jueves, 14 de abril de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS SESENTA Y OCHO

 




Ayer, antes de dormir empecé a leer el libro de Isra Bravo porque a mí también me interesa ganar dinero con la escritura y me acuerdo que me costó dormirme porque pensaba en mi incapacidad para ser millonaria si tengo que forzar mi comportamiento.

Tampoco es que me interese ser millonaria, no sé en qué consiste, simplemente me gustaría que se vendieran mis libros con facilidad sin tener que hacer lo que recomienda Isra Bravo, me di cuenta de que hay cosas mucho más importantes para mí, por ejemplo prefiero conocer el castellano, mi lengua materna y escribir sin hacer faltas de ortografía, eso sin irm más lejos.

Hoy he visto tantas faltas de ortografía desde que he abierto las redes sociales que me daban ganas de corregirlas.

Tengo intención de seguir leyendo el libro pero no de seguir lo que recomienda Isra, aunque comprendo que a él le resulta y esté encantado con lo que hace y el dinero que gana.

Yo de momento tengo la intención de seguir con Ana Nieto, hacer caso a sus sugerencias si me siento cómoda y a ver qué pasa. 

De momento ya me he desbloqueado y ya escribo con la facilidad que reconozco en mí, fue el problema de la maquetación lo que me agarrotó, me resulta muy difícil hablar de un tema estético con una persona que está en una línea muy alejada de la mía, he trabajado mucho en equipo, en terrenos en los que la estética no era prioritaria con lo cual no me creo situaciones incómodas.

Ya estoy suelta y todo empieza a fluir, ayer vendí otro cuadro de toldos, no es muy bueno pero estaba en mi estudio, los toldos de Ondarreta son encantadores, alegran la existencia.








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