He tenido seminario de autores y me ha sorprendido lo que aprendo con los escritores a los que entrevista Ana Nieto.
¡Qué diferente es el mundo real del que yo me imagino!
Lo primero en lo que pienso es que tengo que dar gracias a Dios por haber tenido el privilegio de haber sido mantenida durante toda mi vida, algo de lo que a veces he renegado, creía que me quitaba autonomía.
Siempre he pensado que soy artista, que la creatividad es propia de mi personalidad, inherente a mi ser, viene, me busca y me encuentro con ella y hacemos un buen equipo.
Por eso estudié Bellas Artes y he pasado de la pintura a la escritura alegremente.
Por eso también me sorprende que el escritor al que ha entrevistado hoy Ana Nieto, José De la Rosa, haya contado sin ningún pudor que él es uno de los pocos hombres que escribe novela romántica, vive de la escritura y le resultó muy fácil empezar porque las editoriales le pagaban un sueldo.
El prototipo de la novela consiste en lo siguiente:
Un hombre y una mujer se encuentran, mantienen una relación amorosa, entran en un conflicto que se resuelve felizmente, lo cual significa que el lector sabe cómo va a terminar la historia.
Las lectoras, el autor nunca ha cambiado el género, leen cinco o seis novelas a la semana por lo que el trabajo del escritor nunca termina, al contrario, vive bajo una presión inaguantable, sabe que sus libros se venden a cambio de que sigan esa pauta.
Pepe De la Rosa dedica el veinte por ciento de su tiempo a escribir y el ochenta por ciento a la promoción.
Me he quedado de piedra.
Creo que ya está todo dicho.
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