sábado, 1 de febrero de 2020

TRES MIL DIECISIETE









En todas las circunstancias difíciles que he atravesado en mi vida he aprendido algo importante y concreto.
Ahora, aparte de lo imprescindible, es decir, aceptar, tener paciencia, agradecer la parte positiva de mi circunstancia y valerme por mí misma aunque me parezca difícil, sé que hay algo más profundo, pero todavía no consigo descofrarlo.
Sé que vendrá y que me voy a poner muy contenta.
Mientras tanto vivo cada día de la mejor manera y tratando de tomarme la vida con calma.
Tomarme la vida con calma es prioritario, no solo porque lo contrario me llevaría a la locura sino porque andando con dos muletas y con una pierna que me falla, una caída podría ser fatal, así que no me queda más remedio que andar con pies de plomo.
Es un magnífico ejercicio para que mi tendencia a la precipitación se vaya mermando.







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