jueves, 16 de julio de 2020

CUATRO MIL SESENTA Y NUEVE










No dejo de leer y publicar los vídeos que cuentan la vida de personas que han nacido con deformidades tremendas y gracias a la fuerza de voluntad consiguen ser autónomas.
Me refiero a personas con problemas gordos de verdad, no había visto nada parecido hasta que fui al Museo Nacional de Calcuta y allí vi fotos de enfermedades que ni siquiera las había visto en el cine ni las hubiera imaginado.
La web de la que hablo que se llama "Born different" y los protagonistas son personas cuyas enfermedades son tan raras que la mayoría de las veces no se conocen por lo que no hay doctores que sepan cómo tratarlas.
Por lo que voy observando, India es tal vez el lugar donde más se dan este tipo de rarezas y puede haber médicos capaces de resolverlas en alguna medida, pero se necesita mucho dinero, demasiado.
Además muchos padres no se atreven a arriesgarse, tienen miedo.
Ver gente con estas dificultades y su lucha por salir adelante con la ayuda de sus familiares hasta ser autónomos, me inspira y me ayuda a ser consciente de la suerte que tengo de tener una vida casi normal sin hacer demasiado esfuerzo, un motivo más para sentirme agradecida.
Todo se trata de la profundidad de la consciencia.
A medida que reflexiono en mi experiencia vital y aprendo a ver la perfección de la creación y me consta que la fuerza que hace que el sol salga cada día y que mantiene los planetas y las estrellas es la misma que se ocupa de mi vida en todos los detalles, no me queda más remedio que decir:

Gracias, Gracias, Gracias.

Ni siquiera sé a donde van a parar esas palabras pero sé que son las correctas porque me salen del corazón.


















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