domingo, 24 de abril de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS SETENTA Y OCHO

 




Es increíble la capacidad del ser humano para cambiar el estado físico cuando cambia el mental.

Hasta ayer pensaba que mi vida iba a ser igual para siempre o tal vez peor, que no podría moverme ni viajar ni disfrutar a tope como lo hacía antes.

Había aceptado o tal vez me había resignado a tener mal la rodilla, al dolor y a tomar analgésicos para el resto de mi vida, solo en algún lugar de mi corazón solía ver una lucecita que me daba cierta esperanza en que tal vez las cosas podían cambiar.

De repente todo cambió cuando llamé a Vitoria y me dieron una cita para verme la rodilla.

Recobré la esperanza, el entusiasmo, la rodilla ya casi no me duele, fui a la peluquería, hablé con la gente que me encontraba y me siento como nueva solo por saber que voy a resolver el problema.

¿Por qué no me lo van a solucionar a mí si son capaces de curarle a Rafa Nadal que le da un trote a su rodilla  y se pasa la vida en Vitoria?

No sé, algo ha pasado, me siento animada, contenta y llena de esperanza, creo que voy a mejorar bastante y voy a perder el miedo a moverme.

Pizca se ha ofrecido a acompañarme pero ella no conduce y yo no me siento con fuerza para conducir hasta Vitoria y volver.

Gabriel y Totola se han ofrecido a llevarme, así que probablemente les diré que acepto y con ellos voy encantada, me siento a gusto y sé que lo hacen con el corazón.





No hay comentarios:

Publicar un comentario