viernes, 29 de abril de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS OCHENTA Y DOS

 




Estoy deseando encontrar un curso de Escritura porque echo de menos las clases a las que asistía antes, aunque no eran las mejores del mundo a mí me inspiraban y me facilitaban escribir porque sabía que tenía que leer mi texto, ahora me siento torpe, necesito un aliciente.

Me ofrecen cosillas en Instagram, en Triunfa con tu libro y en el club de autores, no obstante lo que enseñan es a promocionar el libro cuando ya está escrito, o sea tendría que aprender a ser comercial y eso es justo lo que me quita las ganas de escribir, no me apetece escribir para vender, lo que deseo con toda mi alma es escribir bien, ser una artesana de la palabra como decían ayer de Albert Camus.

Además casi me asusto porque tendría que aprender a trabajar con programas de ordenador que me horrorizan y a mí solo me gusta Apple, todavía no entiendo muy bien lo que Triunfa con tu libro está tratando de hacer con la portada del mío.

No pretendo el Nobel, simplemente escribir a gusto como lo hacía antes, era como un manantial cuyas palabras brotaban a raudales como el agua que sale de una cascada, ahora las cosas han cambiado, estoy agarrotada, no fluyen las ideas ni las palabras solo pienso en encontrarme bien y en la preocupación que tengo con mi rodilla, me cuesta centrarme en el presente y disfrutar del ahora que en el fondo es con lo único que cuento.

Lo repito, lo digo mil veces y tengo que hacer un esfuerzo para concentrarme en la respiración y dejar que los pensamientos se paseen por mi cabeza como si fueran el puente colgante que va de un lado a otro, santa Teresa decía que la cabeza es "la loca de la casa" y estoy de acuerdo con ella.




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