lunes, 4 de abril de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y OCHO

 




¡Qué razón tenía Greta Thunberg cuando alertaba sobre el cambio climático y nadie le hacía caso!

Lo mismo ha pasado con la necesidad de tener nuestra propia energía y no depender de otros países que se aprovechan de nosotros cuando ven que dependemos de ellos.

Lo que pasa con una relación personal se eleva a lo nacional para convertirse en universal.

¿Por qué tuvimos tanto empeño en la globalización?

No me lo explicaba y ahora sé el motivo, mi intuición me lo decía, es mejor lo pequeño, lo individual, lo personal, de la misma manera que se deben conservar los idiomas y los dialectos, son nuestras joyas, es lo que nos hace sentirnos a gusto, es nuestra manera de estar en casa.

Ahora nieva y hace frío, hace unos días las playas estaba llenas de gente y los termómetros subían a 27º en Getxo, cuando todavía no había llegado la primavera. 

Todo está cambiando a una velocidad vertiginosa, esperemos que gire el rumbo porque lo que percibo desde mi humilde ventana, es lamentable.

Han empezado a utilizar veneno, esa costumbre rusa que ya estaba bastante extendida. 






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