hecho de haberme metido en este trabajo que sabía que tenía que hacerlo pero nunca me llegaba el momento, me asustaba la idea de meterme el algo que podía resultar farragoso y así ha sucedido hasta que he sabido lo que tenía que hacer y he empezado a disfrutar.

Por lo demás mi vida está tranquila, centrada y mis distracciones están relacionadas con la lectura y las películas.

Casi no hablo, he perdido la costumbre de hablar y a veces ni siquiera me sale la voz cuando llamo a la frutería para hacer el pedido, ni siquiera tengo ganas de hablar con mis amigas y mucho menos con las que tienen problemas e ideas propias con la vacuna.

Por lo menos con mis hijos no tengo problemas, están deseando vacunarse aunque solo sea para no perjudicar a los demás. 

Norma, la chica boliviana que trabaja en casa no se va a vacunar porque nadie se vacuna en la iglesia evangelista que es a la que tanto ella como su familia y amigos pertenecen y hacen todo lo que les dicen ya que:

Todo está en la biblia.

CUATRO MIL TRESCIENTOS UNO

 

Todos los días veo uno de los videos que publican personas que tienen una enfermedad rara, no solo cuyos síntomas están relacionados con el cuerpo, es decir que o bien tienen tumores o les faltan los brazos y las piernas o se les escama la piel o muchas más cosas que yo no había visto nunca, excepto algunas que me llamaron la atención de las que hay fotos en el museo nacional de Calcuta, nunca antes me había imaginado que existieran enfermedades tan raras.

La verdad es que India también se ven enfermedades en la calle, pero no tanto como lo que yo veo cada día en Born Different que me hace recapacitar y ser consciente de que soy privilegiada por encontrarme bastante bien.

Pienso mucho en esas personas que tienen problemas muy serios y difíciles de superar y sin embargo no solo no se quejan, sino que están contentas y dan gracias a sus familiares porque les hacen la vida más fácil.

Son capaces de publicarse a sí mismas en Instagram y la gente les responde lo cual les hace muy felices, se comunican y reciben amor.

Me gustaría ser capaz de decirles algo, pero por más que busco en mi interior, no consigo expresar los que de verdad siento, son demasiadas emociones al mismo tiempo y al final sigo sin poner comentarios porque lo único de lo que soy capaz es de dar gracias por tener una vida fácil dentro de mis limitaciones, no soy capaz de hacer nada más, excepto publicar lo que ellos publican en el timeline de mi Facebook para que mucha gente vea que existen personas con problemas muy serios y son capaces de remontarlos, sacar fuerza de su interior y disfrutar de estar vivos, que en definitiva es de lo que se trata.

CUATRO MIL TRESCIENTOS

 

El número de los textos que pongo arriba no corresponde a la realidad, un día me confundí y cuando me di cuenta era tarde, intenté ponerlo como correspondía a la realidad pero resultaba demasiado enrevesado, así que lo dejé porque sabía que ese no iba a ser el verdadero diario que un día publicaría. 

Ahora que estoy en ese momento de preparación, elimino muchos días y solo mantengo la fecha, me parece importante, el resto es lo de menos. 

Para eliminar los textos me baso en la falta de interés y también en que he cambiado y no quiero recordar lo que pensaba en aquellos tiempos, he evolucionado bastante, he aprendido a ser un poco más humilde y sobre todo he comprendido lo que significa la empatía, no quisiera hacer daño a nadie y mucho menos a las personas de mi familia. 

Ese es uno de los problemas que tenemos los diaristas, debemos ser cuidadosos con las personas que nombramos y por otro lado cambiar los nombres quita veracidad, es difícil acertar. 

Recuerdo que Iñaki Urquijo, autor de sus diarios, ponía iniciales en algunas personas, excepto en Santi que supongo se refería a Santiago Díaz de quien era íntimo amigo y no creo que le importase nada que le citara.

Pensé que sería difícil escribir un diario sin nombrar a las personas con quienes me relaciono, no obstante me estoy dando cuenta de que no pasa nada, es lo mismo que dar el nombre de una película, en el momento que se escribe algo se convierte en literatura y alcanza un interés metafísico que anula cualquier otra interpretación, aunque claro, esto solo es para la persona que sabe verlo y pone la distancia necesaria.

Me recomienda una amiga de Facebook, Isabel Aburto, que vaya despacio, mucho me temo que me conoce poco todavía, siempre he sido más bien atolondrada, una especie de Speedy González* y aunque he cambiado y ahora estoy más tranquila, creo que el ritmo de cada persona es algo muy individual, sobre todo en un trabajo tan personal como es la escritura autobiográfica.

