miércoles, 10 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CUARENTA Y CINCO







Me produce satisfacción descubrir lugares nuevos, interesantes y cercanos.
Hoy he ido a una peluquería ecológica que está en los márgenes de Las Arenas, justo enfrente de Leioa, en la calle Amaya.
La ha abierto una chica sabia, que siendo hija de pastores aprendió las ventajas de aprovechar los recursos que produce la tierra y desarrolló una mentalidad natural, a la que hoy en día nos vamos acercando los que hemos vivido rodeados de química y notamos que no es saludable.
La peluquería se llama Susana Dopazo, como la dueña, una mujer emprendedora donde las haya.
Está montada siguiendo los principios del Fen Shui y todos los productos que utiliza sanan el cabello además de embellecerlo.
Desde que he entrado me he sentido bienvenida. 
Enseguida me han ofrecido el último Hola y una infusión. 
El diagnóstico de mi pelo era exacto, así como el tratamiento.
Champú de lavanda recogida en Aix-en-Provence.

He salido encantada y justo enfrente he podido comprar pescado salvaje en un BM y estar así preparada para recibir a mi familia alemana que vendrá el lunes para pasar aquí la semana santa.











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