domingo, 19 de julio de 2020

CUATRO MIL SETENTA Y DOS










Hoy tenemos cena familiar para celebrar el cumpleaños de mi hijo Jaime.
Jaime y Mattin han decidido cocinar.
Ambos son buenos cocineros aunque muy diferentes.
A Jaime le gusta la comida picante, con muchas especias y no tiene preferencia respecto a la carne o pescado.
Tomó clases en Tailandia, por lo menos es lo que yo sé y ha vivido solo muchos años en Mallorca y en otros lugares así que no le falta experiencia.
Durante el confinamiento yo no estaba en condiciones de hacer nada por lo que Beatriz y Jaime llevaron las riendas de la casa, ya que lo primero que tuvimos que hacer es decirle a Norma, la chica boliviana que viene a ayudar en casa desde hace muchos años que se quedara en la suya.
Beatriz se hizo responsable de la limpieza, camas, lavado de ropa y sobre todo de mi medicación que ya la estaba llevando desde el principio.
Jaime se hizo cargo de la compra y la cocina.
Alguna vez, menos de las que hubiéramos deseado Jaime y yo, Beatriz hacía una tortilla de patata que es la mejor del mundo, se hacía desear.
Se portaron muy bien conmigo, nunca se oyó una queja y se organizaron con mucha cabeza para que la situación en la que nos encontrábamos no hiciera mella en nuestros caracteres ya que además de lo ya explicado, no podían estar cerca de mí, teníamos que estar separados porque yo soy de alto riesgo.
Las fiestecitas como la de hoy suelen ser más disfrutadas por los chicos y por mí, ya que aunque en general yo soy macrobiótica radical, el pescado entra en mi dieta y lo tienen en cuenta.
Mattin es un estupendo chef que da mucha importancia al producto y maneja el horno como un profesional.
Le gusta el pescado salvaje y cerca de casa tenemos una pescadería estupenda, así que ya están preparando un buen menú que tendremos que cenarlo pronto porque a las nueve se verá a Jon Rahm en la televisión y en esta casa el golf es el deporte rey y Jon Rahm el Lionel Messi de ese deporte.
Esperemos que hoy no nos defraude, todas nuestras esperanzas están puestas en él.
Hoy por la mañana Mattin ha ido a Zuricaldai de Neguri y ha traído varios paquetes a los que posiblemente yo no tendré acceso.
Aparte de los aperitivos y los postres que no probaré, la cena consiste en unas almejas a la marinera cocinadas por Jaime sin demasiado picante para complacer a todos y un pescado sorpresa salvaje con patatas al horno.
Ambos platos estarán deliciosos.
Yo tomaré un té Kukicha, Odita una Coca_Cola y los demás ya tiene preparados sus vinos específicos.
Mi intención es tomar algo de pan blanco con la salsa de las almejas.
Por lo demás espero ser capaz de mantenerme en mi línea ya que me sienta tan bien la comida macrobiótica que gracias a ella estoy teniendo una recuperación extraordinaria de la quimioterapia y de toda la medicación y la comida poco recomendable que he estado comiendo durante mucho tiempo.











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