*Speedy Gonzales, a veces escrito Speedy González, ​es un personaje animado de la serie Looney Tunes de Warner Brothers. Apodado como "el ratón más veloz de todo México", su característica más importante es su increíble velocidad, inteligencia y astucia.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y NUEVE

 

Demasiados días sin escribir el diario, eso no es bueno, no obstante, no se puede hacer todo a la vez y a lo que me he dedicado estos días es a pensar y tomar la decisión de aceptar la proposición de Belén Lucas y que sea ella quien pase mi diario a Word, mientras que yo, en vez de volverme loca con asuntos que me producen dolor de cabeza, me dedico a seleccionar los diarios que voy a publicar y a corregirlos, es imprescindible reconocer que no doy más de mí, ya no tengo la cabeza como la tenía antes, la leucemia me ha dejado secuelas y la edad también hace su efecto.

Ahora estoy tranquila, poco a poco voy haciendo mi trabajo y dentro de poco sabré lo que voy a publicar, no es fácil, empecé en julio de 2016 y estamos en mayo de 2021 por lo que han pasado casi seis años en los que he escrito casi cada día.

Algunas cosas de las que leo siguen teniendo interés.

Al mismo tiempo que trabajo sobre el libro que voy a publicar, estoy leyendo Fin, el último libro de Mi lucha de Karl Ove Knausgård, en el que explica el momento en el que está a punto de salir su libro y por si acaso alguna persona de las que nombra está molesta, les ha mandado una copia a todos antes de dar el visto bueno a la editorial para que lo publiquen, por lo que ha tenido algunos mails de gente de su familia que le están llenando de dudas.

No es que yo me quiera comparar con Karl Ove, estoy muy lejos de él y de su prestigio como escritor, pero ya tuve problemas con mis hijos y he aprendido que algunas personas daban importancia a cosas que a mi simplemente me hacen gracia, no quisiera equivocarme una vez más.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y OCHO

 

Sigo involucrada en la publicación del libro y en intentar resolver las dudas que se me presentan para ir tomando decisiones, me resulta mucho más fácil escribir que todo lo que conlleva lo demás.

Belén Lucas me preguntó a ver si quería que me pasara ella los textos a Word, ya que a mí me resulta muy difícil meterme otra vez en esa aplicación que se me ha olvidado por completo, en principio le dije que no porque me gustaría sentirme independiente y aprender a hacerlo yo, ya que no es nada del otro mundo, lo sé por experiencia propia, no obstante estoy dándole vueltas en que tal vez de momento me compense que lo haga ella, por lo menos de momento, ya que tengo mucho trabajo en la selección de los textos que quiero publicar y me queda un revisión ortográfica en la que no puedo equivocarme lo más mínimo.

No lo sé, tampoco quiero precipitarme, prefiero ir lenta pero segura.

Todavía tengo que ver muchos videos de Triunfa con tu libro y leer los tutoriales.

Me ofrecen una consulta personal con Ana Nieto y aunque en un principio me apetecía mucho para aclarar todas las dudas que se me presentan, prefiero dejarla para más adelante, tal vez en unas semanas tendrá más claro lo que quiero hacer y haya entendido mejor en qué consiste el asunto, hay muchas detalles que me cuesta entender.

Ayer vi una película francesa que me recordó a mí misma, es bonita, refrescante y me reí, se llama Háblame de ti y trata de un ejecutivo importante al que le da un ictus y se olvida de hablar, confunde las palabras y no solo pierde el empleo, sino que pasa de haber sido un hombre centrado en su trabajo, muy antipático, a ser una persona encantadora que empieza a disfrutar de la vida.

Yo no he perdido tanto la memoria pero lo suficiente para que me cueste mucho todo lo referente a la informática que ya antes, cuando todavía estaba bien, me costaba bastante.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y SIETE

 

Ya he comentado en otras ocasiones que sigo un curso de macrobiótica gratuito además del que compré al que puedo acudir cuando lo necesito, los miércoles, o sea hoy, he tenido clase a las cinco , en vez de darnos una clase sobre la alimentación, Daniel Mayor, el profesor, ha invitado a Sami Osorio, una mujer muy interesante que ha hablado sobre la canalización cuántica, es una experta en energías y he aprendido bastante con ella.

Hace tiempo yo hice canalizaciones por mi cuenta, después de pasar una semana de vacaciones en Byron Bay, Australia, en donde acudí a una conferencia sobre ese tema que me despertó, al volver a casa, me dediqué unos días a canalizar, fue muy bonito, muy limpio y había mucho amor en todo lo que sucedía.

Sami Osorio no solo me ha gustado sino que también me ha interesado por lo que tengo intención de seguir en contacto con ella, me gusta relacionarme con personas que tienen experiencia en la energía cuántica, me siento afín a ese mundo y considero que me puede ayudar a estar más conectada conmigo misma y con lo que hay en mi interior, la inspiración que viene desde dentro de mí es la que más me interesa. 

