martes, 23 de abril de 2019

DOS MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y TRES








La persona que me hizo reaccionar y empezar a enterarme de la importancia de la política fue Platón. Hasta entonces no dedicaba a ese tema ninguno de mis pensamientos, a pesar de que para entonces ya había conocido personas de diferentes partidos políticos y había sido delegada de curso en Bellas Artes.
Platón decía que una persona que no se interesa en la política es idiota ya que deja las riendas de su vida en cualquiera que le represente.
Recapacité y comprendí que tenía razón.
Mi familia, es decir, mi entorno más cercano era y sigue siendo de extrema derecha, lo cual significa que no son demasiado respetuosos con los que piensan de diferente manera.
Ayer vi el famoso debate y me aburrieron todos, los tengo demasiado vistos, es muy difícil que me guste un hombre sin imaginación y sin que haya mujeres para equilibrar la imagen.
Tenía esperanzas de divertirme con los comentarios de los tertulianos, pero todos los que hablaban pertenecían al equipo que representaban.
Considero que Pablo Iglesias, con el que estoy de acuerdo en asuntos importante, podría cuidar su aspecto. Creo que su dejadez corresponde a una terquedad infantil.

Lo que más me interesa de estos debates suelen ser las tertulias de los periodistas y politólogos, así como los personajes que, prescindiendo de sus desvaríos, se convierten en estrellas televisivas, como por ejemplo Cayetana Álvarez de Toledo.







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