viernes, 28 de mayo de 2021

CUATRO MIL TRESCIENTOS TRES

 





Parece mentira lo que sucede cuando leo los textos de mi diario del año dos mil diez y seis, cuando empecé a escribirlo, aprendo de mí misma, es una especie de contradicción inexplicable.

Eso sucede en diferentes terrenos, el último y el que me ha convencido de que no ha sido una idea pasajera sino algo muy concreto a lo que puedo dar forma inmediatamente, me acaba de suceder. 

Había empezado a ver la serie "El método Kominsky" en la que trabaja Michael Douglas, actor que siempre me ha gustado y a quien he seguido en unas cuantas de sus películas, los primeros capítulos no me gustaron mucho aún así decidí darle una oportunidad sobre todo porque los protagonistas son personas mayores y me puedo relacionar con ellas mejor que con los jovenzuelos que todavía no se han enterado de lo que es la vida, así que la seguí viendo y me quedé satisfecha.

Al llegar mi hora de descanso suelo ver una película o una serie y hoy tenía pensado ver una serie de Netflix, recomendada por mi hijo el mayor, seguro de que me iba a encantar, lo cual me ha demostrado que no me conoce demasiado porque nada más empezar el primer episodio de la primera temporada, he visto algo que me ha echado para atrás, al mismo tiempo que veía anunciada una nueva temporada de "El método Kominsky" por lo que inmediatamente he cambiado de plan y he visto cuatro capítulos seguidos que me han entretenido muchísimo.

Me siento afín a la gente de mi edad que padecen enfermedades y que saben decir la verdad aunque con ello se arriesguen a pasar un mal rato, a que los demás no les entiendan y a que digan el tipo de frase hipotética que detesto:

"Si yo estuviera en esa situación jamás haría o diría lo que tu has hecho o dicho, más bien me comportaría como se supone que se comporta una persona correcta, bla, bla, bla"

Eso dicen en la tele una vez al día por lo menos.

A nadie se le ocurre que eso no tiene ninguna base, que nadie se lo cree y además está tan visto que aburre a los corderos.

He pasado un rato estupendo, parece ser que me encuentro bastante bien para tener la misma edad que Michael Douglas, me despido del ordenador con una sonrisa encantadora.










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