El día tres de junio Sami dará otra conferencia en la que enseñará cómo hacer ejercicios prácticos para canalizar, espero asistir, por otro lado he ojeado su web y parece interesante lo que ofrece.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y SEIS

 

Hasta tal punto es firme mi propósito de cambiar la queja por el agradecimiento que, a pesar de lo duro que me resulta trabajar sin acordarme de muchas cosas importantes que antes las sabía casi sin pensarlas, ahora estoy contenta por varias razones, la más importante sin lugar a dudas es porque estoy viva y las siguientes, que son muchas, porque a pesar de las dificultades, las voy superando poco a poco con paciencia y controlándome los nervios que pretenden desquiciarme pero no lo consiguen.

He tenido la primera clase, me refiero a esta etapa de mi vida, de Word por Zoom, me ha resultado agotadora porque además de las dificultades que surgen siempre al principio, ya lo dice Prem Rawat: Todas las cosas son difíciles antes de ser fáciles, hemos conseguido poner cierto orden en los pasos que tengo que ir dando

Belén Lucas, la profesora, se ha ofrecido a copiarme ella el libro en Word, se lo he agradecido pero no he aceptado, por lo menos de momento, prefiero saber cómo se hace, quiero ser independiente y además tengo la intención de publicar varios libros, aunque voy a eliminar muchas entradas de los diarios que carecen de interés, más de la mitad son útiles, algunas incluso tienen interés poético y literario, ha sido un trabajo de seis años, lo cual merece cierto respeto.

Pienso en todo lo que he adelantado desde que me echaron de la clase de escritura y sonrío, me ha ayudado a dar un salto vertiginoso, desde una fase de inactividad que casi era vagancia, basada en la excusa de una salud floja, he saltado a una actividad ordenada que me satisface y me alegra la vida.

Siempre, siempre, al final tengo suerte, cuando ya creo que estoy terminada, de repente aparece algo o alguien que me despierta y me ayuda a recobrar el entusiasmo que casi había perdido.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y CINCO

 

Creo que el mal rato que pasé ayer en el parking del BEC me afectó más de lo deseado y he tenido una pesadilla bastante desagradable y muy nueva, era como de ciencia ficción y creo que estaba relacionada con la pandemia, se trataba de que estábamos varias personas en un sitio de color neutro y siniestro, conocía a algunas personas pero no era eso lo que me interesaba, sino lo que estaba sucediendo a mi cuerpo que se convertía en una masa informe y luego volvía a su ser, empezaba por los brazos y seguía por el resto de los miembros, estaba asustada, gracias a Dios no ha durado mucho, en seguida me he despertado y me ha encantado ver que estaba tranquilamente en mi cama y todo en orden a mi alrededor, incluidos mis brazos. 

Soy una persona más bien influenciable, exagero las cosas que me pasan incluso despierta, así que cuando duermo puedo soñar disparates.

A veces siento algo que me afecta y me creo que va a ser para toda la vida, no obstante, si me distraigo y pienso en otro asunto, al cabo de un rato se me olvida. 

Lo mejor de todo es que poco a poco, a medida que me voy conociendo, he llegado a la conclusión de que nunca es el fin del mundo, por lo que cada vez me asusto menos.

Ahora pienso más en el libro que estoy preparando para publicarlo en Amazon que en las distracciones que vienen a la cabeza sin mi permiso.

He perdido tanta memoria en la leucemia que ni siquiera me acuerdo de manejar el Word, a pesar de que en su día publiqué dos libros con esa aplicación, menos mal que he hablado con Belén Lucas que es quien me enseñó a utilizarlo y he quedado en que me dará unas clases por Zoom hasta que me sienta segura, me puse muy contenta después de hablar con ella, estoy deseando poder empezar a meter los capítulos que tengo escritos y poder así contar las páginas y hacer todo lo que se requiere para tener listo el libro.

Ana Nieto da buenos consejos pero ella no hace las cosas, soy yo quien tiene que trabajar.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y CUATRO

 

Hay ciertas cosas en la vida que me resultan más difíciles de lo normal y entre ellas está mi poco sentido de la orientación, lo sé, lo he sabido siempre y a pesar de tomar precauciones hoy me ha salido el tiro por la culata y he pasado un rato desagradable, simplemente me he perdido en el parking del BEC que es el lugar a donde he acudido para ponerme la segunda vacuna.

Era inmenso y no se ve un alma, no hay a quien recurrir en caso de pérdida.

Como la primera vez que fui hace tres domingos me perdí un poco, hoy he sido precavida y he sacado fotos, pensando que con esa referencia era imposible equivocarme, mas no ha sido así, me he sentido tan extraviada que he tenido que rezar, era imposible encontrar la letra P que estaba clara en la foto y no veía la posibilidad de recurrir a ninguna persona que pudiera ayudarme  porque estaba perdida en la nada, además me he dado cuenta de que me había dejado en el coche la tarjeta del parking.

Cuando me he decidido a coger un ascensor para cambiar de piso y encontrar algún ser humano que pudiera ayudarme, he tenido que escuchar eso tan espantoso que tanto se estila en el país de los vascos:

¿Ha venido sola? 

