sábado, 16 de enero de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS VEINTE

 




De repente se me complican las cosas, justo cuando había decidido estar tranquila y no meterme en berenjenales, recibo una invitación para exponer en una galería de Madrid para artistas con discapacidad que corresponde exactamente a lo que me conviene, porque se ocupan de todo.

Ocuparse de todo significa que lo único que tengo que hacer es meter en una caja los cuadros que me parezca oportuno y esperar a que vengan a buscarlos y a que los vendan.

A primera vista es una maravilla, tengo mucha obra de la que deseo deshacerme, he aceptado la propuesta encantada de la vida, cuando me invitaron a exponer en el Museu de l'Art Brut de Barcelona se portaron estupendamente, no obstante hay ciertos detalles que exigen de mi un esfuerzo metafísico, me refiero a las decisiones que tengo que tomar, elegir los cuadros, hacer las fotos, dar las explicaciones que solicitan, poner precio, son cosas que me cuestan bastante.

He intentado hacerlo y me he quedado paralizada, no obstante a medida que escribo  el problema que se ha planteado se hace más pequeño, parece que empiezo a ver con claridad los cuadros de los que me gustaría desprenderme, corresponden a la serie de las playas de Ondarreta y Zarauz, algunos de los cuales aunque tuvieron mucho éxito en su momento y se vendieron muy bien, se han quedado rezagados y tengo la sensación de que me encantaría que se vieran en Madrid, en Bilbao se han expuesto demasiado, aún así esperaré hasta mañana para tomar la decisión definitiva, me viene a la memoria lo que decía mi madre que sabía mucho:

Duérmelo Blanca.

Me parece una magnífica idea, no tengo que hacer nada, si mañana cuando me despierte lo siento así, me pongo a trabajar, es solo cuestión de ir dando pasos.

También me han dicho que tengo que escribir sobre lo que significa el arte para mí, no creo que sea muy difícil aunque a veces las cosas que se dan por sabidas, a la hora de explicarlas pueden resultar un quebradero de cabeza, no obstante ahora y gracias a mi querido diario, he tenido una buena idea que a primera vista no se me había ocurrido, porque había pensado es mandar los cuadros abstractos que son posteriores a las playas.

He experimentado en múltiples ocasiones que aunque se tengan buenas ideas, es preferible dejarlas en reposo hasta que tomen forma y se materialicen, esa evolución suele requerir un tiempo y cierta paciencia.

Escribir es una maravilla, es lo mejor que existe, ya lo decía Oteiza hablando de la poesía:

No hay nada más sencillo que poderse expresar con una hoja en blanco y un lápiz

¡Qué razón tan grande tenía en todo lo que decía! 





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