viernes, 15 de enero de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS DIEZ Y NUEVE

 





Estoy muy centrada en los diarios, es mi tema, ya que me dedico a escribir el mío, me apetece leer los de los demás, son como una continuación de mi mundo, lo amplia y se expande.

Ahora estoy leyendo el que escribió Elvira Lindo cuando vivía en Nueva York con su marido Antonio Muñoz Molina que dirigía el Instituto Cervantes, se titula "Noches sin dormir".

Estoy disfrutando mucho, me encanta cómo escribe y todo lo que cuenta sobre su vida en esa ciudad tan interesante, aunque he estado varias veces nunca he vivido allí y a través de sus descripciones voy recordando mis vivencias, han sido importantes en muchos sentidos y he recordado que la última vez me caí por uno de esos agujeros que hay en las aceras, por donde sale humo y cuando iba rodando por las escaleras, pensé que podía matarme ya que no sabía cuando terminaría de dar vueltas.

Al final, cuando casi había perdido la esperanza, paré, abrí los ojos y me encontré en una especie de almacén de un restaurante de no sé qué tipo de cocina, los que me atendieron eran mejicanos.

Tenía intención de cenar, por eso me caí, me distraje mirando la carta en el escaparate y no vi el agujero, los americanos hacen cosas muy raras, eso de los agujeros me sorprendió la primera vez que fui a Nueva York, no obstante jamás pensé que podría caer en una trampa semejante.

Mi hotel estaba enfrente así que me metí en la cama, descansé y al día siguiente también, no me sentí capaz de ir a la exposición que tenía programada.

En el fondo solo fue un susto del que poco aprendí, porque después me he caído muchas veces sin agujeros, solamente por no poner atención, por distraerme pensando en mis asuntos o en algo que ni siquiera tiene por qué ser especial, me ha pasado tanto en casa como en la calle.

Soy terca, terca, terca, me cuesta aprender, ahora parece que he aprendido, cuando me diagnosticaron leucemia me dijeron que tenía que tener mucho cuidado, una caída podía ser mortal, me asusté tanto que desde entonces no me he caído, camino con los cinco sentidos, con mucho cuidado y sabiendo a lo que me arriesgo, ojalá fuera así de cuidadosa con todos mis acciones y sobre todo mis palabras.









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