Si, mis hijos no se han ofrecido a acompañarme.

¿Cómo se le ocurre venir sola? aunque sea una vecina, tenía que haber venido acompañada. 

La verdad es que estoy acostumbrada a ir sola a todas partes, solo pido ayuda cuando de verdad la necesito y no pensé que otra vez pudiera perderme, también suelo ir sola a los médicos, al dentista, al cine, incluso a Australia.

Antes viajaba en grupo, más que nada por motivos de dinero, así compartía el hotel, además no hablaba inglés, no obstante en cuanto solucioné esos dos asuntos y probé las mieles de viajar sola, ya no quise viajar con nadie, me gusta la independencia.

La primera vez que fui sola a Australia sola, parábamos en Singapur, era de noche y aunque es un aeropuerto que tiene mucha vida y lo conocía bien, me entró una especie de tristeza por lo que llamé a Pizca y me recomendó que me tomara un Gelocatil, le hice caso y desde entonces no me ha vuelto a pasar. 

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y TRES

 

Ayer me apunté definitivamente en el cursillo Triunfa con tu libro, empecé a estudiar los primeros tutoriales y sobre todo tomé la decisión de publicar con mis diarios, ya no tengo dudas.

Debido a que Ana recomienda que los libros de no ficción no deben tener más de ciento ochenta páginas, mi idea es elegir los capítulos que me parezcan mejores y cuando llegue a la cantidad correcta, seguir las instrucciones de Ana Nieto y si todo funciona bien, continuar con lo que ya está escrito.

Es importante para mí escribir un diario, me ayuda a ordenar mi cabeza y ahora que estoy leyendo lo que escribí desde el año dos mil diez y seis, constato que he avanzado, el diario no solo es un espejo, también es una manera de ver que he ido dando pasos importantes en mi evolución, despacio, no obstante como ser humano he crecido, ha mejorado mi carácter, he aprendido a conocerme y a ver defectos que estaban escondidos y gracias al diario han salido a la luz, considero que un diario es una manera saludable de ponerse en contacto consigo mismo con cierta distancia y mucho amor, sin juicios, con el único propósito de saber quien soy yo, qué pasa conmigo, por qué me cuesta tanto ser humilde, el ego quiere mostrarse como si fuera el rey del mambo y lo único que consigue es perjudicarme y entorpecer mi crecimiento.

Estoy contenta, el proyecto va tomando forma, cada día un pasito muy pequeño, la ayuda de Ana me está cambiando, soy una persona que necesita ayuda, siempre he sabido que no soy autodidacta, jamás he aprendido nada estando sola, mi estilo es tener un profesor y personas con quienes compartir lo que estoy sabiendo. 

Todo está muy verde todavía, no obstante voy tomando decisiones y eso es fundamental, cada decisión es como como poner una piedra que construye el camino. 

He pasado unos días de dudas que me obligaban a tener paciencia y a confiar en que todo iría tomando forma poco a poco y así ha sido.

A pesar de que todo está verde, la semilla ya está plantada, me he comprometido, he pagado el cursillo y ya estoy dentro, solo tengo que seguir leyendo mi diario, estudiar los tutoriales de Ana, hacer lo que ella me aconseje y seguir dando pasos que aunque parezcan pequeños, hacen camino.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y DOS

 

Ya he recibido y empezado a leer el libro de Ana Nieto, creía que se llamaba Triunfa con tu libro pero me equivoqué y el que tengo entre manos se llama Triunfa con tu e_book, no me importa, lo interesante es lo que enseña y en esas ando.

No tengo decidido lo que voy a publicar, las dudas me asaltan, la posibilidad de elegir los mejores capítulos del diario es la que tengo más a mano aunque me cuesta leerlo, son muchos capítulos y ya me los conozco y además tengo que corregir algunas cosillas.

Por otro lado podría, siempre corrigiendo, publicar la novela que ya está en venta en Amazon El esfuerzo precede a la satisfacción, que me satisfizo bastante pero por un lado es ficción y de momento se supone que lo que tengo que publicar es no ficción y por otro, aunque no la haya leído mucha gente, no sería una primicia.

He seguido dándole vueltas al tema y no me gustaría dejar de escribir el diario, es algo que me complace y me redime y además no me cuesta demasiado, la idea de ponerme a escribir una autobiografía no está mal, sin embargo tampoco estaría mal escribir una novela corta con el fin de convertirla en bestseller como sugiere Ana Nieto Churruca.

Así que estoy en un mar de dudas y todo mi esfuerzo está encaminado a que eso no me afecte para seguir disfrutando de la vida tranquila a la que estoy acostumbrada y pretendo que nada la perturbe.

Cada día doy un paso enfocado en ver con claridad la decisión que debo tomar, mientras tanto intento no perder el tiempo y seguir aprendiendo los conceptos del castellano.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y UNO

 

Ya he leído cincuenta y dos capítulos de mis diario, me sorprende lo cambiante que era, paso de estados anímicos altísimos a otros en los que se nota que tengo que hacer un esfuerzo para entusiasmarme, espero aprender a ser más estable con el pequeño esfuerzo de cada día.

