jueves, 27 de mayo de 2021

CUATRO MIL TRESCIENTOS DOS

 





He dado algunos pasos importantes en la selección de los capítulos del libro que voy a publicar y sobre todo, me he dado cuenta de que mejoré mucho al principio, es mucho más interesante lo que escribí al cabo de unos meses que los primeros días, se nota la diferencia, lo cual me ha animado porque había días que me parecía muy simple lo que leía, hasta tal punto que los eliminaba. 

Que algo que he escrito yo misma no solo no me aburra sino que incluso me interese, resulta estimulante y me proporciona seguridad, así que de momento mi vida está centrada en el diario que escribo cada día y lo que escribí cuando lo empecé en el año dos mil diez y seis, es como una espiral que casi sin que se note se desarrolla y adquiere confianza, creo que ha sido muy beneficioso el hecho de haberme metido en este trabajo que sabía que tenía que hacerlo pero nunca me llegaba el momento, me asustaba la idea de meterme el algo que podía resultar farragoso y así ha sucedido hasta que he sabido lo que tenía que hacer y he empezado a disfrutar.

Por lo demás mi vida está tranquila, centrada y mis distracciones están relacionadas con la lectura y las películas.

Casi no hablo, he perdido la costumbre de hablar y a veces ni siquiera me sale la voz cuando llamo a la frutería para hacer el pedido, ni siquiera tengo ganas de hablar con mis amigas y mucho menos con las que tienen problemas e ideas propias con la vacuna.

Por lo menos con mis hijos no tengo problemas, están deseando vacunarse aunque solo sea para no perjudicar a los demás. 

Norma, la chica boliviana que trabaja en casa no se va a vacunar porque nadie se vacuna en la iglesia evangelista que es a la que tanto ella como su familia y amigos pertenecen y hacen todo lo que les dicen ya que:

Todo está en la biblia.










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