Entre ayer y hoy, instigada por mis hijos, he visto "El hilo invisible" la serie que cuenta el principio de ETA.
Me he quedado incómoda, los primero capítulos me interesaron pero los dos últimos me han repugnado.
No puedo soportar las armas.
Están bonitos los caseríos y los paisajes del país de los vascos, no obstante la serie no trasmite sentimientos, los diálogos resultan artificiales la mayoría de las veces, a pesar de que los actores son buenos.
Recordaba que cuando eso sucedía yo era una chica joven, recién casada, teniendo hijos y a pesar de vivir en un mundo muy lejano, me sonaba el sadismo de Melitón Manzanas pero no recordaba que le habían matado.
Prefiero quedarme pensando en lo bien que han reaccionado las pocas mujeres que mandan en el mundo ¡qué diferencia de números con los hombres!.
Tal vez ha llegado el momento de que todos nos demos cuenta de que las mujeres somos más prácticas y capaces de poner los intereses de los seres humanos vivos por encima de los políticos y los financieros.
No me apetece poner números en mi diario pero están en todas partes, la diferencia es abismal.
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