Han pasado muchos años desde que empecé el diario, el último que he leído hoy corresponde a septiembre del año dos mil diez y seis, no solo ha pasado el tiempo sino que ha sido un tiempo realmente conflictivo, he pasado una leucemia, todavía estamos en plena pandemia y mi rodilla no mejora, simplemente aguanto el dolor a base de Zaldiar que es un opiáceo mezclado con Paracetamol. 

No bebo alcohol, mi base de alimento sigue siendo una macrobiótica no demasiado radical y mi proyecto actual es seguir el contacto con Ana Nieto, fundadora de Triunfacontulibro.com por lo que aunque sigo viendo sus videos y las entrevistas que ella me recomienda, todavía me siento muy despistada respecto a la forma que quiero dar a mi libro, dudo entre el diario o la biografía. 

Leer a diario una entrada de un diario es algo que tiene sentido, es corto y está relacionado con el anterior o con el siguiente, no obstante para leerlo seguido no me gusta la idea, creo que me gustaría más, estando segura de que va a convertirse en un libro, creo que puede resultar más agradable una biografía, creo que es más agradable y yo no tengo problemas con la cronología, puedo dar saltos, no entorpecen la narración.

De momento lo único que puedo hacer es tener paciencia y dejar que el tiempo y lo que aprendo cada día hagan su trabajo, no me queda más remedio que tomarme la vida con calma.

CUATRO MIL DOSCIENTOS NOVENTA

 

He leído treinta y dos capítulos del diario, empezando por el número UNO que pertenece al mes de agosto del año dos mil diez y seis, me cuesta hacerlo porque me reconozco demasiado, aún así creo que es exactamente el trabajo que me toca en este momento de mi vida en el que me estoy planteando seriamente publicar un libro, no me queda más remedio que tomar decisiones, eliminar textos completos que, o bien carecen de interés o pueden resultar repetitivos. 

La vida siempre es nueva pero la que lo cuenta soy yo y mis herramientas de trabajo son siempre las mismas, he cambiado bastante, creo que he evolucionado.

Lo que estoy haciendo ahora es más costoso que escribir desde cero ya que además de corregir se trata de seleccionar y tener presente lo que ya he leído, no puedo olvidar que han pasado cinco años en los que me han sucedido percances importantes que me han ayudado a desarrollar la paciencia y mi mentalidad ha cambiado.

Tal vez uno de los asuntos en los que más he cambiado es haber aprendido lo que es la empatía, lo cual me ha llevado a la plena conciencia de que no quiero hacer daño a nadie y eso me obliga a ser más cuidadosa de lo que he sido hasta ahora.

Mientras pienso en estos detalles tan importantes para mi nueva andadura, leo a Karl Ove Knausgård sufriendo, porque va a salir su libro en el que habla de todas personas de su entorno sin ninguna clase de filtro y está sufriendo como un condenado con las reacciones que han empezado a tener los que se sienten agraviados. 

Creo que antes no tenía tan claro como tengo ahora el concepto de no querer hacer daño a nadie, pero no sabía exactamente el significado de la empatía, ahora lo conozco y mi responsabilidad se acrecienta, es uno de los puntos más importantes que debo tener en cuenta.

 

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y NUEVE

 

Lo que menos me gusta de los domingos es que todo esté cerrado porque me produce la sensación de que no tengo obligaciones, de que no puedo hacer recados e incluso de que ni siquiera tengo que escribir, no obstante hay un momento en la mitad de la tarde en que si no escribo me encuentro vacía, así que hago caso omiso de lo que me dice la cabeza, escucho al corazón y me comporto como si fuera un día laboral, por lo que escribo, reviso los mails y hago lo que suelo hacer todos los días y eso hace que me encuentre feliz.

Esa idea de que las tardes de los domingos son aburridas me la transmitió mi exmarido y se caló tan dentro de mí que incluso estando fuera, en Londres por ejemplo, me venía a la cabeza y me daba cuenta de que casi todo estaba cerrado excepto los museos, en cambio en Los Ángeles casi todo está abierto incluso los centros comerciales aunque cerraran un poco antes, hasta podía ir a la peluquería si me apetecía.

En ese sentido América es una maravilla porque no hay fiestas, excepto las tres o cuatro fundamentales que se celebran por obligación y a todo el mundo le encantan, pero lo demás no se nota, ni la navidad ni la semana santa, ni el mes de agosto es diferente a los demás, eso a mí me gustaba muchísimo, porque tampoco me divierte que de repente llegue el verano y la gente empiece a hacer planes y se van y cierran las tiendas y luego vuelven y tienen añoranza por lo bien que se lo han pasado.

