martes, 10 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS SETENTA Y TRES







Llevamos dos días sin poder abrir las ventanas.
Al llegar a casa antes de ayer, encontramos a los vecinos de nuestro piso en la parte de fuera, hablando del gran problema.
Unas avispas asiáticas negras han hecho un nido en la terraza que está al lado de la mía y es peligroso.
Había venido la policía y dijeron que bajo ningún concepto abriéramos las ventanas.
Al preguntar si las quitarían dijeron que sí, pero podrían tardar, porque han tenido el mismo problema en muchas casas.

Así que yo no quiero arriesgarme y a pesar de que me gusta tener la casa bien ventilada, obedezco y no abro ninguna ventana.

Una vez me picaron dos avispas en la espalda y grité como una loca, era un dolor irresistible, no estoy dispuesta a repetirlo.

Para que la atmósfera no esté muy cargada, cierro las persianas y dejo los cuadraditos por donde entra un poco de aire y de luz, son tan pequeños que no creo que quepa una avispa.

No quiero sustos ni problemas.










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