sábado, 1 de mayo de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y UNO

 





Un cambio radical en la rutina de mi vida.

El viernes pasado me llamó el profesor de escritura para decirme que no estaba contento conmigo y que era mejor que dejara de asistir a las clases porque mi presencia creaba tensión.

También me dijo que escribía muy bien y que él ya no tenía nada que decirme porque yo estaba empeñada en hacer siempre lo mismo, así que le pedí disculpas y me despedí.

Al principio me quedé un poco dolida, el rechazo nunca es agradable, no obstante no me sorprendió demasiado, ya notaba que mis intervenciones no le gustaban, tengo un espíritu crítico y puedo ser demasiado directa cuando opino sobre un texto.

Además he sido profesora de Dibujo y Pintura y tengo la sensación de que se me pone un tono de sabelotodo cuando hablo sobre los textos de los compañeros, que puede resultar molesto, sobre todo al profesor que es muy joven.

Ya he contado en otras ocasiones que soy una persona con suerte, así que aunque durante el día cada vez que me venía a la cabeza el recuerdo de la conversación con el profesor me sentía incómoda, todo se puso en su sitio por la tarde al abrir mi iPhone y encontrarme la invitación a participar en el curso Triunfa con tu libro, en el cual se ocupan de ayudarme en todo lo que hay que hacer para publicar, que de momento ha sido lo más difícil a juzgar por los dos libros que publiqué y a los que no hago ni caso porque no me hace ilusión.

He visto los videos de Ana Nieto Churruca, me han encantado y creo que lo que ella hace es exactamente la ayuda que necesito por lo que estoy animada.

No quiero hacerme ilusiones pero hasta tal punto me ha dado impulso que ya estoy haciendo la primera parte de los deberes que consiste en escribir un texto de quince minutos cada día, durante veintiún días, sin corregir.

Lo único que de verdad me duele es dejar el grupo en el que había algunas personas con las que había congeniado y me encontraba a gusto, pero cuando se termine la pandemia podré verlas en la calle.

Nunca es el fin del mundo.












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