En el país de los vascos donde yo habito, cuando empieza el verano las fiestas son consecutivas, una semana en un pueblo y la siguiente en otro y así consecutivamente, ahora estamos lejos de eso pero supongo que volverá porque le gente lo pide, a mí no me divierten nada, creo que prefiero que todo entre dentro de la normalidad.

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y OCHO

 

Sigo trabajando en cambiar el enfoque de mi escritura, el contacto con Ana Nieto me está ayudando a conocer escritores que recomiendan la mejor manera de publicar libros en Amazon, así empecé yo hace años, pero me quedé colgada porque estaba sola y es difícil hacer las cosas en soledad, prefiero el trabajo en equipo, de hecho, en este momento los dos libros que publiqué "Reflexiónes de una mujer casada" y "El esfuerzo precede a la satisfacción" se siguen ofreciendo pero a mi nadie me dice nada, no hice bien las cosas y ahora estoy sufriendo las consecuencias.

Espero que ahora cambien las cosas, me ha venido muy bien que me echen de la clase de escritura porque aunque ha sido una experiencia bonita y he aprendido mucho, ahora tengo que conseguir que ese trabajo evolucione y el paso que tengo que dar es la comercialización de una manera clara, directa y bien aconsejada, si es con ayuda, mejor todavía.

Tengo mucho trabajo entre manos pero no quiero estresarme, lo tomo con calma, de momento veo los videos que recomienda Ana Nieto y a través de los cuales conozco a escritores que recomiendan lo que consideran más adecuado según su propia experiencia.

Siempre que he querido saber algo he buscado a alguien que me lo enseñe, necesito el trabajo de equipo, me estimula y me enriquece, solo cuando ya estoy bastante adelantada me permito inventar algo, como me pasaba con la pintura, eso era diferente, después de haber estudiado Bellas Artes y de haberme dedicado toda la vida a las exposiciones, me permitía el lujo de emprender algo nuevo con la técnica que consideraba adecuada, así paso con el "Homenaje al Athletic" y las "Cajitas".

No me va el autodidactismo, me gustan los profesores y a poder ser en grupo, las clases particulares no me convencen, excepto la de Pilates, en mi caso es necesario porque mi problema con la rodilla requiere un tratamiento específico que no sería posible en una clase de grupo.

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y SIETE

 

He tenido clase de macrobiótica, hoy Daniel Mayor, el profesor, nos ha enseñado a usar las especias y su efecto en nuestro cuerpo, al mismo tiempo que cocinaba falafel con salteado de verduras.

Ha sido una clase muy interesante, sobre todo porque me encanta el falafel y nunca he sabido hacerlo, hace días lo compré en un supermercado ecológico que han abierto en Las Arenas y me pareció demasiado fuerte, se me quitaron las ganas de repetir.

La primera vez que tomé falafel lo hice en Miami hace muchos años y me encantó, desde entonces lo tomo siempre que tengo ocasión, pero no sé por qué motivo, los sitios de Kebabs que abren por aquí no me apetecen, parece que los que veía cuando viajaba tenían mejor aspecto.

Por otro lado ya he empezado a rastrear el diario empezando por el capítulo UNO y me ha parecido muy interesante, hasta tal punto que haga lo que haga, lo cual todavía está por tomar una forma definida, me ha instado a hacer un nuevo blog en el que puedo ir poniendo las entradas más interesantes ya corregidas y también he tomado la decisión irrevocable de tirar a la papelera los textos que no me parezcan decentes.

He pasado un día tratando de controlar la impaciencia porque las cosas no me salían como esperaba, el nuevo blog en el que esperaba ir colgando los textos que me importaban, me ha dado error.

La leucemia ha dejado sus secuelas y aunque me voy recuperando, está tomando su tiempo, antes yo hacía blogs, videos, películas, montajes y todo lo que me apetecía sin problemas, ahora tengo que apoyarme en los totorales de Youtube y aún así me cuesta.

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y SEIS

 

No quiero hacerme ilusiones pero poco a poco parece, solo parece, que los asuntos que me interesan empiezan a despertar.

Hasta ahora he hablado del libro que intentaré publicar con Ana Nieto Churruca, de quien estoy esperando lo que me mandará el diez de mayo para que me vaya preparando, no tengo prisa, es mejor ir con calma, todavía ni siquiera me ha llegado el momento de empezar a revisar mi diario que es en lo que quisiera basar el nuevo libro, todo se andará.

Por otro lado, en el tema del criptoarte mi hijo Jaime me habló de una persona que tal vez pudiera estar interesada en ocuparse de digitalizar mis cuadros y convertirlos en arte digital, pero no ha salido como yo esperaba, menos mal que no me hice ilusiones porque por mucho que un informático sepa de su tema, el tema del arte es muy particular, no se improvisa, no es cuestión de "me gusta o no me gusta" sino de si funciona o no funciona, aún así, los pintores ya estamos acostumbrados a las reacciones de la gente que no está dentro de ese mundo.

