miércoles, 20 de enero de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS VEINTITRES

 




La vida depara sorpresas de todo tipo.

Rara vez abro la persiana de mi cuarto cuando está amaneciendo pero cuando lo he hecho siempre me he encontrado que el sol salía por ese este, es decir a la izquierda del centro comercial Artea y sin embargo hoy estaba justo a la derecha y de un rojo tan intenso que no me ha quedado más remedio que sacar videos y fotos, han quedado deslumbrantes.

Después he desayunado tranquila y he ido a Cruces, a pesar de que he aparcado muy cerca hacía tanto viento que he pasado miedo, he estado a punto de pedir a algún viandante que por favor me acompañara, pensaba que el viento podía llevarme con su fuerza desbocada, no obstante he hecho un esfuerzo y he conseguido llegar al hospital yo sola con mi muleta. para que me extrajeran sangre, casi no había pacientes, no sé por qué será, estaba todo muy tranquilo.

Me ha contado Idoia, mi enfermera favorita que ayer le pusieron la vacuna a su marido, a partir de los sesenta y cinco años es mejor la Pficer que la Moderna y mi hija me ha dicho que ha oído en la radio que a mí me vacunarán en marzo.

He ido tantas veces al hospital de día que me siento bien allí, conozco a varias personas que me saludan con simpatía, lo cual no ha impedido que cuando he llegado a casa estuviera tan cansada que me he metido en la cama.

He adoptado una postura nueva frente a la vida, debido a que he descubierto que las secuelas de la leucemia no son pasajeras, he decidido tomarme las cosas con calma y no exigirme demasiado, nada ni nadie me obliga, así que si me canso descanso y si necesito algo lo pido.

En cualquier caso la única obligación que tengo ahora es sacar fotos a los nuevos cuadros que voy a mandar a Madrid y para eso necesito esperar al viernes que vendrá Norma y con ella me resulta más fácil, ayer hice las fotos con su ayuda, pero no tuve el valor de montar el trípode y hacerlas con la cámara, por lo que las hice con mi iPhone 11 max Pro y salieron muy mal, ya lo sabía no obstante soy tan terca que lo intenté, parezco una niña pequeña repitiendo los mismos errores una y otra vez.




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