domingo, 25 de octubre de 2020

CUATRO MIL CIENTO CUARENTA Y OCHO

 




Cada día me trae una sorpresa y la de hoy ha sido tan inesperada y amorosa, que me está dejando perpleja.

Hace tiempo, mucho, que dejé de ver series, rara vez encontraba alguna que mereciera la pena, la última que me había encantado fue El nuevo papa, y comprendo que llegar a ese nivel no es fácil, La casa de papel me gustó al principio pero después de la leucemia, cuando volví a casa e intenté ver la segunda parte, me encontraba demasiado impresionable, no podía soportar tanta sangre y violencia, llegó un momento en que mi hijo Jaime, con quien solía hablas de series y a veces teníamos gustos afines, llegó a decirme que ya solo podría ver El rey león, me entró la risa porque me sonaba que era algo infantil, así que no solo no le hice caso, sino que dejé de ver series y me dediqué a los documentales, lo cual es interesante a veces, cuando tengo suerte y cae la breva.

Hoy, con una voz suave, como quien no quiere la cosa, Jaime me ha recomendado una serie que cree que me gustará, el tono me ha hecho confiar en él aunque no las tenía todas conmigo, le he hecho repetir el título que era un poco difícil Gambito dama.

He comido, he echado mi acostumbrada siesta y con ciertas expectativas, he visto dos capítulos seguidos de una serie que me va como anillo al dedo, a pesar de que tiene algo como de ciencia ficción que en principio no me apetece pero me da igual, estoy pasando una tarde fantástica, es como un cuento de hadas y lo que más me complace es haber descubierto que Jaime me conoce mejor de lo que yo pensaba.

Hasta tal punto me está gustando y entreteniendo, que se me ha quitado la idea que tenía en la cabeza de escribir en el diario una especie de explicación_carta dedicada a Íñigo Larroque, mi profesor de Escritura en la que le explicaba que en mis textos, tengo muy presentes a las personas que me leen e intento siempre, incluso en el peor de mis momentos, darles algo positivo, no solo información, sino mi esfuerzo por elevar el instante que me hace sentirme agradecida por estar viva*.



*Esto viene al caso porque en la última clase trató de dar ideas para que escribiéramos pero respecto a mí, dijo dando a entender que me conoce, que no me iba a decir nada porque yo solo pienso en mí.





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