No voy a tirar la toalla aunque no tengo esperanzas, si por casualidad alguien estuviera interesado en transformar mi obra en criptoarte, tal vez yo estaría dispuesta siempre que yo marcara las pautas, en ese sentido soy inflexible porque sé lo que quiero y hasta donde soy capaz de llegar.

He cometido tantos errores a lo largo de mi trayectoria como pintora que no me gustaría dejarme manipular.

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y CINCO

 

Supongo que Ana ya estará en Madrid y podré ponerme en contacto con ella, estos días me han venido muy bien para ver sus videos e ir aprendiendo poco a poco de qué se trata lo que ella ofrece y tener más clara la idea de lo que quiero hacer.

Sé que aunque todo va deprisa, todo lo relacionado con el arte y con hacer bien las cosas está relacionado con el tiempo, así que me he armado de paciencia e intentaré seguir esta línea que tanto necesito, no solo para el asunto del libro sino para mi propia vida personal.

Escribir durante quince minutos sin corregir no es nada sobre todo si se tiene claro lo que se cuenta, lo cual, en mi caso es fácil ya que hablo de mi propia vida. 

No sé si seguiré con el formato diario o lo transformaré en una autobiografía, ahora estoy pendiente de lo que me aconseje Ana.

Si se tratara solo del diario sería cuestión de empezar desde el principio, mantener las entradas que me parezcan interesantes e irlas corrigiendo.

En caso de empezar una autobiografía el asunto sería diferente, tendría que empezar una obra nueva, enfocada desde otro punto de vista, ya veremos cómo se desarrollan los acontecimientos.

Ya han pasado quince minutos, me cuesta mucho no corregir lo que he escrito pero quiero ser obediente.

Me voy a la clase de Pilates y ya no podré pensar en el libro, me concentraré en los ejercicios.

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y CUATRO

 

Aunque ya sé que hasta mañana no podré saber nada nuevo sobre el proyecto del nuevo libro, ayer seguí viendo videos de Ana e intenté conectar con Amazon para suscribirme en el KDP pero no lo conseguí, me resulta muy difícil hablar con Amazon por teléfono, hace tiempo conseguí hacerlo una vez y me ayudaron mucho pero ayer me resultó imposible.

Por otro lado, aunque la idea que tengo en principio es in seleccionando capítulos de mi diario autobiográfico, todavía no he comenzado, creo que una primera conversación con Ana es indispensable.

He visto los precios de Triunfa con tu libro y me han parecido razonables. 

Lo he comentado con Myrian, mi amiga Cordón Bleu que vive en Loa Ángeles y de repente se le ha ocurrido llevar una idea que tiene en su cabeza desde hace años, que es poder publicar un libro con sus recetas, es una cocinera extraordinaria que sin ir más lejos hace el catering para las fiestas de los artistas más famosos de la zona en la que habita, de hecho cuando yo vivía allí, fui a una fiesta y el nivel me pareció muy alto.

Por otro lado he hablado con mi hijo Jaime sobre el asunto ya que él ya ha escrito siete libros que, a pesar de ser amenos están descuidados, creo que lo que ofrece Triunfa con tu libro podría convertirlos en bestsellers sin que él tuviera que molestarse, justo lo difícil ya está hecho.

Tengo la esperanza de que tanto Ana como su equipo están preparados para ayudarnos a los que somos capaces de escribir pero nos quedamos inmovilizados ante todo lo que supone darlo a conocer y que se mueva, en mi caso en concreto siempre he sido inútil para vender mis cuadros mientras que cuando me los venden los profesionales lo hacen sin problemas.

Ahora estoy totalmente volcada en el proyecto Triunfa con tu libro, lo cual no descarta que me siga interesando la literatura y me han recomendado Edén, Edén, Edén de Pierre Guyotat, pero todavía no lo he investigado, ya lo comentaré en cuanto sepa algo interesante.

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y TRES

 

Ojalá cuando pueda hablar con Ana y me explique cómo funciona el curso siga con el mismo entusiasmo que tengo ahora, porque a veces me ha pasado en la vida, que de repente me animo muchísimo con algún tema interesante y si lo dejo pasar, me doy cuenta de que me he desinflado y me cuesta meterme en el carril.

No creo que me pase esto porque escribir es una de las cosas que mas me estimulan, es casi como la pintura, con la diferencia de que ahora no tengo ni ganas ni fuerza para pintar, solo puedo trabajar sentada delante del ordenador.

Tengo muchas ganas de empezar sabiendo en qué consiste el nuevo curso, estoy decidida a hacerlo aunque no tenga nada que ver con lo que estoy haciendo ahora, no obstante lo que sí está claro es que tiene que ser algo de no ficción y esa idea me encanta.

También me gusta la sensación de cambiar, llevo demasiados años escribiendo mi diario y estaba a gusto haciéndolo, era como una autobiografía ya que empezando por algo que me ha sucedido hoy, me remonto a algo del pasado que se me quedó grabado en algún rincón de mi cabeza y me viene bien recordarlo, me ayuda a poner orden.

