miércoles, 27 de abril de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS OCHENTA

 




A pesar de que no me encuentro bien y de que cada día me duele más la rodilla voy haciendo las cosas que de verdad me interesan, aunque siempre con la duda de si me encontraré con fuerza para salir de casa y acudir a las citas.

Por un lado, tal vez lo más importante, sea la cita con el médico de Vitoria, me aterra la idea pero debo hacerlo, lo contrario sería seguir yendo marcha atrás y eso es algo que no me puedo permitir porque ya he llegado al límite, ahora no me queda más remedio que hacer algo y de todo lo que tengo delante de mí, lo mejor es Vitoria, además con ir y ver lo que dicen no pierdo nada.

Tengo la suerte de que mi hermano se ha ofrecido a llevarme y aunque lo tiene justo porque se casa su hijo en Madrid el día siete, lo mío es el día diez y ellos volverán a Bilbao el nueve.

Mi hermano Gabriel no sabe lo que es la pereza, nunca lo ha sabido, es muy trágico¡fajador y además de tener diez hijos y muchos nietos, saca tiempo para ayudarme a mí siempre que lo necesito, es mi héroe y su esposa también, ambos son excepcionales.

Por otro lado he vuelto a solicitar el permiso para aparcar en discapacitados y mañana he quedado con la gestoría para que me saquen los papeles ya que hay algunos sitios que están lejos y no puedo aparcar cerca, así que ellos me ayudarán.

Me encuentro mejor a estas horas que cuando me levanto por la mañana, en ese momento me asusta casi todo, ahora ya sé que pronto me meteré en la cama y ya no tendré nada que hacer, eso es lo mejor de todo, además en la cama es donde mejor me encuentro y la rodilla no me duele.


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