jueves, 28 de enero de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS VEINTINUEVE

 




Me ha contado Mattin que está muy informado de todo lo que sucede en Europa y que se pasa la vida haciéndose PCErres y cogiendo aviones para trabajar en las capitales europeas, que en Oslo les han castigado sin poder comprar alcohol, o sea no solo están los bares cerrados, sino que ni siquiera pueden beber en sus casas, me pregunto qué pasaría si hicieran eso a los vascos, a mi no me pasaría nada porque llevo mucho tiempo sin beber, pero comprendo que poder tomar un poco de jamón con pan y vino, puede resultar entretenido al caer la tarde.

Han dicho en la radio que Pablo Iglesias le ha recomendado a Pedro Sánchez una serie francesa que se llama Baron noir, la he investigado y tiene unas críticas inmejorables, aunque todo trata de política no obstante  parece que es buenísima y que destripa las cabezas de los políticos, hoy no puedo verla porque tengo clase de Escritura de siete a nueve, pero mañana seguro que la empiezo y aunque no me apetezca la veré porque tengo que aprender algo, cada día me siento menos informada, hasta los niños de once años tienen opiniones políticas, yo no sé donde he estado metida toda mi vida, la verdad es que soy tan inculta que debería estar callada y no abrir la boca hasta que por lo menos no lea el Ulises de Joyce, por más que lo intentaba nunca era capaz de pasar al segundo capítulo.

Ultimamente me gusta ver documentales, me paso horas enteras en la sabana africana, viendo como se buscan la vida los animales y los viajeros que se juegan la vida por ver un tigre de cerca, mientras yo veo todo sin salir de casa tomando un té Kukitxa y unas tostadas de pan de esbelta con mermelada de arándanos, todo comprado en herbolario, intento cuidarme aunque mi profesor de macrobiótica dice que tampoco se debe abusar de la fructosa, de momento no tengo intención de quitarme ese placer que me entretiene por las tardes, a la vida confinada hay que buscarle algunas ilusiones.






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