Hasta tal punto me ha cautivado la serie Gambito de dama que ayer leí algunas críticas de amateurs, son las que me suelen interesar y eso hizo que todavía la admirara más, porque los amateurs son los auténticos cinéfilos, ponen más atención que yo en los detalles y aunque ya me había sorprendido lo bien que se muestran las ciudades a las que acude la protagonista, Méjico, París y Moscú, al ver el hincapié que hacen ellos en ese tema, me hizo revisar una vez más lo que yo misma había sido capaz de visualizar y decidí que es una de las mejores series que he visto en toda mi vida.
Tan buena, tan buena, tan buena, que incluso uno de mis críticos favoritos la llegó a calificar como "una película de siete horas".
Pues bien, hoy he seguido leyendo más textos sobre la serie que está arrasando en todo el planeta y he seguido investigando sobre el tema, ya que aunque el guión está basado en un libro de Walter Tevis, escritor estadounidense de relatos cortos, muchos de los cuales se llevaron al cine, la realidad es que la persona en la que se inspiró para The Queen's Gambit no era mujer sino Bobby Fischer, que ganó al ruso Spassky en plena guerra fría, aunque nunca me he interesado por el ajedrez, solo jugaba algunas veces con mi hijo Jaime a quien le encantaba hace tiempo y ambos llegamos a jugar, él sobre todo, con mi amiga Teresa Gortázar, que había sido campeona de Ibiza, hablo de los años setenta más o menos, cuando Ibiza estaba considerado el paraíso de lo jipis, ahora no sé cómo estará, ya no soy jipi.
Como iba diciendo, he investigado sobre el tema y he decidido ver El caso Fischer cuyas críticas sin ser excepcionales, han hecho que me apetezca seguir con el asunto del ajedrez, solo en el cine, a mí me cuesta pensar, sobre todo en algo tan matemático.
Como se decía antiguamente:
Yo soy de letras
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