Por otra parte, la idea de tener un equipo de profesionales que me ayuden a dar los pasos que se requieren para publicar un libro me tranquiliza mucho, ya que el segundo libro que publiqué "El esfuerzo precede a la satisfacción" a pesar de que se suponía que la editorial me iba a ayudar en todo, me hizo dar más vueltas que un tiovivo y se me quitaron las ganas de seguir.

Tengo la sensación de que esta vez todo va a ser diferente, creo que Ana sabe lo que se trae entre manos y de que no hace las cosas a la ligera.

A medida que veo los videos de Ana confirmo mi intuición de que me puede ayudar justo en el tema para el que estoy negada que es el marketing, no quiero hacerme demasiadas ilusiones, no obstante me las estoy haciendo, estoy deseando ponerme en contacto con Ana y empezar desde el principio con tranquilidad.

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y DOS

 

Intento hacer lo que me ha indicado Ana Nieto Churruca para irme preparando el nuevo curso pero hay algo que se me resiste, es lo referente al tanto por ciento que se descuenta en Amazon, el problema, si es que existe, es que yo ya soy socia y no quiere aceptarme con el mismo nombre y contraseña, espero solucionarlo cuando Ana vuelva a Madrid, de momento los madrileños han huido, están dispersos, parece que todos se han ido a pensar lo que tienen que votar.

Yo viví tres años en Madrid cuando era joven y luego, cuando ya no era tan joven tenía una galería en Madrid en la que exponía una vez al año, creo recordar, tenía mucho éxito y vendía todo, pero pasó algo raro y cerraron la galería, así que me quedé sin galerista.

Cuando exponía allí pasaba una temporada en Madrid y me lo pasaba muy bien, salía mucho, la verdad es que Madrid es una fiesta, me encontraba con gente todo el tiempo, me invitaban a cenar, lo pasaba muy bien y ganaba mucho dinero, no obstante justo antes de que cerraran la galería, me di cuenta de que me estaba volviendo loca, me estresaba mucho, sentí que necesitaba volver a Bilbao, yo vivo en una zona residencial, muy tranquila, cerca del mar y no hago grandes planes, así que una mañana llamé al aeropuerto, reservé un billete de avión y me volví a mi casa con la intención de encerrarme en mi estudio y recuperar mi paz interior, que es lo único que necesito para ser feliz: tranquilidad y buenos alimentos.

Además el clima seco de Madrid no me va, se me electrifica el pelo, se me secan las manos y echo en falta la tranquilidad y el sonido de las olas del mar.

Ahora que estoy medio confinada, me falta la ciudad porque aunque Bilbao no es Madrid, por lo menos, hay museos, galerías de arte, buenas librerías y gente que habla en otros idiomas, vienen para ver el Guggenheim y se entusiasman, lo que no es de extrañar.

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y UNO

 

Un cambio radical en la rutina de mi vida.

El viernes pasado me llamó el profesor de escritura para decirme que no estaba contento conmigo y que era mejor que dejara de asistir a las clases porque mi presencia creaba tensión.

También me dijo que escribía muy bien y que él ya no tenía nada que decirme porque yo estaba empeñada en hacer siempre lo mismo, así que le pedí disculpas y me despedí.

Al principio me quedé un poco dolida, el rechazo nunca es agradable, no obstante no me sorprendió demasiado, ya notaba que mis intervenciones no le gustaban, tengo un espíritu crítico y puedo ser demasiado directa cuando opino sobre un texto.

Además he sido profesora de Dibujo y Pintura y tengo la sensación de que se me pone un tono de sabelotodo cuando hablo sobre los textos de los compañeros, que puede resultar molesto, sobre todo al profesor que es muy joven.

Ya he contado en otras ocasiones que soy una persona con suerte, así que aunque durante el día cada vez que me venía a la cabeza el recuerdo de la conversación con el profesor me sentía incómoda, todo se puso en su sitio por la tarde al abrir mi iPhone y encontrarme la invitación a participar en el curso Triunfa con tu libro, en el cual se ocupan de ayudarme en todo lo que hay que hacer para publicar, que de momento ha sido lo más difícil a juzgar por los dos libros que publiqué y a los que no hago ni caso porque no me hace ilusión.

He visto los videos de Ana Nieto Churruca, me han encantado y creo que lo que ella hace es exactamente la ayuda que necesito por lo que estoy animada.

No quiero hacerme ilusiones pero hasta tal punto me ha dado impulso que ya estoy haciendo la primera parte de los deberes que consiste en escribir un texto de quince minutos cada día, durante veintiún días, sin corregir.

Lo único que de verdad me duele es dejar el grupo en el que había algunas personas con las que había congeniado y me encontraba a gusto, pero cuando se termine la pandemia podré verlas en la calle.

Nunca es el fin del mundo.