lunes, 20 de julio de 2020

CUATRO MIL SETENTA Y TRES










Necesito acceder a un taller de escritura, estoy perdiendo el contacto con la literatura, siento que escribo como si me conformara con decir lo que deseo sin permitirme el lujo de hacerlo con bellas palabras, no puedo seguir así, era más feliz cuando iba a clase y leía mis textos en alta voz.
Siempre que he necesitado algo desesperadamente lo he conseguido, espero que esta vez vuelva a pasarme, vendrá por donde menos lo espero.
Estaba tan contenta con el profesor y con las personas que nos encontrábamos allí, ya conocíamos los distintos estilos, los progresos que hacíamos cada uno y eso es un paso importante, otorga confianza y ayuda a mejorar y enriquece el vocabulario.
Los comentarios de los compañeros son imprescindibles, y más todavía los del profesor.
Ojalá podamos volver.
Yo se lo he pedido a Íñigo Larroque, se lo he suplicado, incluso le he recomendado un local.
No me gustaría cambiar de profesor.
Estaba demasiado contenta con él y he tenido la experiencia de ir a otros cursos y no me satisficieron a pesar de poner todo mi entusiasmo.
Esperaré tranquila y relajada, leyendo que es lo que recomiendan los escritores a los que somos novatos.
Lo dicen todos, incluso Borges.









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