martes, 27 de octubre de 2020

CUATRO MIL CIENTO CINCUENTA

 



Mi profesor de Escritura y no es el único que lo dice pero a él se lo he oído muchas veces, insiste en que cada frase que escribamos debe de ser la mejor de nuestra vida, no lo dice en esas palabras, cada uno tenemos nuestro estilo, pero entiendo que quiere que nos esforcemos en escribir lo mejor posible.

En principio estoy de acuerdo con él, sería maravilloso que nuestro estado de ánimo nos permitiera tener ese acceso a las musas de la inspiración cada vez que nos ponemos delante de una hoja en blanco, lo que considero puede ser más accesible cuando no existe un límite de tiempo.

En mi caso, escribir y publicar un diario, requiere llegar a conseguir algo sublime en veinticuatro horas y reconozco humildemente que no es fácil, más bien imposible, la mayoría de los días no estoy a ese nivel, no obstante me fuerzo a escribir porque constato que la práctica es la madre del aprendizaje.

Tenía una amiga de Madrid que vivía en Los Ángeles cuando yo estaba allí y ambas teníamos el mismo manager de pintura, por lo que coincidíamos bastante y nos hicimos amigas. 

Ella, Cristina Bertrand, además de pintora tiene más talentos, entre ellos dos doctorados, para uno de  los cuales había hecho la tesis sobre el I Ching, es muy inteligente, sobrepasa la media y además tiene mucha fuerza de voluntad, buenas ideas y no se lo pone nada por delante, de hecho ahora vive en China, ha inventado un método para aprender chino en inglés que tiene mucho éxito y dirige varias academias.

Pues bien, tras una exposición colectiva en la que ambas expusimos en Beverly Hills, yo estaba tan contenta e inspirada, que tuve una idea para hacer una performance, relacionada con el trabajo que hacía en aquel momento llamado Stapling (grapeando) lo comenté con Cristina que me escuchó atentamente y solo me dijo:

Adelante. 

No lo dejes y hazlo pronto, no esperes a que llegue el momento perfecto, ten presente que "lo mejor es enemigo de lo bueno".

Me llegó tan adentro esa frase que me cortó el entusiasmo y donde hasta entonces solo había visto las maravillas del proyecto, empecé a ver las dificultades, por lo que nunca llegó a realizarse.

No quiero que me pase eso con el diario, prefiero escribir todos los días antes que no escribir, es mi elección, basada en que "lo mejor es enemigo de lo bueno".





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