jueves, 19 de julio de 2018

DOS MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y DOS







Días ajetreados de verano en familia.
Me cuesta centrarme.

Hoy Jaime cumple cincuenta años, una edad que puede asustar aunque yo recuerdo que ese día todavía vivía en Malibu, California y fui a la universidad como cualquier otro día.

El que fuera mi marido, Carlos Artiach, solía decir :

“El que de joven no trotea, de viejo galopea”

Es lo que hice yo.
La vida al revés.

Para cuando cumplí cincuenta años ya era independiente.
Mis hijos tenían su vida y yo la mía, sin responsabilidades.
Empecé a vivir.

Una gozada.







No hay comentarios:

Publicar un comentario