miércoles, 27 de enero de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS VEINTIOCHO

 





He estado en el hospital de Cruces y todo han sido buenas noticias, había una hematóloga nueva por lo que me he atrevido a decirle la verdad cuando me ha preguntado qué tal estoy, antes me limitaba a decir que bien porque nunca me aclaraban nada, así que ni me molestaba en dar detalles, las respuestas que me daban es que cada cuerpo reacciona de una manera diferente y rollos por el estilo que no interesan a nadie.

No obstante la nueva hematóloga, Itziar, era donostiarra que no es lo mismo que ser de Bilbao, todo era nuevo para ella e intentaba ser amable, por eso cuando me ha hecho la pregunta de rigor, he contestado que no acabo de recuperarme, que tengo secuelas y que estoy lejos de encontrarme bien del todo.

Le ha parecido lo normal y me ha dicho sin miramientos que a pesar de tener muy bien los análisis, estoy intoxicada, que la medicación que me curó, arsénico, me ha hecho daño y me recuperaré pero tardaré, por lo menos ahora ya sé lo que pasa, estaba harta de que me dijeran que todo el mundo que tiene mi leucemia se encuentra fenomenal después del tratamiento así que yo me preguntaba ¿por qué yo no acabo de encontrarme bien si hace ya una año que terminé la quimioterapia?

También me ha dicho tranquilamente que a mi edad todo va despacio, lógica pura ¿por qué nos cuesta tanto decir las cosas como son? saber el motivo de mi lenta recuperación me da paz, hace que me sienta mejor que cuando me entran las prisas.

Todavía me falta un aspirado de médula que me harán en abril y hay cosas que van muy bien como el pelo por ejemplo y el sueño, todo va despacio, solo tengo que tener calma y llegará un momento en que me sentiré mucho mejor, no tengo la menor duda.

Por otro lado Cruces estaba muy alegre, todos los bares abiertos y llenos de gente como de costumbre, allí siempre es así, me he comprado una mascarilla FFP2 y he vuelto a mi casa tan contenta.

Menos mal que no se me ha ocurrido entrar en un bar porque me ha contado Jaime que en la ciudad de Bilbao que también está confinada como Getxo, prohiben entrar a las personas que van allí por motivos de trabajo, así que hay que andarse con ojo, la cosa está muy seria.

Me ha sentado bien la conversación con la doctora, estoy relajada.










No hay comentarios:

Publicar un comentario